Publicado: diciembre 9, 2020, 2:15 pm
El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, confirmó que llevará una propuesta de reforma tributaria antes de finalizar el primer trimestre de 2021.
«Nos toca hacer reforma y conseguir la plata porque la deuda hay que pagarla. En este momento seguimos en medio de la crisis y tenemos que seguir en el canal de continuar los programas de gasto y no suponer que en en este momento la gente puede pagar más impuestos de los que pagó en condiciones normales», dijo Carrasquilla en declaraciones a Blu Radio.
Aunque el Gobierno prevé un rebote de la economìa en “V”, esto es, con una recesión entre el 6 % y el 7% este año y un crecimiento del 5%, en 2021, Carrasquilla ya ha dicho que el margen para aumentar el gasto llegó a su límite.
«El telón de fondo es que, para el manejo de la pandemia, tuvimos que subir muchísimo el endeudamiento: el tren de menor recaudo de impuestos y el tren de mayor gasto. Ese doble tren nos llevó a tenernos que endeudar en montos significativos y ese incremento de la deuda, que era necesario hacer, hay que pagarlo», explicó.
El funcionario ha explicado: “Vamos a subir la deuda pública en cerca de 10 puntos del PIB -hasta el 65,6% del PIB- y debemos pensar en la sostenibilidad intertemporal de esa deuda”.
Cada punto del PIB equivale a unos $10 billones. En plata blanca, eso quiere decir que el Gobierno tendrá que lograr la aprobación en el Congreso de una reforma tributaria que le permita aumentar el recaudo en unos $20 billones (2 puntos del PIB) para comenzar a equilibrar las cuentas.
Dicha cifra ($20 billones) equivale a 3 veces el tamaño de las últimas reformas tributarias, lo cual hará difícil su aprobación en 2021, seguramente en el primer semestre, dado que en 2022 habrá eleccciones legislativas y presidenciales.
Pero, ¿cuáles son las alternativas que baraja el Gobierno y qué esperan algunos de los principales analistas? ¿Un IVA del 19% generalizado? ¿Más impuestos a la clase media y menos a las empresas?
“A mediano plazo tenemos que pensar en generar mayores ingresos para la Nación, más eficiencia del gasto y a su vez focalizarlo y racionalizarlo, pensando en un Estado más pequeño”, explica el viceministro de Hacienda, Juan Alberto Londoño.
En líneas generales, el Gobierno se inclina por mantener las rebajas triburarias a las empresas, que son las que generan la riqueza y el empleo, y por gravar más a las personas naturales para modificar la actual ecuación del recaudo, donde un 70%-80% proviene de las firmas y el resto de las personas naturales, al revés de lo que sucede en la economías desarrolladas (OCDE, club del que Colombia es miembro ya).
Pero sacar una reforma tributaria así en el Congreso no será fácil, ya que la actual crisis aumentó la pobreza y ha deteriorado la situación de la clase media, sobre la que recaería la mayor carga impositiva.
De hecho, este año el presidente, Iván Duque, dijo: «Este no es el momento de reformas tributarias», en abierta contradicción con Carrasquilla, quien tuvo la intención de llevarla al Congreso este año.
“En estas circunstancias, cuando se afectan los ingresos de las mipymes y familias, una reforma tributaria es inconveniente e inviable”, señaló Duque en su momento.
“Esta es una crisis que va a golpear a las economías. Al igual que muchos países, hemos tenido que aumentar la deuda. Cuando hayamos enfrentado esta pandemia, el país va a tener que tomar decisiones para seguir fortaleciendo las finanzas públicas”, agregó. “Pero, en este momento, nuestra obsesión, la del equipo económico, es ver cómo protegemos a esas familias más vulnerables, el empleo y cómo activamos la recuperación de nuestro país”.
Lea también: ¿Deben pagar más impuestos las personas que no tienen hijos?
