La propagación del virus en las ciudades del país ha sido rápido, en algunas más controlado que en otras. Bogotá lidera la lista de contagios de las principales ciudades con 4.305 casos al 12 de mayo de 2020, seguido por Cali, con 1.094 casos.
La posición de Cali en este listado genera preocupación, dado que la cantidad de habitantes es de apenas 2.228 millones, comparada con Bogotá que es 7.413.
Aunque, antes de confirmarse el primer caso de COVID-19 en Colombia, Cali había definido una serie de medidas, que se han venido fortaleciendo de acuerdo con la evolución del virus en la ciudad, la efectividad de las mismas no ha sido como se esperaba.
Acciones tomadas
El 15 de marzo en Cali se presentó el primer caso de COVID-19, y ante esa situación se implementaron acciones como reuniones con gerentes de ESE, EPS e IPS para organizar la capacidad instalada, definieron las medidas para dar de alta a pacientes que puedan continuar su tratamiento en casa y adecuando prestación de servicios por eventual incremento de casos COVID-19.
Implementaron la teleconsulta, aplazaron las cirugías no prioritarias, las autorizaciones de exámenes para pacientes de la tercera edad se empezaron a dar vía telefónica. Además, en las estaciones del MIO, instalaron el alcohol glicerinado y se destinaron $2.000 millones para análisis de muestras. Las personas extranjeras empezaron a aislarse, y se restringieron las actividades colectivas.
Pero, a pesar de todas estas acciones, el crecimiento de contagios siguió creciendo. La razón puede ser por dos cosas: las medidas no son tan estrictas, o las personas no han comprendido la importancia de reducir el contagio.
Ante esto el Alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, se pronunció diciendo: «Debo decir, informar y alertar que en el caso de nuestra ciudad no se pueden asumir a la ligera las nuevas normas decretadas. Nuestro caso no es igual que otras partes, la transmisibilidad del virus acá es mayor por tanto debemos ser estrictos», agregando que «debemos continuar con la ley seca y valorar toque de queda y crear con las empresas abiertas lo que llamamos una » Nueva normalidad «, necesitamos centros laborales comprometidos en una cultura del cuidado y radicales con cualquier factor de riesgo. Debemos controlar mucho más todo lo que nos llegue desde el sur».
Implementación de las 5 eses (S)
La ciudad implementó un modelo de 5 eses (s) que se trata de suplir necesidades de la comunidad para que el aislamiento y toque de queda sea efectivo. “Una S es la Seguridad alimentaria. Somos conscientes que para poder soportar un proceso de tanto tiempo confinados hay que proveer alimentos a los más necesitados y dar la garantía en esta provisión a todos los sectores de la sociedad”, dijo Ospina.
La segunda corresponde a Servicios Públicos. Emcali ha reconectado a cerca de 10.000 familias que no tenían el servicio y también se han trasladado las facturas de marzo y abril con pago diferido a 12 o 24 meses, con un pequeño interés, para todos los estratos y los empresarios.
Seguridad es la tercera, a través de la cual se diseñaron bloques de trabajo en terreno para tratar de evitar cualquier comportamiento de desobediencia civil. Salud mental es la cuarta S dentro de la estrategia, seguida por Salud Pública.