Dirigir equipos de trabajo, tomar decisiones o delegar funciones, son algunas de las actividades con alto grado de responsabilidad que asumen directores o gerentes. Sin embargo, el éxito de los resultados, en estos cargos, está ligado con la capacidad de liderazgo que cada persona demuestre en su estilo de trabajo e imprima en su área, sin importar si es hombre o mujer.
Según Ximena Cárdenas, Directora General de Experis Colombia de ManpowerGroup, el concepto de liderazgo femenino y liderazgo masculino “es un asunto que debería transformarse y ser entendido como una cualidad más allá del género, pues ante todo somos personas con habilidades y capacidades diferentes”.
Desde el punto de vista de la ciencia, la evidencia indica que no hay diferencias biológicas que impacten en el comportamiento de hombres y mujeres y que, por ende, definan su desempeño como líder. No obstante, diversos estudios a nivel mundial coinciden en que existen habilidades administrativas, más frecuentes en hombres y habilidades motivacionales, más presentes en mujeres.
“Esta distinción es resultado de cómo son educados desde pequeños. A los niños se les motiva a correr riesgos, a ser fuertes, imponentes, no llorar y no mostrar emociones. A las niñas, por otro lado, se les enseña a ser recatadas, bien portadas o calladas, y si en algún momento actúan de manera agresiva o irreverente, está muy mal visto”, dice Cárdenas.
Entonces, el hecho de haber menos mujeres liderando altos cargos, tiene que ver con un asunto de confianza, no en ellas mismas, sino en la sociedad acostumbrada, por naturaleza, a preferir hombres en posiciones directivas por considerarlos más fuertes o arriesgados.
Investigaciones que ManpowerGroup, ha realizado durante años en temas de talento y liderazgo, han arrojado cuatro cualidades clave que todo buen líder debería tener:
- Capacidad de aprendizaje: La acelerada transformación digital en todas las áreas laborales e interacciones sociales, impulsa a que las personas reinventen sus habilidades técnicas y metodoló- gicas. La actualización profesional debe ser constante, acorde a la preparación que exige el mercado laboral.
- Adaptabilidad: Los mercados cada día son más volátiles e inciertos, esto implica que, durante el desarrollo de actividades, hay que estar muy atentos al proceso de ejecución e identificar lo que funciona, lo que se debe mejorar y lo que se debe cambiar.
- Tener impulso y ganas: Es muy importante tener pasión verdadera por hacer las cosas. Las ganas genuinas por aprender, innovar y proponer ideas, son muestra de querer hacer las cosas bien y esto se refleja al momento de liderar los equipos de trabajo.
- Resiliencia: La capacidad de enmendar errores e intentar una y otra vez hasta conseguir el éxito, es fundamental para hacer la diferencia y no darse por vencidos ante situaciones de resistencia o frente a cambios difíciles.