Por Angélica Camargo Sierra (1)
Profesora Maestría Economía Urbana y Regional
Universidad Sergio Arboleda
Tal como se identifica en las bases del Plan Nacional de Desarrollo, el principal problema, sin duda, tiene que ver con la calidad habitacional, del cual se pueden ver distintos matices. En primer lugar una gran brecha en el déficit cualitativo de viviendas tanto a nivel urbano rural (9,5% urbano y 48,5% rural) como a nivel regional. Las mayores necesidades se concentran en el Caribe con un déficit cualitativo de 26,5%.
Lo anterior se alimenta de la persistencia de la urbanización informal, que afecta a cerca del 25% de los hogares y cuyo crecimiento se ha concentrado recientemente en las ciudades intermedias. Lo anterior estrechamente ligado a unas delicadas condiciones de la población en materia de riesgo. De acuerdo con el mismo documento “el 28% de la población se encuentra en áreas susceptibles a inundación, 31% en áreas propensas a remoción en masa y 87% en zonas de amenaza sísmica alta e intermedia”.
El segundo problema, siempre utilizado para justificar políticas de tipo promocional (2), tiene que ver con la diferencia entre la formación de nuevos hogares y la construcción de viviendas. Lo que en agregado define el déficit cuantitativo de vivienda. Esta es una brecha que se viene cerrando en parte, gracias a los programas de construcción masiva de viviendas en los últimos años. El problema acá es en qué condiciones de localización están accediendo los hogares a las viviendas nuevas. Generalmente en las periferias urbanas perpetuando así los problemas de segregación socioespacial y desigualdad territorial.
¿Cómo se responde a estas problemáticas en el Plan de Desarrollo? En general no se cambia de manera estructural el enfoque que ha tenido esta política en los últimos 25 años, basado en el otorgamiento de subsidios a la demanda y el apoyo al sector financiero y de la construcción. Se plantea más bien una mayor segmentación de los beneficiarios, y en esa línea algunas novedades podrían mencionarse.
Una de estas novedades es el programa “semillero de propietarios” orientado a la población en déficit cuantitativo y con ingresos entre uno y dos salarios mínimos. El objetivo es otorgar subsidios de arrendamiento y fomentar mecanismos de ahorro que les permitan acceder en un futuro cercano a una vivienda propia. Para los sectores con ingresos inferiores a un salario mínimo se propone apalancar soluciones de vivienda con el Sistema General de Regalías, hacer acompañamiento social a los proyectos de vivienda gratis del gobierno anterior e implementar mecanismos de ahorro y microcrédito.
Las acciones para este segmento (con ingresos menores a dos salarios mínimos) pero en déficit cualitativo se orientarían al programa de mejoramiento de viviendas y barrios y a la titulación predial. El programa de subsidios Mi Casa Ya, atenderá a los segmentos con ingresos entre 2 y 4 salarios mínimos (como siempre), la novedad acá es que se podrá utilizar para vivienda usada, tal como lo pidió Fedelonjas (3). Por su parte, un objetivo explícito de la política es profundizar la cartera hipotecaria en los sectores de bajos ingresos. Para finalizar, se propone habilitar cerca de 16 mil hectáreas de suelo para la construcción de proyectos de vivienda, de los cuales se priorizarían 100 proyectos desarrollados por las grandes constructoras con un potencial de 350 mil viviendas nuevas.
Sin cambios estructurales en la política tampoco podrían esperarse resultados muy diferentes. Si bien son importantes los esfuerzos para disminuir el déficit cualitativo mediante programas de mejoramiento, la localización periférica y los problemas de accesibilidad seguirán afectando a la población de más bajos recursos, tanto a quienes se localizan en barrios de origen informal como aquellos que accedan mediante nuevos proyectos de vivienda, generalmente localizados también en las periferias urbanas. Por lo demás, los ganadores de siempre: grandes constructoras, sector financiero y propietarios de suelo.
- Profesora Investigadora de la Maestría en Economía Urbana de la Universidad Sergio Arboleda.
- Es decir políticas orientadas a la construcción masiva de nuevas viviendas y a la promoción de la propiedad como principal objetivo de política pública.
- Diario La República, agosto 4 de 2018. Recurado en: https://www.larepublica.co/economia/solicitamos-subsidiospara-vivienda-usada-al-nuevo-gobierno-fedelonjas-2756360