El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó, por un término de dos años, un nuevo acuerdo de Línea de Crédito Flexible (LCF) para Colombia por un monto de US$10.800 millones.
La Línea está concebida para prevenir crisis, ya que ofrece la flexibilidad de utilizar los recursos en cualquier momento. Los desembolsos no se escalonan ni están condicionados al cumplimiento de metas de política económica, como ocurre con los programas tradicionales respaldados por el FMI.
Este acceso con desembolso inicial y exento de condicionalidad se explica por el historial altamente sólido de los países con derecho a utilizar la LCF, que permite confiar en que seguirán aplicando políticas económicas firmes, explicó el organismo.
Por ahora, las autoridades colombianas han considerando estos recursos como una herramienta para fortalecer la capacidad de la economía de enfrentar choques externos.
Geoffrey Okamoto, Primer Subdirector Gerente y Presidente del Directorio, realizó la siguiente declaración:
“Colombia tiene marcos de políticas muy sólidos —anclados en un tipo de cambio flexible, un régimen creíble de metas de inflación, una eficaz supervisión y regulación del sector financiero, y una regla fiscal estructural—que cimentaron la resiliencia de la economía antes de la pandemia de COVID-19.
Colombia ha realizado esfuerzos notables por integrar un sustancial número de emigrantes venezolanos que han estimulado la demanda interna pero amplificado vulnerabilidades externas.
Prevemos que, debido a la epidemia, la economía colombiana se contraerá por primera vez en dos décadas. En consonancia con una trayectoria de gestión económica muy sólida, las medidas tempranas que adoptaron las autoridades para mitigar la propagación de la pandemia, las políticas de respuesta monetarias y macroprudenciales, y los planes fiscales ayudarán a la economía a atravesar la recesión.
Los riesgos, sin embargo, se inclinan decididamente a la baja y la extrema debilidad del entorno externo acentúa la vulnerabilidad de Colombia a una caída de los precios de las materias primas, una agudización de la volatilidad en los mercados financieros y un mayor deterioro de la crisis en Venezuela.
El nuevo acuerdo en el marco de la LCF ayudará a Colombia a manejar los elevados riesgos externos, y protegerá los esfuerzos ya puestos en marcha para responder con eficacia a la pandemia, integrar a los migrantes promover un crecimiento incluyente y reducir las vulnerabilidades externas.
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