Sin lugar a dudas, los nuevos nuevos Rappi Pit Stops, ubicados en algunas de las zonas con mayor demanda dentro de la cobertura como el parque de la 93, Rosales, Chicó y Chapinero, son una apuesta positiva para que los Rappitenderos puedan hacer las órdenes de manera más cómoda y eficiente.
Los Pit Stops cuentan con una capacidad de alrededor de 30 a 50 personas, en un horario de 6:00 a. m. a 10:00 p. m., además de personal de apoyo con el fin de mantener el orden y brindar soporte en temas de operación. Rappi tiene proyectado terminar el año con 20 Pit Stops ubicados en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.
“Sabemos que innovar y emprender con un modelo de negocio disruptivo genera muchos retos. Por eso estamos constantemente creando nuevas soluciones. Para el desarrollo de estos Pit Stops hemos venido trabajando con las autoridades locales para hacer de este proyecto una realidad”, señaló Juan Sebastián Rozo, Director de Asuntos Públicos Rappi para la Región Andina.
La construcción de este tipo de infraestructura está inscrita en el marco de varias acciones desarrolladas este año para los trabajadores de la empresa. Por ejemplo, Rappi generó recientemente una alianza con Ábaco, un asesor financiero para independientes que está ofreciendo 2.000 microcréditos entre los $ 100.000 a los $5.000.000, para satisfacer las necesidades de alrededor de 4.000 domiciliarios quienes en una encuesta realizada por Rappi comentaron que uno de los beneficios a los que quisieran tener acceso era justamente la posibilidad de préstamos de libre inversión.
De acuerdo con Rappi, sus trabajadores así mismo podrán contar con descuentos en gasolina, repuestos y mantenimiento para motos, educación financiera, descuentos para la compra de bicicletas y accesorios y usar parqueadero exclusivo de bicicletas 24/7 para los que se movilizan a sus hogares en Transmilenio.
Aunque estas iniciativas inciden de manera positiva en día a día de los rappitenderos, aún existen expectativas sobre los resultados de la mesa de trabajo instaurada este año entre Alicia Arango, Ministra de Trabajo, y Simón Borrero, CEO de Rappi, a través de la cual se buscaban opciones para mejorar la situación laboral de los Rappitenderos.
La idea era crear modelos de contratación más flexibles que les permitieran a los rappitenderos aportar para su seguridad social desde la base de sus ingresos; es decir menos de un salario mínimo, teniendo en cuenta que en promedio se conectan 14 horas diarias a la aplicación.
“Independientemente del modelo de vinculación, lo importante es que los trabajadores de la plataforma estén protegidos y se les garanticen sus derechos”, afirmó en su momento la Ministra.
Aún falta ver qué sucede con la estrategia, que hasta ahora parece estar en la etapa de boceto, para que los domiciliarios, que ya superan los 100.000, crezcan a la par de la empresa, la cual ofrece productos de más de 20.000 comercios aliados y opera en 50 ciudades de 8 países en diferentes partes del mundo.