Según la última encuesta de opinión del consumidor realizada en enero, aunque el Índice de Confianza se mantiene en niveles negativos mejoró frente a diciembre y enero de 2017. ¿La razón? Un aumento tanto en las condiciones económicas como en las expectativas.
“La disposición a comprar vivienda disminuyó frente al mes anterior, pero es mayor a la observada en enero de 2017. La disposición a comprar bienes muebles y electrodomésticos aumentó frente al mes anterior y con respecto a enero de 2017”, explica Fedesarrollo, un ‘tanque de pensamiento’ que le mide el pulso a la economía.
En una economía en la que el consumo tiene un peso superior al 60%, la confianza de los hogares es un indicador clave o líder de la coyuntura. En ese sentido, se destaca la mejora de la confianza en todas las ciudades encuestadas y todos los estratos frente al mismo mes del año anterior.
No obstante, el Índice todavía se encuentra en terreno negativo (-5,4%), lo que, sin embargo, representa un aumento de 0,6 puntos porcentuales (pps) frente al mes anterior y un incremento de 24,8 pps respecto a enero de 2017.
Esta situación es congruente con la Encuesta de Opinión Financiera de febrero, según la cual los analistas aumentaron su pronóstico de crecimiento para 2018 a 2,5%.
“Los encuestados prevén que la inflación en febrero continuará bajando y se ubicará en 3,48%. Por su parte, las expectativas de inflación para el cierre de 2018 se mantuvieron inalteradas en 3,50%”.
En cuanto a la tasa de cambio, sugieren que el dólar se ubicará en los próximos tres meses en $2.885, mientras que cerraría 2018 en $2.954.
“Los factores externos se ubican en el primer lugar como el factor más importante a la hora de invertir. Frente al mes pasado, las condiciones sociopolíticas ganan relevancia”.