En términos prácticos, la independencia financiera puede entenderse como la capacidad de hacer lo que quieras con tu vida, sin depender de fuentes de ingresos exteriores porque tienes la capacidad de soportar tus gastos a partir de tu propio capital. Es tener los recursos económicos, la flexibilidad y seguridad en tu vida que te permitan actuar sobre lo que quieras sin estar limitado por tus finanzas; tener el dinero suficiente para permitirte el estilo de vida que deseas para ti sin tener la necesidad de ganar una cantidad específica de ingresos de manera concurrente (que puede verse cortada por diferentes circunstancias, en cualquier momento).
Aunque puede tomar muchos significados dependiendo de tus intereses y aspiraciones, la independencia financiera representa un mundo de libertad, opciones y posibilidades. Su significado es personal y adaptable, pero el resultado es el mismo: no tendrás que vivir “de sueldo a sueldo” soñando con una profesión que te gustaría ejercer pero no te da la cantidad de ingresos que necesitas o limitándote de adquirir un bien porque comprarlo implicaría tener que endeudarte.
Ahora, como los grandes proyectos, lograr tu independencia financiera implica organización, compromiso y dedicación. Y si bien no se trata de un objetivo de alcance inmediato, tampoco se trata de uno asequible “para pocos”.
Entonces, ¿por dónde comenzar?
1. Entiende en dónde te encuentras financieramente
Al igual que el primer paso para crear un plan de ahorro, necesitas entender tus finanzas. Esto significa dimensionar en qué lugar te encuentras en el camino hacia tu independencia financiera para identificar cuáles y cuánto son tus ingresos mensuales, en qué y qué cantidad gastas y las deudas que tienes.
● Tus ingresos mensuales representan el conjunto de ingresos, tanto activos como pasivos, que recibes mes a mes a través de tu trabajo, acciones o inversiones.
● Tus gastos mensuales son la sumatoria de gastos en los que incurres de manera mensual. Ahora, estos gastos deberían contemplar gastos fijos y necesarios, entendidos como aquellos gastos de los cuales no puedes disponer (tales como tu salud, tu vivienda, servicios, transporte y alimentación) y gastos en “lujos”, entendidos como aquellos que no necesitas para vivir; bienes y servicios que adquieres porque te gustan, pero no son fundamentales.
● Entender esta diferencia resulta crucial, porque de ser necesario, podrás ajustar y limitar la cantidad que gastas en “lujos” para así destinarlo al pago de tus deudas o a tu fondo de ahorro.
● Tus deudas. Sin darte cuenta, con el paso del tiempo puedes acumular deudas “pequeñas” que al final del mes pueden convertirse en una deuda grande que no tienes cómo pagar. Ahora, las deudas son uno de los principales motivos por los cuales la mayoría de personas no logran prosperar financieramente, entrando en un círculo vicioso de gastos y pagos que conlleva a que vivan “de sueldo en sueldo”.
2. Crea y ejecuta un plan de ahorro, ya.
Uno de los principios fundamentales en finanzas personales es el ahorro. Independientemente del monto con el que decidas o puedas comenzar, destinar una parte de tus ingresos a un fondo de emergencia o un fondo para un objetivo específico resulta casi tan importante como la cantidad de ingresos que recibas.
¡Nunca es tarde para comenzar! Y es más sencillo de lo que crees. Lo importante es empezar y recordar que nunca deberías gastar más de lo que ganas.
3. Construye un fondo de emergencia.
De la mano con el punto anterior, una de las formas más exitosas de garantizar tu seguridad financiera es crear un fondo de emergencia. Entendido como un fondo al que puedes acudir, como su nombre lo dice, en caso de emergencia, es un fondo que deberías mantener en una segunda billetera y que debería cubrir al menos el total de tus gastos necesarios de tres a seis meses.
Por ejemplo, si sabes que tus gastos obligatorios corresponden a $1,500,000 COP de manera mensual, deberías crear dentro de tu plan de ahorro un objetivo que te permita alcanzar un valor de $4,500,000 COP a $9,000,000 COP y que solo deberías tocar en caso de emergencia.
4. Revisa y ajusta tu plan de ahorro y tu fondo de emergencia.
Supongamos que dentro de tu plan de ahorro tenías el objetivo a corto o mediano plazo de obtener lo suficiente como para comprar un celular. Ahorraste de manera juiciosa y comprometida ¡y lo lograste! cumpliste tu objetivo, pero también gastaste una parte de tus ahorros. La clave es nunca dejar de tener objetivos y así nunca dejar de ahorrar. Ahora, tus objetivos no tienen que ser necesariamente a corto plazo; podrías tener, además del celular, el objetivo de ahorrar para la cuota inicial de un apartamento. Entonces, ahora que ya no tienes que destinar ingresos al ahorro para tu celular pero te diste cuenta de que ese monto no lo necesitas para vivir; destínalo a tu fondo de emergencia o al ahorro de cuota inicial de tu apartamento; no lo conviertas en un gasto.
Lo más importante es nunca dejar de ahorrar. Revisar y ajustar tu plan de ahorro es muy importante porque mientras tu carrera y trayectoria crecen, así como la diversificación de tus ingresos, más ingresos tendrás. Así, podrás ajustar los objetivos mensuales a la cantidad de dinero que entre a tu cuenta y alcanzar tus objetivos cada vez más rápido.
Ahorrar no es sinónimo de limitarte y de renunciar a tu estilo de vida. Para ahorrar lo único que tienes que hacer es ajustarte, de manera continua, y comprometerte mientras te organizas para nunca dejar de hacerlo.
5. Invierte en tu futuro
Al igual que ahorrar y lograr tu independencia financiera, invertir es más sencillo de lo que te imaginas y es una de las mejores formas de generar ingresos pasivos mientras tu dinero y capital crecen con el paso del tiempo.
Existen distintos tipos de ahorros, lo importante es diversificar con aplicaciones gratuitas como Littio, la cual te permite guardar tus ahorros en dólares digitales en una cuenta global sin cuota de manejo ni costos ocultos. Lo interesante de Littio es que el usuario recibe recompensas entre el 3% y el 8% efectivo anual, según el monto que tiene ahorrado, y puedes retirar tu capital en cualquier momento a tu cuenta bancaria.
La organización y el compromiso resultan fundamentales en todas las áreas de nuestras vidas, y ¡qué decir de lo importantes que son en el mundo financiero! No permitas que el desconocimiento te abrume; los sueños se pueden convertir en objetivos, y todos son alcanzables.