El daño de las enfermedad no depende del grado de las infección, incluso, los casos más leves pueden sufrir afectaciones en el sistema cardiovascular. Muchas veces, esta secuela en el pecho no da ningún síntoma y la persona solo sentirá sus consecuencias cuando exija un trabajo extra al sistema cardiovascular.
Esto sucede, por ejemplo, durante la actividad física, el corazón necesita latir más para bombear sangre a los músculos y, si tiene algún daño causado por el coronavirus, puede funcionar mal y generar una descompensación.
El Covid-19 tiene una acción directa e indirecta en el músculo cardíaco. Primero, el patógeno puede alojarse allí y devastar las células del órgano. Luego, la infección genera una inmensa respuesta del sistema inmunológico. Esto, a su vez, lleva a un estado de inflamación que afecta el funcionamiento de varias partes del cuerpo (incluido el propio sistema cardiovascular).
Por lo tanto, para las personas que hayan padecido del virus deben someterse a una evaluación médica, antes de iniciar una rutina de ejercicio, según la Sociedad Brasileña de Medicina del Ejercicio y el Deporte y la Sociedad Brasileña de Cardiología en un documento publicado por la BBC.
Los expertos recomiendan que todas las personas recuperadas se hagan al menos un electrocardiograma, la cual es una prueba sencilla que mide la actividad eléctrica del corazón -que se encarga de regular el latido de este músculo-. Ahora, para los casos más graves o para deportistas profesionales y o personas que hacen deportes competitivos, el chequeo posterior al Covid-19 debe ser más completo.
Además del electrocardiograma, la guía brasileña enumeró otras pruebas, como la dosificación de la sangre en troponina (una proteína que se altera cuando el corazón no está bien), la prueba de esfuerzo (la que se hace en una cinta para medir la resistencia física, cardíaca y pulmonar), el holter (que mide la presión arterial durante 24 horas) e incluso una resonancia magnética.
Si los resultados son correctos, la persona puede reanudar el entrenamiento. En caso de cualquier alteración o diagnóstico de miocarditis, es importante esperar un poco más. La guía también recomienda iniciar las rutinas con calma y de manera gradual, puesto que el cuerpo no está acostumbrado y ha perdido el acondicionamiento en los últimos meses.
«El retorno debe ser gradual y vale la pena hacer un fortalecimiento muscular antes de iniciar un entrenamiento aeróbico, como correr o andar en bicicleta», agregó.
Finalmente, si todo está bien y el ritmo de las actividades evoluciona sin problemas, los expertos de las dos sociedades médicas piden que todos se sometan a una reevaluación dos o tres meses después de empezar a ejercitarse, así la persona puede estar segura de que no han surgido nuevos problemas.