Por Gonzalo Gómez Betancourt**
Como gerente de una empresa, cada vez más se tendrán problemas para medir el éxito, ya que el desempeño económico dejó de ser la finalidad principal. Ahora el éxito se mide a todo nivel, en los stakeholders, y el proceso de alcanzarlo se volvió tan importante como el resultado mismo.
Hace tan solo unos días tuve la oportunidad de conocer a un empresario que nos pidió ayuda para organizar un poco más su patrimonio y empresas, la verdad yo no lo conocía, había escuchado de una de sus empresas, que venía abriéndose paso en el mercado con unos crecimientos sorprendentes en el sector. Pensé antes de conocerlo, que sería el típico empresario que había llegado como mucho otros a la cúspide por haber encontrado un nicho de mercado, un océano azul, y suponía de antemano que me encontraría con un patriarca difícil de conversar, desconfiado, arrogante, y ensimismado. Pero me llevé una sorpresa enorme, lo que encontré fue una persona muy diferente, que basaba su éxito a través de los demás, de su equipo de trabajo incluso por encima de él, encontré una consciencia social muy fuerte al tener un énfasis en la educación y alimentación de niños vulnerables; una consciencia con sus empleados al tener las mejores condiciones laborales de retención de talento mediante excelentes salarios, acceso a educación, salud, vivienda; una consciencia con sus clientes buscando la mejor manera de ofrecerles un producto competitivo y digno, y facilidades de financiación; una consciencia con sus proveedores pagándoles adecuadamente y desarrollando lo más vulnerables; una consciencia con su comunidad donde estaban sus empresas empleando personas de la zona como prioridad y ayudando a desarrollar la zona mediante inversiones en escuelas; y finalmente la consciencia medioambiental buscando que sus empresas atendieran bien estos aspectos. Incluso en algún momento de nuestro primer encuentro se alcanzó a quebrar su voz, según él, por lo poco que había hecho por las necesidades de los demás, excepcional. Ahora bien, no somos perfectos, somos humanos y estamos en continuo desarrollo, tal vez le faltaba una mayor consciencia con el estado, se encontraba luchando contra la idea de la corrupción y su desencanto del mundo político, pero no me cabe ninguna duda que la incorporará con el tiempo, ya que un país donde los empresarios no le dediquen tiempo a la mejora del estado, está desconociendo el actor principal que maneja los hilos de las instituciones.
Hoy en día se habla mucho del liderazgo consciente, sin embargo son pocos los exponentes reales que he conocido que logren realmente aplicarlo, como este empresario de quien les hablo. La definición de un líder consciente, es la de una persona que siempre alcanza los objetivos de todos los stakeholders de la empresa, a partir del trabajo principalmente de su equipo. Por eso hoy en día se habla de que el éxito se construye de la siguiente manera: a. Aclarando las expectativas del equipo de trabajo; b. Alcanzando los objetivos del equipo; c. Promoviendo los objetivos de la empresa a través de los logros del equipo; y d. Perfeccionando las habilidades del equipo y dirigiéndolos de manera efectiva.
En otras palabras, usted como empresario-gerente, tendrá éxito solo cuando su grupo lo alcance, aprenderá a encontrar que los logros de su equipo incluso son aún más satisfactorios que los suyos. Como resultado, su relación con el resultado podrá sentirse distante y ambigua. Este trabajo silencioso del empresario-gerente, podrá tomar tiempo, nadie afuera de su equipo le reconocerá sus habilidades para comprometer a los demás, y rara vez obtendrá la misma gratificación instantánea que obtuvo en el pasado con sus propios resultados económicos. Pero ¿cómo es esto posible?, para los que hemos tenido la satisfacción de ser empresarios-gerentes y nos ha tocado liderar grupos, sabemos que la motivación trascendente, es decir aquella que nos mueve para que a los demás les vaya bien, por ejemplo empleados, clientes, etc. es más poderosa que la motivación intrínseca aquella que me mueve a alcanzar mis propios logros como el deseo de crear algo, e incluso es de lejos mucho más poderosa que la motivación extrínseca, aquella alcanzada por temas externos como el dinero y el poder. Muchos hemos aprendido a disfrutar temas como: a. Ver y ayudar a otros en su desarrollo y prosperidad; b. Descubrir que hay personas dentro de su equipo que también pueden ser líderes conscientes; c. Verse así mismos de como nos adaptamos a los tiempos modernos, a nuestra nueva identidad de ser responsables por algo más allá del estado de pérdidas y ganancias; d. Desarrollando estrategias competitivas y probando nuevos planes de adaptación a estos mercados tan cambiantes; y lo mejor e. Celebrando el éxito de su equipo cuando alcanzan sus compromisos. Pero ¿cómo lograr este nivel de satisfacción?, simplemente seguir el propio aprendizaje como ser humano, todos sabemos que como padres, nuestras mayores satisfacciones vienen por el desarrollo de nuestros hijos, estamos dispuestos a todo por ellos, de allí aprendimos que nuestra mayor satisfacción se da cuando ellos están felices. Si llevamos esta experiencia a nuestros negocios, debemos pensar siempre que así como enseñamos a tomar decisiones a nuestros hijos para su vida y prepararlos, así mismo lo debemos hacer en la empresa. Entonces es de nuestro ejemplo en la toma de decisiones empresariales que aprenden los demás, y si seguimos la ley de los tres criterios que son base del líder consciente, mi organización tendrá el mejor hábito de pensar en los demás. La ley de los tres criterios, en la toma de decisiones son, ante cualquier alternativa que este resolviendo un problema empresarial debo responder: a. ¿La alternativa que estoy analizando tiene algún efecto negativo en los satkeholders externos?; b. ¿la alternativa que estoy analizando tiene efectos negativos en los stakeholders internos?; y c. ¿la alternativa que estoy analizando tiene efectos económicos negativos?
Si, a mi equipo de trabajo les inculco desde siempre que nuestras acciones tienen consecuencias, no solo en la empresa sino en los demás, los acostumbro a ver el resultado de nuestras decisiones, y a medirlo; motivarlos siempre a que la respuesta a la solución de los problemas empresariales es estar cumplimento positivamente en los tres criterios, todos estaremos mejor como sociedad, y aprenderán a sentir la satisfacción de alcanzar los resultados económicos como una consecuencia de haber hecho las cosas bien, ya que ese es el verdadero éxito. También es cierto que el mundo no es ideal, y que de alguna manera, los efectos positivos en todos los stakeholders no podrán alcanzarse siempre, y ante una eventual crisis, una pandemia, una guerra, una recesión, la respuesta siempre será que los efectos secundarios de tus decisiones no afecten de ninguna manera a los más vulnerables.
**Ph.D. – CEO Legacy and Management Consulting Group