La transformación digital que se viene presentando desde hace algunos años llevó a todas las industrias a replantearse su modelo de negocio, estimuló un cambio inminente y fomenta un crecimiento en el desarrollo de aplicaciones y plataformas dentro del mercado. Sin embargo, esto tan solo fue el comienzo y cada día surgen nuevas tecnologías y actores que hacen temblar a sectores tradicionales como el bancario que van a paso lento en medio de esta revolución.
No es un secreto que los neobancos y las fintechs a través del uso de tecnologías han cambiado por completo el sector financiero y esto les ha permitido captar más de 40 millones de clientes alrededor del mundo. Incluso, según el Informe Mundial elaborado por la consultora Capgemini y Efma sobre la Banca Retail del año 2022, que incluye información de 23 mercados, más de 8.500 clientes bancarios y 130 altos ejecutivos de los principales bancos y empresas no bancarias de todas las regiones, señala que más del 75% de los encuestados asegura que la facilidad de acceso y la flexibilidad de los nuevos servicios bancarios digitales les empujará a dejar de lado su banco tradicional.
Según la encuesta, el 70% de los ejecutivos bancarios está preocupado por no tener suficientes capacidades de análisis de datos y ahora están promoviendo estrategias para mejorar tecnologías de big data e Inteligencia Artificial (IA) con el objetivo de generar experiencias más personalizadas, crear conexiones más fuertes y maximizar el valor del cliente.
Frente a ello, Santiago Etchegoyen, cofundador y Chief Technology Officer de uFlow, lque cuenta con experiencia en desarrollo de motor de decisiones crediticias 100% cloud, asegura que hay tres cosas que encuentra actualmente a mejorar en el sector bancario:
1. Las API’S: Serán necesarias para integrar diferentes softwares que permitan mejorar las tecnologías y consolidar un mayor ecosistema financiero al conectarse con herramientas de algunas fintechs u otras startups.
2. La automatización: Ya que permitirá usar la tecnología para realizar tareas con muy poca intervención humana y en las que se llevan a cabo procesos repetitivos como por ejemplo: la apertura de una tarjeta de crédito o una transferencia.
3. Cloud Computing: También conocida como computación en la nube, es una tecnología que permite acceso remoto a softwares, almacenamiento de archivos y procesamiento de datos por medio de Internet.
“Uno de los mayores problemas que encontramos en la transformación digital dentro del sector bancario es poder integrar fuentes de datos nuevas de forma ágil. Usualmente, para ello, se requiere de equipos tech que integren esto a los diferentes productos tecnológicos, lo que ocasiona una pérdida de tiempo y de recursos”, señaló Etchegoyen, quien añade que por eso es necesario el uso de otras herramientas como la inteligencia artificial y la automatización para darle nuevamente “poder a los equipos del área de riesgo”.
Es importante resaltar, que la integración de estas tecnologías a sus sistemas no sólo significa un beneficio para los millones de usuarios que requieren de menos tiempo para llevar adelante trámites financieros, sino también, son herramientas que promueven una mejora en la productividad de cada una de las organizaciones.
De acuerdo a un estudio elaborado por la firma PwC, las áreas principales en las que actualmente se están enfocando las instituciones financieras son: comprender mejor la fuerza laboral; reconfigurar las funciones de los encargados de guiar el cambio en la empresa; abrazar las economías de plataforma; mejorar las habilidades digitales del personal; traer una mentalidad ágil a la cultura de la empresa y dominar el trabajo digital.
Sin embargo, solo un 27% de los directivos y gerentes encuestados para este estudio señalaron que monitorean las actividades de los trabajadores y el tiempo que dedican a cada una de ellas, por lo que, básicamente, muy pocos ejecutivos saben cuánto tiempo se invierte en cada proceso que sucede de forma interna en la compañía. En contraposición a ese dato, el 41% de los que lo hacen, logran mejorar sus índices de productividad.
Para Etchegoyen, el hecho de no promover una verdadera transformación digital que impacte a las entidades bancarias, retrasa gran parte de sus procesos y promueve la improductividad, lo que al final se verá reflejado en las finanzas de la organización.
“Por ejemplo, para la mayoría de nuestros clientes, cuando no utilizaban el motor de decisiones, tardaban en promedio entre dos a seis meses para cambiar sus políticas crediticias, semanas para configurar una normativa, o un día entero para configurar un pequeño error. Ahora, con las tecnologías que desarrollamos en uFlow, los cambios en las reglas o modelos que automatizan el otorgamiento de préstamos a personas y empresas se puede hacer en horas y sin la necesidad de un equipo tech”, afirma el directivo.
El futuro del sistema bancario dependerá de tener menos espacios físicos y promover un mayor uso de servicios a través de dispositivos electrónicos, esto también generará un desarrollo de productos más personalizados y acordes a las necesidades de los nuevos usuarios. Sin embargo, el primer paso que deberán dar los bancos es el de aprender a integrarse al mundo de las Fintechs y, apoyar a sus colaboradores para que se acentúen a los cambios que trae consigo la transformación digital.