Una de las mayores problemáticas en Colombia es la desnutrición infantil que afecta a una gran de la población. De acuerdo con un estudio presentado por la Fundación Éxito, la mayoría de los municipios de la región de la Amazonía y la Orinoquia se encuentran en difíciles condiciones. Por ejemplo, el 92 % de los municipios de Amazonas, Vaupés, Guaviare y Vichada están en nivel crítico y bajo. Esta difícil situación aumentaría la desnutrición crónica en los menores de 5 años.
Asimismo, en otros municipios ubicados en el litoral pacífico como Nariño, Cauca, y el Valle del Cauca presentan un alto grado de alerta. En el caso de Chocó, de los municipios que tenían información de las variables del Índice, el 75 % se ubicó en las categorías baja y crítica.
En la región Atlántica, los municipios de La Guajira, Cesar, Magdalena y Córdoba tienen todas las condiciones para que se presente la desnutrición crónica. Sin embargo, Sucre, Bolívar y Atlántico tienen unos municipios en situación crítica y otros con mejores condiciones, y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, con una situación más favorable.
Por su parte, en la región central y oriental los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, Tolima, Huila, Antioquia, Santander, Norte de Santander, Cundinamarca y Boyacá están en las categorías sobresaliente y superior. Esta información señala que estos territorios tienen mayores posibilidades de combatir la enfermedad.
La investigación, también, muestra los diez municipios del país que tienen mayor riesgo de que surja la desnutrición crónica. De estos, 9 están en la región Amazonía-Orinoquía.
En este punto, expertos señalan que para combatir esta problemática se requiere de la ayuda del Estado y la ciudadanía, en especial en tiempos de pandemia. Así lo explica la economista Ana María Ibáñez, asesora principal de la Vicepresidencia de Sectores y Conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“La acción del Estado es fundamental para que no haya desnutrición crónica. Para generar todo un sistema de apoyo a las familias. Debe apoyarlas de tal manera que puedan proveer a sus hijos una alimentación balanceada y debe darles acceso a servicios públicos, como agua potable que en este momento de la pandemia está siendo un problema enorme”, dijo la economista.
El estudio, finalmente, demuestra que un niño que lo sufre de desnutrición crónica antes de los 2 años puede tener en la edad adulta 14 puntos menos de coeficiente intelectual, 5 años menos de educación y 54 % menos de salario que otro que no se vio afectado por esta enfermedad. Teniendo en cuenta esta información, es importante tomar cartas en el asunto para evitar que esta peligrosa situación siga afectando a los niños de lo municipios de Colombia.