Por Jairo Pinilla Gutiérrez *
En época de vacas flacas, las finanzas se vuelven un tema mucho más importante que en cualquier otro momento. Con la experiencia me he dado cuenta que la mayoría de la gente no entiende el tema de las finanzas, y en cierto modo creo que eso está planeado de esa manera.
Si miramos la calidad y cantidad de educación financiera que recibe la población en general, vemos que los indicadores tienden a cero. La observación me ha mostrado que incluso las personas que estudian finanzas, al final y al cabo terminan aprendiendo contabilidad. Las finanzas que enseñamos en Performia están basadas en las investigaciones y conclusiones de L. Ronald Hubbard, quien desarrolló una tecnología financiera muy simple y funcional y que concluye que la dirección financiera no es contabilidad. Es gente.
Como jefe de una organización, si puedes idear cómo bordear el pensamiento colectivo, puedes hacerte solvente e incluso tener un superávit. Quizás no debiera ser así, pero lo es.
Lo primero que debemos aclarar acerca de las finanzas son los conceptos básicos:
Dinero:
En el diccionario no encuentras una definición funcional acerca del dinero. La RAE define el dinero como “Medio de cambio o de pago aceptado generalmente”. Es más útil esta definición: “El dinero es una idea respaldada por la confianza”. Lo que la gente ve diferente en un billete de 100 dólares comparado con uno de 1.000 pesos, es la idea de lo que con confianza representa para ella ese billete. Otra definición es aún más útil: “El dinero sólo es algo que puede intercambiarse con confianza por bienes o servicios”.
En otras palabras, si logras crear algo valioso en lo que la gente pueda confiar, y lo puedes intercambiar, entonces tendrás dinero.
Finanzas:
La palabra viene del verbo finer (finir, terminar, pagar). O sea que las finanzas tienen que ver con la manera como uno paga o gasta el dinero, más que con ahorrar o economizar. En realidad para el financiero el dinero funciona como una materia prima que asigna de manera inteligente, de manera que le devuelva más dinero.
La primera trampa radica en dónde pone el financiero más atención, en el egreso o en el ingreso. Una empresa y su financiero deberían hacer que el dinero entre con facilidad y que salga de manera más burocrática: Una sola vez a la semana.
La mayoría de la atención de la gerencia debería estar en crear y mejorar productos y servicios fácilmente intercambiables y en que el dinero no tenga obstáculos para entrar.
La contabilidad se ocupa del PASADO. La ADMINISTRACIÓN FINANCIERA se ocupa del futuro.
UTILIDAD (Superávit):
Contablemente la utilidad se define como:
Utilidad = Ingresos – Egresos
En la práctica eso no funciona así por una sencilla razón: la manera en que funciona la mente colectiva.
Ronald Hubbard aisló ciertas leyes que rigen el pensamiento de cualquier grupo, y que hacen tan difícil obtener utilidad en los negocios:
Una organización intentará gastar más de lo que gana.
La economía está dirigida a impedir que gaste más de lo que gana.
Un superávit se consigue solamente haciendo que sea parte de lo que gasta una organización.
Para conseguir un superávit se tiene que hacer que sea parte de lo que una organización cree que gasta.
En conclusión, podríamos decir que un grupo, supervisado deficientemente, intentará gastar más de lo que gana. Y que la fuerte supervisión y la economía pueden impedir esto.
Y que únicamente la retirada física de dinero puede conseguir un superávit.
Otra ley interesante del dinero es que, por lo general, cualquier persona u organización puede vivir con el 90% de lo que gana. O sea que al sacar un 10% de sus ingresos netos, no afecta en realidad al individuo ni a la organización. Y esa es la clave de la estabilidad financiera de una persona o una organización: Sus reservas.
¿Imagina usted dónde estaría hoy si desde su primer empleo hubiera guardado el 10% de sus ingresos?
¿Cómo manejaría esta crisis, si su empresa siempre hubiera guardado un 10% de su ingreso neto?
En la práctica, al asesorar a las empresas con la implementación de un sistema financiero funcional y sencillo, sus gerentes siempre reconocen que es más simple de lo que parece. Es una tecnología exacta, pero no requiere que usted aprenda fórmulas matemáticas complicadas… es al final y al cabo una cuestión de gente y de sentido común.
* Gerente de Performia Colombia