Hace más de 40 años, Colombia marcó un hito con la implementación de educación a distancia: clases por radio, por correo y a distancia fueron los prota gonistas del modelo educativo moderno colombiano.
“El Ministerio de Educación y las universidades hicieron un gran esfuerzo para que la educación llegara a todos los rincones del país; así que no es una sorpresa que con la educación virtual Colombia quiera seguir por la senda de la innovación”, asegura Catalina Mancera, Jefe del Centro de e-learning de la Universidad del Rosario.
Y es así como el país ha seguido evolucionando el concepto de educación virtual, ahora con la ayuda del internet. En 2008, por ejemplo, el Gobierno y las universidades hicieron fuertes inversiones en los programas virtuales. “Cada institución de educación superior está trabajando en eso, y lo ha venido haciendo desde hace varios años y hoy en día contamos con una oferta amplia y variada que beneficia a millones de estudiantes”, añade Claudia Villafañe, directora del Centro de Educación Virtual de la Universidad Externado de Colombia.
Pero, para Mauricio Isaza, Director Ejecutivo de la Escuela Internacional de Administración y Marketing de la Universidad Sergio Arboleda, es muy difícil llegar a un cálculo de cuántas universidades están teniendo éxito con sus programas de educación virtual. “Tenemos instituciones universitarias que han logrado llegar a un 80% de inscripciones en programas virtuales mientras que otras van por el orden del 26%, y aunque no se puede tener una medida clara, lo cierto es que todas están trabajando en el fortalecimiento de los mismos”, afirma el decano.
Y es que, cada vez es más fácil encontrar el programa que de verdad despierte un gusto para el estudiante y que se pueda hacer por internet. Antes, y con la educación tradicional, los programas eran limitados, pero hoy en día una persona puede acceder a los llamados MOOCS, que son cursos virtuales de cualquier universidad gratis, así como MBA, posgrados y todo tipo de estudios sin salir de casa.
Costos y facilidades
Los largos desplazamientos por la ciudad, así como el cumplimiento de un horario laboral son algunas de las razones por las cuales una persona elige un programa virtual. “Los colombianos ya no tienen miedo de las clases virtuales, están más dispuestos y saber que pueden tomar un curso desde su casa u oficina es realmente una ventaja que evita hacer más inversiones de las proyectadas con un programa de educación continuada”, asegura Mancera.
Evitar largos desplazamientos, accesos a diferentes horarios por causa del trabajo y mejores costos, son algunas de las razones por las cuales los colombianos están eligiendo programas de educación virtual. En esto coincide Villafañe. “Cuando un estudiante se inscribe a un programa de educación presencial sabe que además de los costos de las matrículas debe asumir otro tipo de rubros como el transporte, alimentación, recorridos, y además exponerse a no poder llegar a clase por causa de un tráfico pesado, por eso los programas virtuales favorecen mucho”, añade.
Sin embargo, esto no quiere decir que los programas de educación virtual sean más económicos, sino que permiten ahorro de otro tipo de rubros. “Eso de que un programa por internet es más barato es falso, algunos programas incluso son más costosos que los presenciales porque requieren de formación, de construcción de toda una red interdisciplinar y que tiene el mismo nivel de calidad que cualquier programa presencial, entonces hay que eliminar ese estigma de que barato y de baja calidad, o costoso y de alta calidad, porque todo programa que se pueda encontrar está bien estructurado”, asegura Isaza.
Pero, según Villafañe, hay que estar muy atentos con lo que se consigue en internet. “Una de las desventajas de los programas virtuales es que en internet se puede conseguir ofertas falsas y a veces las personas terminan pagando más por cursos que no son certificados, en eso creo que el gobierno debe estar más atento y tener un mayor control de los programas que se ven en el mercado virtual”.
Por otra parte, los expertos coinciden en que cada universidad trabaja e invierte en programas de educación continuada virtuales como si fuera un programa presencial; con el apoyo de una red de docentes se elaboran los programas, talleres y todo eso requiere de una inversión igual o mayor que un programa presencial.
Nuevos paradigmas docentes
Tanto para el estudiante como para el docente, los cambios propios de la innovación y la llegada de los cursos virtuales también ha afectado las dinámicas y las pedagogías que se ponen en marcha en la educación y que cambian la forma en que se está educando en el mundo.
“Hoy en día la educación, el educador y el educado están viendo un cambio metodológico al que se han adaptado rápidamente. Ya no hablamos de un tema rígido en el que el docente decía y era la ley, la famosa letra con sangre entra; ahora hablamos de una docencia flexible, donde profesor, alumno y sistema trabajan unidos para fortalecer su educación, se escuchan mutuamente y así fluye el sistema”, afirma Isaza.
Y en este sentido los programas de educación continuada online han fortalecido estas dinámicas. “Vemos a los profesores cada vez más compenetrados con el sistema en línea, interesados, proponiendo nuevas metodologías”, añade Mancera. Además, con las carreras del futuro, el big data y las necesidades de las empresas por nuevos profesionales que hablen el idioma online, las universidades también están trabajando en ello. “No sabemos qué carreras estarán o no en el futuro, lo que sabemos es que un arquitecto, un ingeniero o un sociólogo va a necesitar enfocar su carrera en lo que vive el mundo y las necesidades tecnológicas y sociales”, concluye Villafañe.