La innovación se ha convertido en una necesidad. La disrupción empresarial es un hecho y para competir en un mercado cada vez más globalizado es necesario estar al día en las tendencias, pero, sobre todo, conocer al consumidor y satisfacer sus necesidades.
De acuerdo con Mauricio Isaza, Decano Ejecutivo de PRIME Bussines School, las compañías grandes en Colombia, cada vez hacen más esfuerzos por innovar sobre todo en lo relacionado con la transformación digital de sus negocios. “Últimamente, la gran parte de los recursos de estas organizaciones se han volcado hacia la innovación de modelos de negocios y hacia la innovación asociada a implementar la digitalización en sus organizaciones”, dice.
El reto del país en materia de innovación está focalizado en el desarrollo de las empresas pequeñas y micro, dado que no tienen las mismas posibilidades desde el punto de vista económico para hacer grandes inversiones. De acuerdo con Isaza, en estas empresas se está viendo mucho menos avance en lo relacionado con innovación, y ahí hay un desafío no solo para estas compañías, sino para el gobierno y las universidades.
“En Colombia nos falta trabajo colectivo, integración y aunar esfuerzos. Somos un país con una tendencia a ver las cosas de manera desmembrada. Lo mismo pasa con las compañías, hacen esfuerzos independientes que pueden ser de orden colectivo, y si vemos los emprendimientos y las startups existe el mismo fenómeno: esfuerzos aislados de universidades, gobierno y compañías que están potencializando estas empresas tecnológicas”, agrega el directivo.
Las universidades en el proceso de innovación
En la innovación empresarial las universidades cumplen un papel fundamental. La formación de directivos que cumplan con las características ideales para llevar a una organización hacia el éxito es indispensable para que el sector empresarial tome el rumbo indicado en materia de transformación.
A nivel mundial, la innovación empresarial se está evidenciando en un cambio radical en la formación y enfoque de las compañías, como las que hoy lideran el mercado, que tienen una relación muy cercana con la tecnología y la digitalización; esto supone un desafío para los altos directivos, que para ser competitivos deben ponerse al día en lo que el consumidor global está pidiendo, y su formación en esta materia se hace indispensable.
Por esta razón, los diplomados, MBA y la educación continuada son una tendencia entre los altos directivos;, esta formación se ha convertido en una necesidad. “En PRIME Business School, por ejemplo, tenemos diplomados y cursos ejecutivos enfocados en temas de innovación, y todo lo que tiene que ver con transformación digital. En esta materia estamos desarrollando programas de analítica de data, de big data, de E-commerce, y otros similares en estas líneas. Además, estamos haciendo un esfuerzo para que todos nuestros programas de pregrados, maestrías y de educación continuada estén con líneas transversales en todo el tema de transformación y disrupción digital en los negocios”, dice Isaza.
Uno de los programas estrellas de PRIME es el Executive MBA, el cual está orientado a la alta dirección organizacional y su eje fundamental tiene que ver con toda la parte de pensamiento sistémico y visión global de las organizaciones de las empresas, de la geopolítica y de los negocios. Además, presenta una línea paralela en todo lo relacionado con pensamiento estratégico, visión estratégica, innovación y pensamiento creativo.
Errores comunes de los directivos
Las compañías se están enfrentando a un entorno volátil, de incertidumbre, complejidad y ambigüedad, factores que las sacan de la comodidad y les plantean desafíos. Los modelos empresariales antiguos podían tener una duración entre 15 y 30 años; hoy, estos pueden durar solo 10, 5 o hasta 3 años.
“El crecimiento que estamos observando hoy es exponencial. Las compañías han venido acostumbradas a crecimientos de manera lineal, y el crecimiento de hoy está asociado a las tecnologías que se vienen con el mundo digital y una de ellas es una economía basada en información, basada en datos”, agrega el Decano Ejecutivo de PRIME Business School.
Las fallas comunes que cometen los altos directivos enfrentándose a esto cambios, según Isaza, están relacionados con dos elementos: actuar como castillos aislados en la organización y no contar con el recurso calificado para temas formales de innovación y transformación en las organizaciones.
“Las empresas están metidas en diferentes dinámicas; en estrategias, en sistemas de gestión de calidad, en innovación y disrupción tecnológica, y vemos que estos elementos se dan de manera aislada con esfuerzos aislados. Además, no cuentan con el recurso calificado para la innovación y transformación. No necesariamente la alta dirección de estas compañías está formada en estos aspectos, lo está haciendo hoy en día, se está actualizando, pero contar con el talento que pueda potencializar las compañías es quizá una de las primeras necesidades”, concluye Mauricio Isaza.
Recomendaciones para formar una empresa competitiva
- Desarrollar una obsesión por el cliente y los usuarios para solucionar necesidades específicas.
- Pensar en 10X. Pensar en negocios que se puedan multiplicar de forma exponencial, que se puedan multiplicar por 10. No en crecimientos lineales.
- Experimentar. Si las compañías no se dan a la tarea de probar y fallar sencillamente no van a innovar.
- Aprender rápido. En un mundo tan veloz, es importante que las compañías comiencen a detectar cuáles innovaciones han sido exitosas y cuáles no lo han sido para que en esa tarea de fallar rápido se pueda también dar el siguiente paso.
- Permitir el fracaso. Alentar a las personas a que aprendan del fracaso.
- Buscar comentarios de los clientes de manera permanente, periódica y lo antes posible.
- Pensar en ecosistemas plataformas y alianzas. No trabajar solo sino de manera colectiva.
- Asignar tiempo y espacio para la innovación. No mezclar la innovación con la ejecución, sino permitir que grupos de personas trabajen de manera específica en procesos de innovación.
- Atraer el talento correcto y generar una cultura propicia para la innovación.