El pasado 10 de febrero, Ecopetrol activó un plan de contingencia en el oleoducto Caño Limón Coveñas tras registrarse un nuevo atentado al sistema de transporte que produjo una rotura del oleoducto y un caño temporal seco.
En lo que va corrido del año, se han registrado seis atentados a los oleoductos de la petrolera. El 5 de enero se presentó uno en la vereda Campo Giles, zona rural de Tibú, en Norte de Santander y en la noche del 4 de enero se registró un atentado contra el Oleoducto Trasandino (OTA) a la altura de la vereda El Pailón, municipio de Barbacoas en el departamento de Nariño. El atentado provocó un incendio que ya fue sofocado y que, por fortuna, no dejo víctimas fatales pese a que se produjo cerca a una zona poblada.
A raíz de estos eventos, Ecopetrol ha hecho varios llamados al gobierno para que se esclarezca la autoría de los atentados y se busque una pronta solución.
Para 2018, se registraron 89 atentados contra el oleoducto Caño Limón Coveñas en los departamentos de Arauca, Boyacá y Norte de Santander.
Sin embargo, y a pesar de los incidentes ocurridos, la inversión en exploración y producción (E&P) en 2018 aumentó por segundo año consecutivo, alcanzando un nivel de ejecución de USD 4.350 millones, es decir un crecimiento de 28% frente a 2017, según lo reveló el Estudio de Tendencias de Inversión E&P en Colombia 2018 y Perspectivas 2019.
Y las perspectivas para 2019 siguen viendo con ojos optimistas la producción e inversión en el sector petrolero. Se estima que en 2019 se invertirán aproximadamente USD 4.950 millones en E&P, lo que significaría un crecimiento del 14% con respecto a 2018. El foco se mantendrá en producción, cuyo presupuesto preliminar estará en alrededor de USD 3.900 millones; en este escenario de mayor inversión, que se centrará en perforación de desarrollo, recobro mejorado y desarrollo de nueva producción, se espera un crecimiento entre 2% y 4% en la producción frente a 2018.
Sin embargo, el estudio de tendencias reveló que solo el potencial geológico de Colombia es visto con buenos ojos por los inversionistas extranjeros pero aspectos como estabilidad regulatoria, seguridad y temas sociales tienen altas debilidades que no permiten que la inversión sea más alta en el país.