Publicado: septiembre 4, 2017, 10:25 am
Aunque los estudiantes deben estar enfocados en sus clases, hay que aceptar que han utilizado las redes sociales como medio de información. Por ello, cada vez más organizaciones están encontrando el valor en los datos que reposan en social media.
¿Cómo las universidades utilizan las redes sociales?
Los usos más frecuentes de social media en las universidades se limitan a promover los programas académicos, mostrar sus modernas instalaciones, crear un vínculo con su audiencia y atraer nuevos alumnos.
Sin embargo, el poder de social media va más allá de visualizar la institución como marca. La información que obtienen las universidades se puede analizar, identificando patrones de búsqueda y tendencias que arrojan los usuarios al investigar o comentar sobre una institución educativa.
“Los datos no son solo una tendencia que revoluciona negocios o gobiernos. Usados adecuadamente, se convertirán en la mejor herramienta para tomar decisiones dentro de instituciones educativas, como la admisión de nuevos estudiantes”, afirma Sergio Gutiérrez, presidente de Infórmese.
A través del desglose, monitoreo y manejo de toda esta información, las universidades pueden crear estrategias que se enfocan en temas de retención estudiantil, producción de contenido, decisiones a nivel institucional, mejora de procesos administrativos, creación de perfiles y prevención de ataques cibernéticos para fortalecer su comunidad estudiantil. (También le puede interesar Educación positiva: jóvenes deciden sobre su enseñanza)
¿Cómo combatir la deserción estudiantil con el análisis de datos?
El principal desafío de las instituciones de educación superior es reducir la deserción estudiantil, pero ¿qué factores intervienen para que un alumno tome la decisión de retirarse? Tecnologías como analytics y big data son la clave para identificar estos patrones y frenar la deserción.
Con estas herramientas, las universidades pueden identificar las falencias de los alumnos para fortalecer su rendimiento y aumentar la eficacia de los profesores. Todos estos datos se pueden capturar desde los ejercicios en clase, los comentarios en social media, hasta en los exámenes en línea.
Es decir, si el desempeño académico de un estudiante no es sobresaliente, con el análisis de la información obtenida, la institución puede desarrollar programas de tutorías personalizadas, clases o laboratorios para reforzar los temas en los que el estudiante está fallando y grupos de estudio para ayudar al alumno y mejorar su proceso de aprendizaje académico.
Finalmente, las universidades pueden obtener datos adicionales a través de las tendencias de comportamiento que se extraen de las redes sociales, blogs o encuestas estudiantiles, con el fin de realizar un diagnóstico propio y comparar su desempeño académico y administrativo con el de otras universidades.
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