Los consumidores creen que la realidad virtual y la realidad aumentada se fundirán en la realidad física y el 5G será una tecnología clave para que dichas experiencias sean las dominantes en el futuro.
La realidad virtual es un ambiente creado de forma computarizada, que recrea la apariencia real de escenas y objetos. El objetivo de la VR es lograr en el usuario la sensación de estar inmerso en el entorno creado virtualmente y por su parte, la realidad aumentada es aquella que mediante el uso de dispositivos tecnológicos incorpora elementos virtuales al mundo físico tangible. De esta forma la AR amplía o aumenta la realidad que percibimos con estos elementos sintéticos que son añadidos mediante la tecnología.
Según el informe ConsumerLab de Ericsson, cuando los límites entre la percepción de lo físico y de lo virtual empiezan a ser difusos, se produce un impacto drástico en la vida y en la sociedad. Nuestra forma de vivir, trabajar y consumir información cambia esencialmente.
Los primeros en adoptar la realidad virtual y la realidad aumentada, esperan que las redes de la siguiente generación como el 5G desempeñarán un papel esencial. Un 36% confían en que el 5G ofrecerá una movilidad VR/AR a través de una red estable, rápida y de alto ancho de banda.
Siete de cada diez de estos ‘pioneros’ opinan que esta tecnología cambiará seis aspectos fundamentales de la vida diaria: medios, educación, trabajo, interacción social, viajes y ventas minoristas. Los medios ya se están transformando y los consumidores creen que las pantallas virtuales empezarán a sustituir a televisores y salas de cine en menos de un año.
El informe recoge las opiniones de una encuesta entre 9.200 usuarios en Francia, Alemania, Italia, Japón, Corea del Sur, España, Reino Unido y Estados Unidos de entre 15 y 69 años con conocimientos sobre realidad virtual.