El contrato de concesión diferencial para la pequeña minería es una figura nueva para la formalización de actividades mineras, consagrada por el Gobierno Nacional en el Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022 (Art. 326 Ley 1955 de 2019). Esta herramienta legal ofrece a los mineros acceder a un título con unas condiciones acordes para los pequeños mineros con una capacidad económica diferencial y la posibilidad de una exploración con explotación anticipada, logrando que puedan desarrollar su actividad en el marco de la legalidad.
“La firma de estos primeros contratos de concesión con requisitos diferenciales para pequeños mineros es una promesa de campaña cumplida del presidente Iván Duque. Además, responde al compromiso de la institucionalidad minera por atender de manera eficiente la vocación de legalidad que tienen nuestros mineros, quienes están atentos a seguir el proceso, cumplir con los requisitos establecidos y participar activamente en las mesas de trabajo dispuestas para precisar el entendimiento de estos”, afirmó la viceministra de Minas, Sandra Sandoval.
Estos primeros contratos diferenciales para pequeños empresarios mineros beneficiarán a más de 100 mineros en 3 departamentos: Antioquia, Cundinamarca y Casanare.
Los nuevos mineros a lo legal
Tras esta nueva figura para la formalización minera impulsada por el Gobierno Nacional hay historias de comunidades y familias que hoy le apuestan a la legalidad en varias regiones del país.
En Antioquia, desde 1997, se ha venido desarrollando la actividad de oro de filón en la mina La Arroyave, en la vereda El Zafiro en Anorí, como un proyecto tradicional de pequeña minería. Su vocación minera comenzó con los abuelos y está llegando a la legalidad a través de los nietos, la tercera generación.
Este proceso transformador comenzó en 2021. Luego de conocer la nueva figura de formalización de contrato de concesión con requisitos diferenciales para la pequeña minería y tras siete meses de trámite y mesas de trabajo, esta mina tradicional será un proyecto amparado por la legalidad en un área aproximada de 89 hectáreas, de la cuales 12 entrarán a explotación anticipada con una inversión inicial estimada de casi $500 millones, generando 60 empleos y beneficiando a 250 personas.
Otra historia se cuenta dentro de 18 hectáreas en Yopal, Casanare, donde un operador de materiales de construcción decidió retomar el camino para su propio emprendimiento minero a partir del conocimiento adquirido en este oficio. Luego de un trámite adelantado tiempo atrás, para el cual no había claridad de los requisitos ni consideraba las particularidades de un pequeño minero y que tomó años en ser resuelto con rechazo, este ingeniero civil presentó hace 7 meses su solicitud nuevamente bajo requisitos diferenciales y tras haber logrado avanzar en las evaluaciones técnicas, jurídicas y económicas hoy firmó su contrato.
En Mosquera, Cundinamarca, también un grupo de 10 mineros celebrará la firma de su contrato de concesión diferencial para la pequeña minería para arcillas, arenas y gravas en casi 4 hectáreas. Un proyecto planteado al que la legalidad le abrió la puerta en menos de 8 meses, luego de cumplir con los requerimientos diferenciales para una actividad responsable.