Estados Unidos ha empezado claramente a desengancharse de la OTAN. Mientras por un lado empieza a retirar sus soldados que están estacionados en Polonia para reforzar el flanco oriental, tampoco participa en la reunión de los ministros de Defensa que se celebró el jueves en … en la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas como «coalición de voluntarios» para apoyar las garantías de seguridad para Ucrania. Son gestos que evidencian sin lugar a dudas que el conflicto provocado por Rusia en Europa ya no es un asunto que le suscite interés al Pentágono.
A falta del impulso que había mantenido Estados Unidos desde el inicio de la guerra y hasta la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, la reunión de ministros de Defensa ha sido organizada por Francia y el Reino Unido, con el objetivo de debatir la posibilidad de participación militar y apoyo logístico para una «fuerza de seguridad» multinacional que tendría como objetivo garantizar la protección de Ucrania en caso de que termine la guerra. Y hoy se celebrará la reunión de los países que apoyan actualmente a Ucrania con recursos militares, el conocido ‘Grupo Ramstein’, por el nombre de la base norteamericana en Alemania donde se han celebrado las primeras reuniones y que agrupa a más de medio centenar de países, miembros o no de la OTAN. Desde su creación, el grupo estuvo liderado por Estados Unidos, bajo la dirección del exsecretario de Defensa Lloyd Austin, durante la Administración Biden. Su sucesor, Pete Hegseth, nunca lo ha presidido y ni siquiera asistirá a la reunión de hoy.
En cuanto a la retirada de los primeros soldados de Polonia, a pesar de los desmentidos, se trata claramente de cumplir lo que venía comentándose en medios militares europeos desde el cambio de administración en Washington.
Un centro logístico clave
El aeropuerto de Jasionka, cerca de Rzeszów, en Polonia, ha sido desde el inicio de la invasión rusa el centro logístico de la ayuda militar y humanitaria destinada a Ucrania. Desde este aeropuerto se ha distribuido aproximadamente el 95% de la ayuda occidental y su seguridad ha estado garantizada por baterías de misiles Patriot estadounidenses, operados por tropas americanas. El jueves, con gran discreción y escasa transparencia, esas tropas comenzaron a abandonar sus posiciones, tal y como había anunciado el Comando del Ejército de EE.UU. en Europa y África. En su lugar, la OTAN ha asumido la responsabilidad de las operaciones en Jasionka y ha reemplazado a las tropas estadounidenses en un punto cuya importancia estratégica sigue siendo alta.
Los comunicados oficiales hablan de «optimización estratégica de las fuerzas de la OTAN». El presidente de Polonia, Andrzej Duda, durante su reciente visita oficial a Estonia, aclaró que «el traslado del personal y el equipo militar estadounidense desde el aeropuerto de Jasionka no es una retirada de tropas», si bien mencionó que no podía explicar la situación «en detalle». «Debido a la necesidad de mantener la seguridad operativa, no podemos proporcionar información detallada sobre cuándo y dónde se trasladará el equipo desde Jasionka», se limitó a decir Dave Overson, portavoz del Comando americano.
«Los estadounidenses no se van a ir del territorio de Polonia», desmintió por su parte el aparente repliegue el viceprimer ministro polaco y ministro de Defensa, Wladyslaw Kosiniak Kamysz, quien aseguró que «se trata de una reubicación planificada de tropas». El personal y el equipo de EE.UU. presentes en el aeropuerto serán transferidos a otras instalaciones, según el Ministerio de Defensa, que insiste también en que los cambios en Jasionka fueron acordados con Polonia y no son una sorpresa.
Efectivamente, Kosiniak Kamysz informó sobre los próximos cambios en Jasionka por primera vez en enero, en una conferencia de prensa conjunta con el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, con el que acordó que, en adelante, el espacio aéreo sobre el aeropuerto y la región estaría protegido por dos baterías antiaéreas Patriot alemanas. Acordaron que la misión duraría un mínimo de seis meses y a las baterías antiaéreas alemanas se han sumado después otras noruegas. Pero la sustitución ha generado gran inquietud entre los polacos.
Rumanía, en el aire
«Aceptamos esta decisión con calma», dice Slawomir Porada, alcalde de Trzebownisko, el municipio donde se ubica el aeropuerto, que nunca olvidará el día en que llegaron los americanos. «Poderosas máquinas calentando las pistas heladas, soldados armados que parecían haber salido de una película, tiendas de campaña que brotaban como setas, y muchas vallas y puestos de control», relatan los testigos a Fakt.pl.
Existen temores de que el Pentágono decida retirar también parte de los efectivos que ha destacado en Rumanía, también en el marco de la OTAN, teniendo en cuenta la cercanía de este país, fronterizo con Ucrania. Fuentes diplomáticas aliadas han reconocido que ya se están preparando para que EE.UU. retire a corto plazo entre 10.000 y 50.000 soldados de Europa como parte del nuevo giro estratégico de EE.UU. hacia el Indopacífico.
El problema es que la mayoría de los ejércitos europeos carecen de los elementos más modernos en el campo de la inteligencia estratégica y de defensa antiaérea eficaz. De la reunión de ministros que patrocinan Francia y el Reino Unido la única constatación que se ha filtrado es que las discusiones versan sobre todo sobre cómo cumplir la misión de asegurar la protección de Ucrania sin el apoyo norteamericano.