Nicole Bastidas, de 37 años, va a «probar suerte» en España el próximo verano, tan pronto como su hija de 16 años concluya el bachillerato en Venezuela y pueda viajar con toda su familia. Emigrará a España porque el Gobierno chavista no le ofrece … futuro y el de Estados Unidos está cerrando las puertas a los venezolanos. La familia Bastidas forma parte del 26% de los venezolanos que tienen la intención de emigrar a España por razones económicas, según las encuestas.
La consultora Poder y Estrategia señala en su último estudio de opinión, realizado en las principales ciudades de Venezuela en enero pasado, que España, Brasil y Colombia son ahora los destinos preferidos para emigrar después de la caída estrepitosa de EE.UU. (de 27% a 11%) por sus crecientes limitaciones y deportaciones.
Los resultados de las entrevistas a 1.040 venezolanos mostraron que la intención de mudarse a España subió de 18% a 26%, mientras que Brasil aumentó de 11% a 16% y Colombia se mantuvo en un 13% en los últimos meses.
Nicole, que oculta su verdadero nombre porque el régimen chavista anula los pasaportes y mete en prisión a quienes lo critican, quería inicialmente emigrar a EE.UU., pero «hemos cambiado de planes» tras las restricciones migratorias que ha impuesto Washington.
Por su pasaporte comunitario europeo, Nicole puede emigrar a Italia, pero «prefiero ir a España por el idioma y porque tenemos familiares de mi esposo en Barcelona que nos ayudarían a establecernos allá. Pensamos viajar en agosto o septiembre próximos, ya estamos haciendo las maletas», señala.
Nacida en Boconó, en el estado de Trujillo, Nicole es licenciada en educación y profesora de biología y química. «Trabajo en un liceo público donde gano unos 40 dólares mensuales más los bonos de guerra. Es un salario de hambre y miseria. Cada día estamos peor y no vemos luz a final del túnel».
Desde hace tres años, el régimen chavista no aumenta el salario mínimo, que hoy es de 1,5 dólares mensuales por la devaluación del bolívar. La caída del poder adquisitivo y de la actividad productiva de Venezuela, agravada por las sanciones económicas y la continuidad fraudulenta del Gobierno de Nicolás Maduro, ha sumido al 86% del país en la pobreza, según las encuestas.
La deserción escolar es del 70% tanto entre los profesores como entre los alumnos. Además de la infraestructura ruinosa que presentan los planteles educativos, la enseñanza que reciben los alumnos es pobre e incompleta. En la educación media, los estudiantes no reciben clases de matemáticas, física, biología y química. Y, sin embargo, las autoridades educativas del sector público otorgan los diplomas en esas materias «ausentes» por la falta de profesores que han emigrado al exterior.
Antonella Gómez (nombre ficticio), de 38 años, también se está preparando para instalarse en España en los próximos meses, tan pronto obtenga su pasaporte comunitario italiano. También quería emigrar a EE.UU., «pero, después de ver la angustia que vive mi amiga en Nueva York porque la pueden deportar teniendo el permiso temporal, que vence en septiembre, cambié de opinión. Prefiero ir a la madre patria». Mientras ABC la entrevista telefónicamente, se va la luz. Antonella también vive en Boconó, en la región andina. «Aquí cortan la luz a cada momento. Vivimos a media luz. Tampoco hay gas. No tenemos vida ni futuro con este Gobierno».
Zootecnicista, asistente de veterinario y estilista canina, Antonella adora su profesión. Autónoma, con el cuidado de las mascotas gana entre 150 y 200 dólares al mes, pero «eso no alcanza para vivir, tengo unos ingresos de miseria. Cuando gano para hacer mercado y comer, no tengo para comprar medicinas, y así me la paso», se lamenta. Cree que, en España, su profesión, el cuidado de mascostas, está bien valorada. Por eso, es optimista: «No quiero seguir siendo pobre».