Elon Musk visitó este viernes el Pentágono para una reunión de una hora al más alto nivel, que obligó al propio presidente de Estados Unidos a aclarar que ningún plan de contingencia militar ante el expansionismo de China debería compartirse con el … empresario. «Desde luego, no se le mostraría eso a un empresario», dijo Donald Trump a la prensa en el Despacho Oval. «Elon tiene negocios en China, y podría ser susceptible a eso», añadió durante un acto en el que presentó un nuevo modelo de caza, llamado F-47.
La reunión con Musk en el Pentágono fue organizada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y se centró, según este último, en el papel del empresario al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), especialmente en sus esfuerzos por reducir la burocracia federal y aplicar despidos masivos.
El presidente Trump dejó claro después que Musk no tendrá acceso a los planes más delicados del Gobierno, citando preocupaciones de seguridad nacional debido a sus negocios en el extranjero, especialmente en China. Al salir del Pentágono, tras una reunión de aproximadamente una hora, Musk fue grabado por CNN diciéndole a Hegseth: «Si hay algo en lo que pueda ser útil, realmente me gustaría que esto acabe bien».
Musk negó primero que el encuentro fuera cierto, luego dijo que no se habló de China y finalmente prometió perseguir y despedir a quienes hubieran filtrado sus planes. En principio, varios medios estadounidenses publicaron el jueves filtraciones sobre los planes de Musk de visitar el Pentágono. Trump no se limitó a negar que se tratara ese tema en la reunión. Aseguró: «Yo no quiero mostrarle eso a nadie. Estás hablando de una posible guerra con China… No queremos una guerra con China, pero si la hubiera, estamos muy bien preparados para afrontarla».
«Es un gran patriota»
Trump defendió a Musk en términos personales: «Es un gran patriota. Está pagando un alto precio por ayudarnos a cortar despilfarros, fraudes y abusos, y está haciendo un gran trabajo». Tesla, una de las empresas que dirige Musk, padece graves pérdidas por los ataques de detractores de Trump y sus medidas más polémicas.
También dijo Trump que se puso en contacto con su jefa de gabinete y con Pete Hegseth, actual secretario de Defensa, para confirmar que Musk no tuvo acceso a ningún plan clasificado: «Lo primero que hice fue llamar a Susie [Wiles] y a Pete [Hegseth] y les dije: ¿hay algo de verdad en esto? Me respondieron que es ridículo».
Lo que quedó claro este viernes en el Despacho Oval es que Trump no tenía conocimiento previo de la visita de Musk al Pentágono. El propio Hegseth admitió su existencia: «Fue una conversación informal excelente. El resto de esas filtraciones es falso. No se trató de planes de guerra, no hubo planes secretos contra China. Eso no es lo que estábamos haciendo en el Pentágono».
Como máximo directivo de Tesla, Musk tiene importantes intereses comerciales en ese país asiático, uno de sus mayores mercados y sede de una de sus mayores plantas, la Gigafactory Shanghái, que opera con el consentimiento de la dictadura china, que le concede los permisos necesarios.
Según las primeras filtraciones, Musk iba a obtener información detallada sobre tácticas marítimas y planes de ataque, centrados en cómo las fuerzas estadounidenses se enfrentarían a China en una guerra, según publicó el diario ‘The Wall Street Journal’. La reunión no se había anunciado, pero que se filtrara desde el Pentágono indica que alguien en el estamento militar o en la parte civil de Defensa trató de impedir que esos planes se compartieran. Es llamativo que Trump delimitara de forma tan clara que hubiera sido algo inapropiado.
Elon Musk y Pete Hegseth, este viernes en el Pentágono
Reuters
Las empresas de Musk mantienen contratos millonarios con el Departamento de Defensa, principalmente a través de SpaceX. La compañía proporciona servicios de lanzamiento para satélites clasificados y otros dispositivos, en el marco de acuerdos que suman aproximadamente 22.000 millones de dólares, de los cuales unos 15.000 millones provienen de contratos con la NASA. Entre sus mayores encargos con el Pentágono destaca un contrato de 733 millones de dólares para lanzamientos espaciales de seguridad nacional, firmado en octubre, y otros en negociación que podrían alcanzar cientos de millones más.
Además, el Pentágono ha recurrido a Starlink, el sistema de internet satelital operado por SpaceX, para ofrecer conectividad en zonas remotas y en operaciones militares, incluyendo un contrato de 23 millones de dólares para apoyar a las fuerzas ucranianas hasta mediados de 2024. Starlink también colabora con comandos de operaciones especiales, la Fuerza Aérea y el Ejército.
Dentro de la campaña de recortes de Musk, el Departamento de Defensa planea suprimir entre 50.000 y 60.000 empleos civiles como parte de un esfuerzo por reducir su fuerza laboral en un 5% a 8%, de un total de 900.000 empleados. El objetivo se alcanzará principalmente mediante la no sustitución de personal que deja el cargo, con una meta de eliminar alrededor de 6.000 posiciones al mes. Aunque el Departamento ha aplicado planes de despidos voluntarios, la preocupación es que estos recortes afecten la preparación militar, ya que algunos trabajadores civiles podrían ser reemplazados por personal militar.