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NEGOCIOS

Los Gerentes de Impacto del 2024

TECNOLOGÍA

Un hombre estudia comprar el vertedero en el que cree que están los 600 millones de libras en bitcoins que perdió

10/02/2025 a las 17:52h.

Un hombre de 39 años lleva una década intentando recuperar su fortuna: 600 millones de libras en bitcoins. Los tenía en un disco duro que en el verano de 2013, de manera accidental, introdujo en una bolsa negra mientras limpiaba su despacho y que después dejó en el pasillo de la casa. Posteriormente, una pareja se creyó que era basura y ahí acabó en el vertedero.
Durante los últimos 10 años, James Howells ha estado peleando con las autoridades locales para poder acceder a esa zona y buscarlo, informa ‘The Guardian’. Lo más reciente ocurrió el mes pasado, cuando el hombre perdió un caso en el que pedía obligar al Ayuntamiento de Newport a dejarle rastrear en el citado lugar.

Desde ese momento, el Consistorio ha tratado de cerrar el vertedero. De hecho, según apunta el citado periódico, se quiere construir una granja solar en parte del territorio. En declaraciones recogidas por ‘The Guardian’, Howells se ha mostrado sorprendido de los supuestos planes municipales, sobre todo, por el «impacto perjudicial» que le habían dicho que tendría clausurar el espacio simplemente para que buscase.

Como ha perdido la vista, ahora está valorando comprar ese vertedero, situado en el sur de Gales, para poder intentar recuperar su disco duro. Según ha afirmado, es una opción que está «muy sobre la mesa» y que ya ha valorado con potenciales socios.

Elon Musk y Sam Altman: de aliados en OpenAI a una rivalidad por la inteligencia artificial

La relación entre Elon Musk y Sam Altman ha pasado de la colaboración en OpenAI a una abierta rivalidad. Actualmente vuelan los cuchillos de un lado hacia el otro, pero antiguamente fueron, en conjunto, piezas claves en la fundación de la empresa de inteligencia … artificial (IA) de ChatGPT, pero diferencias en la visión estratégica y el control de la compañía los han llevado a enfrentarse en los últimos años.
En 2015, Musk y Altman fueron dos de los principales impulsores de OpenAI, una organización (en aquellas sin ánimo de lucro) creada para desarrollar IA de manera segura y evitar que esta tecnología quedara en manos de unas pocas grandes empresas. Con el respaldo de otros empresarios y expertos, OpenAI nació con el propósito de garantizar que la IA beneficiara a la humanidad. «Es difícil imaginar cuánto podría beneficiar a la sociedad la IA a nivel humano y es igualmente difícil imaginar cuánto podría dañarla si se construye o utiliza incorrectamente», indicaba en un comunicado en el que se anunciaba la fundación de OpenAI.

El abandono de Musk «fue muy duro»

Sin embargo, en 2018, Musk abandonó de golpe la empresa. Según explicó más tarde, lo hizo porque creía que OpenAI estaba quedándose atrás frente a otros competidores, como DeepMind de Google. Además, intentó tomar el control de la compañía, pero su propuesta no fue aceptada por el resto de los fundadores, incluido Altman. Con su salida, el multimillonario también se retiró de un compromiso de proporcionar financiación adicional a la startup de IA, según declaró una persona familiarizada con este asunto a ‘The New Yorker’.
«Fue muy duro», expresó Altman a la revista neoyorquina con relación a esta situación. «Tuve que reorientar gran parte de mi vida y de mi tiempo para asegurarme de que contábamos con financiación suficiente».
Pese al vació que dejó Musk en cuanto a financiación, en noviembre de 2022 ChatGPT despegó y cosechó millones de usuarios por su capacidad para hacer de todo, desde escribir redacciones hasta elaborar código de programación. Según el medio ‘Semafor’, Musk estaba furioso por el éxito del chatbot, y arremetió contra la compañía, comentando que ChatGPT se entrenaba con la base de datos de Twitter (ahora X) sin haberle pedido permiso y que procedería a limitarlo.

Altman se burla de Musk en varias ocasiones

Los años pasaron, y después de este roce y de la salida de Musk de OpenAI, el multimillonario decidió fundar xAI en 2023, su propia empresa de IA con la promesa de desarrollar modelos más transparentes y sin censura ideológica. Su objetivo era competir directamente con OpenAI y ofrecer una alternativa a herramientas como ChatGPT.
Musk también fue una de las más de 1.000 personas que firmaron una carta abierta en marzo de 2023 pidiendo una pausa de 6 meses en el entrenamiento de sistemas avanzados de IA. «¿Debemos arriesgarnos a perder el control de la civilización?», argumentaba la carta. Sin embargo, y tal como informó ‘The New Yorker’ en 2023, mientras Musk presionaba públicamente para que se estableciese una moratoria, el empresario estaba montando en silencio su propia compañía. Entre tanto, después de que Musk comprara Twitter, decidió realizar cierta prohibiciones a enlaces que dirigieran a paginas externas, con un movimiento en el que decidió autodenominarse como «absolutista de la libertad de expresión». Altman no perdió la oportunidad y le tildó de «absolutismo de la libertad de expresión en esteroides».
free speech absolutism on STEROIDS— Sam Altman (@sama) April 8, 2023

Tampoco perdió la oportunidad de comentar la supuesta pelea entre Zuckerberg y Musk, un combate que nunca se celebró, pero dijo en la Cumbre de Tecnología de Bloomberg que él «iría a ver si Zuck y él realmente pelean en una jaula», aunque dijo que, en su caso, no consideraba que fuese a desafiar a Musk en una pelea física.
Por otra parte, Altman declaró a The New Yorker en agosto de 2023 que, en cuestiones más generales, el CEO de Tesla tiene un planteamiento de «yo hago lo que quiero». Y añadió: «Elon quiere desesperadamente que el mundo se salve. Pero solo si puede ser él quien lo salve».

Musk denuncia a OpenAI

La rivalidad alcanzó un nuevo nivel en febrero de 2024, cuando Musk demandó a OpenAI y a Sam Altman. En su denuncia, alegó que la empresa había abandonado su misión original al priorizar intereses comerciales y favorecer a Microsoft. En este tiempo, Altman tomó la decisión de que la empresa dejara de ser una organización sin ánimo de lucro, lo que permitió atraer a grandes inversores, entre los que se encontraba Microsoft, quien se convirtió en su principal socio.
Sus abogados defendieron que la desarrolladora de ChatGPT se había «transformado en una filial de facto de código cerrado de la mayor empresa tecnológica del mundo», llegando a decir que OpenAI está «perfeccionando una inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés) para maximizar los beneficios de Microsoft, en lugar de hacerlo en beneficio de la humanidad». Ante esta demanda OpenAI rechazó las acusaciones y aseguró que su enfoque seguía alineado con el beneficio de la humanidad.
Musk retiró esa demanda, pero meses después volvió a presentar una nueva, alegando que fue «engañado» para cofundar la empresa de IA. Además, Musk acaba de modificar dicha denuncia para incluir a Microsoft como parte imputada y sus abogados acusan ahora a las dos compañías de incurrir en conductas anticompetitivas.
La guinda del pastel en esta pelea tecnológica ha sucedido este lunes, cuando Musk dio a conocer que quería comprar OpenAI por 97.400 millones de dólares. Ante la oferta, Altman respondió muy pronto mediante X: «No, gracias, pero compraremos Twitter por 9.740 millones de dólares si quieres». Musk no se ha quedado callado, y ha llamado a Altman «estafador», junto con un vídeo en el que Altman explica que no ha ganado ni un solo dólar con OpenAI. Claro, antes de que dejara de ser una organización sin ánimo de lucro.

Pese a los pleitos y los continuos ataques del dueño de Tesla hacia el CEO de OpenAI, Altman ha dedicado en varias ocasiones palabras bonitas a Musk. «Para decir algo positivo sobre Elon, creo que realmente le preocupa el futuro de la AGI», dijo en una entrevista en el pódcast ‘On With Kara Swisher’, refiriéndose a la inteligencia artificial general. «Es un imbécil, o lo que se quiera decir de él, tiene un estilo que no es el que yo querría para mí. Pero creo que realmente se preocupa, y le estresa el futuro de la humanidad», expresó Altman.
En mayo de 2023 también comentó durante una charla en el University College de Londres que «aprender de Elon sobre lo que es posible hacer y que no es necesario aceptar, que la I+D y la tecnología duras no son algo que se pueda ignorar, ha sido muy valioso».

Probamos el TicWatch Atlas: el reloj inteligente de aventura definitivo

07/02/2025 a las 01:54h.

El TicWatch Atlas es la propuesta de Mobvoi para los entusiastas de los deportes extremos, aventureros y aquellos que buscan un reloj inteligente que soporte las condiciones más extremas. Tras unas semanas probándolo, queda claro que Mobvoi ha dado un salto significativo en este segmento, aunque no está exento de algunos sacrificios.
El Atlas destaca desde el primer momento por su robustez. Está fabricado con materiales premium como acero inoxidable, aluminio de serie 7000 y nailon reforzado con fibra de vidrio. Esto, junto con su certificación militar MIL-STD-810H, lo convierte en un «tanque» a prueba de todo. La pantalla está protegida por cristal de zafiro, lo que garantiza resistencia frente a golpes y arañazos, ideal para actividades al aire libre.

Eso sí, este diseño tan resistente ocasiona que reloj resulte grande y algo pesado, para personas con muñecas pequeñas o que buscan un dispositivo más discreto, el Atlas puede resultar demasiado grande.

La pantalla dual es de 1,43 pulgadas, combina un panel OLED de alta resolución, con colores vivos y claridad, con una pantalla LCD de bajo consumo, que resulta extremadamente útil bajo la luz directa del sol. Esta combinación no solo mejora la visibilidad, sino que también prolonga la duración de la batería. Este sistema de doble pantalla trae clarísimos beneficios, pero también alguna que otra desventaja, por ejemplo, a veces pasar la pantalla LCD a la OLED requiere del reinicio del dispositivo, para poder «despertarlo», lo que significa esperar unos segundos.

INTERNACIONAL

Jordania cede ante Trump y ya acepta refugiados palestinos

Bajo la presión de Donald Trump, el rey de Jordania no tuvo más opción que aceptar este martes la entrada de unos 2.000 niños palestinos enfermos desde Gaza. Se trata de una primera concesión ante el ambicioso plan del presidente de Estados Unidos … para evacuar por completo la Franja y avanzar en su reconstrucción y desarrollo inmobiliario.
Hasta ahora, Egipto y Jordania, los dos países que en teoría deberían acoger a la mayoría de los cerca de dos millones de nuevos refugiados palestinos, han mostrado una firme resistencia. Sin embargo, Trump no está dispuesto a dar marcha atrás y convocó a ambos gobiernos en Washington, apenas días después de presentar junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, su ambicioso plan para transformar Gaza en una «riviera de Oriente Próximo».
La gran incógnita es bajo qué marco legal Estados Unidos asumiría el control de Gaza. Al ser cuestionado por la prensa, Trump no titubeó y respondió con contundencia: «Será bajo la autoridad de Estados Unidos», como si la respuesta fuera evidente.
Abdalá II de Jordania visitó a Trump en el Despacho Oval y expresó reservas aparentes sobre el plan de desplazamiento forzoso del presidente estadounidense. Señaló que habría que esperar a las propuestas de Egipto y otros países de la región antes de avanzar, aunque al mismo tiempo anunció la acogida de 2.000 niños palestinos enfermos, un gesto que Trump calificó de «hermoso». En términos generales, el monarca jordano afirmó su disposición a colaborar con Trump en la búsqueda de la paz en Oriente Próximo.

Elogios a Trump

De hecho, Abdalá se mostró especialmente elogioso con Trump, como suele ocurrir con la mayoría de los líderes que visitan la Casa Blanca en este segundo mandato. «Por fin veo a alguien que puede llevarnos hasta la meta para lograr estabilidad, paz y prosperidad para todos en la región», dijo el rey jordano. Trump después se jactó de haber ganado el voto árabe en las pasadas elecciones presidenciales.
Trump insiste en que Estados Unidos se hará cargo de la Franja, una estrategia que le permite presionar directamente a sus aliados y evitar que la reconstrucción quede únicamente en manos de Israel. Al ser preguntado sobre estos planes de desarrollo, el presidente afirmó en el Despacho Oval: «No la vamos a comprar, la vamos a tomar, vamos a mantenerla, vamos a quererla». Trump subrayó además su visión para el futuro de la Franja: «Vamos a ponerla en marcha, se van a crear muchos empleos para la gente de Oriente Próximo. Será para la gente de Oriente Próximo. Pero creo que podría convertirse en un diamante».
La incertidumbre sobre el futuro de los 2,3 millones de palestinos que residen en Gaza es una de las principales preocupaciones de Trump. El presidente pidió paciencia mientras continúa negociando con las partes involucradas. «Será en Oriente Próximo, serán lugares muy bonitos, maravillosos», aseguró.

Egipto prepara el terreno

Mientras, el ministro de Exteriores de Egipto, Badr Abdelatty, estuvo preparando en Washington la visita del presidente Abdel Fattah al-Sisi el 18 de febrero y llegó con una postura clara: Egipto rechaza el desplazamiento de palestinos desde Gaza. Así se lo transmitió al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en una reunión este lunes.
Abdelatty subrayó que la reconstrucción de Gaza debe realizarse con los palestinos dentro de su territorio y con el respaldo del mundo árabe, la comunidad islámica y la comunidad internacional.
Trump insistió en que los países vecinos, como Egipto y Jordania, deben acoger a los palestinos, pero hasta ahora ambos gobiernos han rechazado públicamente esa posibilidad. Sin embargo, con la inminente reunión entre Trump y al Sisi, queda por ver si Egipto mantendrá esta postura ante la presión de Washington.
Las cifras con las que Trump juega son, sin duda, significativas. Egipto recibe alrededor de 1.500 millones de dólares anuales en ayuda de Estados Unidos, la mayoría destinada a cooperación militar. Jordania recibe una cantidad similar, aunque en algunos años, como en 2020, las partidas superaron los 2.000 millones. En su mayoría, estos fondos también están dirigidos al ámbito militar.
El martes, en el Despacho Oval, Trump dejó claro que podría ejercer presión sobre los países a los que busca involucrar en la acogida de palestinos recortando estas ayudas, en el marco de su ambiciosa reestructuración del gasto público. Sin embargo, aseguró que aún no ha tomado esa medida: «Por ahora, estamos por encima de eso».

El presidente Trump dio a Hamás un ultimátum: si para el sábado no libera a los 70 rehenes israelíes que aún mantiene en su poder, Gaza se convertirá en «un infierno». Así lo advirtió el lunes, endureciendo su postura en un conflicto donde las negociaciones del alto el fuego, alcanzadas a finales del año pasado, se han vuelto cada vez más complejas.
Las condiciones en las que Hamás está liberando a los secuestrados han sido deplorables, lo que ha tensado aún más las conversaciones. A esto se suma la resistencia de Israel a excarcelar a detenidos palestinos como parte del canje. En esta fase intermedia del acuerdo, está previsto que al menos 30 rehenes capturados en los atentados del 7 de octubre de 2023 sean liberados, pero el cumplimiento de este compromiso sigue en el aire.
Hay en Oriente Próximo unos 6,5 millones de refugiados palesitnos. Jordania alberga a más de dos millones de ellos. La semana pasada, el ministro de Exteriores jordano, Ayman Safadi, afirmó que la oposición de su país a la propuesta de Trump era «firme e inquebrantable». Aun así, Jordania ha entrado en negociaciones con la Casa Blanca.
El presidente norteamericano, en un primer momento, no descartó el despliegue de tropas estadounidenses para asegurar Gaza, pero al mismo tiempo insistió en que no destinaría fondos de Estados Unidos para la reconstrucción del enclave, dejando en el aire cuestiones cruciales sobre la viabilidad de su plan.
Sí ha dejado claro que esos palestinos no deberían ser recibidos en ningún caso en Estados Unidos, sino en países árabes de la zona donde construirles viviendas.

Zelenski planteará un «intercambio» de territorios a Rusia si Trump organiza negociaciones de paz

12/02/2025

Actualizado a las 07:38h.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha afirmado este martes que propondrá un «intercambio» de territorios a Rusia en el caso de que su homólogo estadounidense, Donald Trump, consiga organizar negociaciones de paz con el Kremlin en el marco de la invasión rusa del país europeo, desencadenada el 24 de febrero de 2022 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin.
En una entrevista con el diario británico ‘The Guardian’, el mandatario ucraniano ha propuesto ceder las tierras que mantiene bajo su control en la región rusa de Kursk desde hace seis meses, cuando las tropas ucranianas lanzaron una sorpresiva incursión.

«Intercambiaremos un territorio por otro», ha declarado, si bien ha agregado que no sabe qué parte del territorio ucraniano ocupado por Rusia pediría Ucrania a cambio. «No lo sé, ya veremos. Pero todos nuestros territorios son importantes, no hay ninguna prioridad», ha manifestado.

Zelenski ha reconocido que si Trump retira el apoyo estadounidense a Kiev, Europa por sí sola no podrá llenar ese vacío. «Hay voces que dicen que Europa podría ofrecer garantías de seguridad sin los estadounidenses, yo siempre digo que no. Las garantías de seguridad sin EEUU no son garantías de seguridad reales», ha sostenido.

Jordania, un país subsidiado

Abdalá II es el primer jefe de Estado árabe que visita la Casa Blanca en el comienzo del segundo mandato de Donald Trump, pero habría querido quizá ser el último. La amenaza del presidente norteamericano de quitar las ayudas a Jordania si no acepta su … plan para Gaza coincide con el mandato que el monarca de Amán siente de liderar la oposición árabe a esa propuesta.
Está en juego el prestigio de Jordania en la región. También su estabilidad política, puesta varias veces en peligro por la masiva presencia de refugiados palestinos. Y en el otro extremo de la balanza, la dilatada y estrecha amistad con Estados Unidos. Además de la ayuda económica y militar norteamericana a Jordania, estimada en unos 1.500 millones de dólares anuales.
Jordania es, y ha sido siempre, un ejemplo de estabilidad y moderación en Oriente Próximo. El reino hachemí –un modelo teórico de monarquía constitucional, en realidad una monarquía absoluta que se apoya en partidos que la respetan– ha jugado siempre un papel esencial en la lucha contra los enemigos de Occidente. Desde 2013, la Inteligencia norteamericana está emparentada con la jordana en la batalla contra el terrorismo islámico. Así que Donald Trump, conocedor de todo ello, haría bien en ser prudente a la hora de jugar de farol con el monarca hachemí.
Es mucho el dinero que está en juego en términos de ayuda directa de Estados Unidos, tanto económica como de armamento y formación de militares jordanos. Pero el problema palestino, que Trump quiere aparentemente resolver de un plumazo, afecta muy seriamente a la supervivencia de Jordania como Estado propio.
En 1970, la OLP de Arafat trató de derrocar la monarquía jordana y cerca estuvo de conseguirlo. Hoy, la mitad de los 11 millones de jordanos son palestinos de origen. Pensar que es viable aceptar, de la noche a la mañana, gran parte de los dos millones de palestinos que han experimentado durante quince meses los horrores de la guerra en la franja de Gaza, es pensar en los excusado.

¿Estamos en el umbral de un viable plan de paz para Ucrania?

La reciente caída de Toretsk ha agrietado el robusto segmento defensivo ucraniano Chasiv Yar-Prokovsk. También facilitará el avance de las tropas rusas hacia Kostiantynivka por el eje de la carretera T0516. Tal conquista, además, ha debilitado las capacidades ucranianas en la zona, favoreciendo … así la presión de las tropas rusas sobre Chasiv Yar. Bastión que impide a estas últimas la progresión hacia la línea Sloviansk-Kramatorsk que, junto con Prokovsk constituyen las últimas barreras sólidas para evitar el dominio ruso de todo el oblast de Donetsk.
Tal panorama revaloriza la silla rusa en una potencialmente próxima mesa de paz en la que las principales estrellas del reparto, Rusia y EE.UU., acudirían con exigencias temporales contrapuestas. Putin sin prisa por negociar: va ganando en el teatro y, además, la guerra comercial abierta por Trump le regala tiempo para seguir engulléndose el territorio ucraniano. A Trump, por el contrario, le urge acabar la guerra por, entre otras, tres razones de peso. Una, ganar cierta estabilidad internacional para poder plasmar su «America first». Dos, poder dedicarse con mayor atención a su rivalidad con China. Y tres, esquivar el daño reputacional que conllevaría el alargamiento indefinido de las hostilidades.
La credibilidad de Trump ya sufrió tras no lograrse, como había vaticinado, la finalización de las hostilidades en las 24 horas siguientes a su «entronización» en la Casa Blanca. La demora podría arrastrar a EE.UU. a una guerra que no parece estar en el interés nacional de EE.UU., con el riesgo de repetición de lo que le pasó a Nixon con Vietnam (aparecer como responsable de una guerra que comenzó durante el mandato de Kennedy y se intensificó durante el de Johnson). De prolongarse indefinidamente la guerra en Ucrania, el histriónico Trump podría ser percibido como responsable del conflicto.

La llegada de Trump a la Casa Blanca ha pillado a Europa a contrapié. En un emergente nuevo orden multipolar, donde la UE posiblemente no tendría un papel relevante, todo parece cuestionarse. Paradigma del desvarío es el debate sobre la posibilidad de desplegar tropas europeas, que enfrentasen las amenazas de Trump de anexionarse Groenlandia. Es decir, plantar cara en Europa a la potencia que garantiza la seguridad europea. En Bruselas no parece entenderse que Trump busca en Europa subordinación frente a China, que es su verdadero rival en términos políticos económicos, militares y comerciales. ¿En qué tono pues responderá Europa si Trump, como ya ha avisado, nos impone una guerra arancelaria?
En la UE se extiende la conciencia de la necesidad de incrementar significativamente la inversión en defensa, así como de dotarse de una autonomía estratégica. Se maneja la cifra de 500.000 millones de euros en diez años, y la Comisión ha propuesto para ello varios instrumentos como el Programa Europeo para la Industria de Defensa (EDIP) y el Fondo Europeo de Defensa (EDF). También son objeto de debate diversos ámbitos que pudieran aplacar a Trump en este campo, de los que tres parecen más punteros: la compra de gas licuado norteamericano, el incremento de la cooperación con EE.UU. en su relación con China y la adquisición de sistemas de armamentos norteamericanos.
El mayor problema para orquestar una respuesta europea es que, en el seno de la Unión cada dirigente hace su propio juego, en base a sus respectivos intereses nacionales (Meloni, Macron, Tusk, Orbán…) o personales (Sánchez). Eso se traduce en una actitud descoordinada frente a los enormes cambios geopolíticos en desarrollo. Mientras EE.UU. y China están corriendo y originando nuevos productos (China, además, perfeccionando creaciones existentes a mejor precio), Europa se estanca super regulando y penalizando las actividades empresariales. Ejemplo de ello sería el desaforado combate contra el CO2, convirtiendo a la energía -base del funcionamiento de la humanidad-, en un producto tan caro como inestable y, muchas veces, no disponible.
Tal vez, la Conferencia de Múnich sobre Política de Seguridad, el foro más importante del mundo sobre el tema, a celebrar el próximo fin de semana en el hotel Bayerischer Hof, sea capaz de aclararnos hacia dónde vamos. No es descartable que EE.UU. aprovechase el evento para difundir un esquema de plan de paz para Ucrania sobre el que, al parecer, ya están trabajando Washington y Moscú.

Líbano recupera la normalidad política tras superar el chantaje de Hizbolá

Tras dos años de inestabilidad política, generada por la hegemonía y prepotencia militar del movimiento radical Hizbolá, el Líbano ha dado otro paso de gigante hacia la paz interna con la aprobación de un gobierno presidido por el suní Nawaz Salam. Entre sus principales … tareas destaca la aplicación de la tregua con Israel -que establece la retirada de todas las tropas hebreas del sur del país- y el comienzo de la recuperación económica del país del cedro, lastrado por la situación más calamitosa desde su independencia.
La Constitución libanesa establece que, dada la división social en tres tercios -uno cristiano, otro musulmán suní y el tercero musulmán chií-, la Presidencia de la república debe recaer en un político maronita, la jefatura del gobierno en un musulmán suní, y la Presidencia del Parlamento en un chií. En los últimos años, el movimiento político-militar chií Hizbolá (‘Partido de Dios’) ha chantajeado a toda la población con su poderío y el apoyo de Irán, imponiendo la guerra contra Israel y la interrupción de la normalidad institucional.

Asesinato de Nasralá

El asesinato selectivo de la jerarquía de Hizbolá y la invasión del sur del Líbano para destruir su infraestructura han debilitado al movimiento chií, pero no han logrado destruirlo del todo. No obstante, después de forzar una prórroga para su retirada, Israel afirma que el 18 de este mes honrará lo pactado y se retirará tras sus fronteras. El nuevo Gobierno libanés, por su parte, se ha comprometido a ocupar con el Ejército nacional las posiciones que antes ocupaba Hizbolá, y a respetar los acuerdos sobre la zona tampón entre ambos países.
Solo el tiempo dirá si ambas partes logran cumplir lo pactado, y evitar que los radicales pro-iraníes reconstruyan lo que en su momento se consideró como la mayor fuerza paramilitar del mundo.

La tormenta de fuego en Dresde que alienta a la extrema derecha alemana

Después de reiteradas jornadas de bruma y nieve, el 13 de febrero de 1945 amaneció despejado. El parte meteorológico, que favorecía las condiciones de vuelo, supuso la sentencia de muerte para alrededor de 25.000 alemanes a los que los bombardeos tomaron completamente por sorpresa … en la ciudad de Dresde. La Conferencia de Yalta, en la que Roosevelt, Churchill y Stalin decidieron el desarme y la partición de Alemania, había acabado dos días antes. Se daba ya la guerra por terminada y algunos niños incluso se habían disfrazado para celebrar la versión de posguerra del carnaval, cuando 796 aviones de la RAF británica y 311 aviones norteamericanos comenzaron a soltar las más de 4.500 toneladas de explosivos y artefactos incendiarios sobre una población fundamentalmente compuesta por mujeres, ancianos y niños.
Más de 20 kilómetros cuadrados de centro histórico de la ‘Florencia del Elba’ quedaron devastados por completo. A las 10:40 horas del miércoles de ceniza, la gran cruz de hierro cayó desde una altura de 90 metros, arrastrando tras ella la cúpula de la Frauenkirche, la principal iglesia protestante alemana, convertida en un horno, y cuyo perfil había sido hasta ese momento la imagen de Dresde. No pudo terminarse su reconstrucción hasta el año 2005.
En los días siguientes al bombardeo, los supervivientes apilaron miles de cuerpos en una de las plazas principales, según testimonios directos. Fueron depositados sobre los enormes listones metálicos que habían formado parte de las persianas de unos grandes almacenes y allí quemados con lanzallamas en turnos de varios cientos de cuerpos cada vez, para evitar que se propagasen más enfermedades. Varios miles más aparecieron bajo los escombros.

En 1993 se descubrieron en el Archivo Municipal documentos de la oficina que gestionaba los cementerios de la ciudad y que anotan el enterramiento de otras 21.271 víctimas. Ante la magnitud de los hechos, surgieron las primeras y calladas preguntas, que permanecieron en forma de trauma en el subconsciente colectivo de la Alemania oriental. No había un solo motivo militar o estratégico que justificase aquella masacre, aquel ataque masivo contra una ciudad indefensa, más allá de una demostración de fuerza de cara a Rusia, cuyo ejército había liberado el este de Alemania y a la que los Aliados deseaban poner límites. El argumento oficial fue ayudar al ejército ruso e interrumpir las evacuaciones alemanas desde el este.
«Dresde, la séptima ciudad más grande de Alemania, no mucho más pequeña que Manchester, es también el área construida más grande que aún no ha sido bombardeada», decía la orden del día, que fue leída a las tripulaciones de los Grupos de Bombarderos 5º, 1º, 3º y 6º de la Real Fuerza Aérea Británica antes de despegar, «el ataque tiene por objeto golpear al enemigo donde más lo sienta». La orden respondía a la Directiva General nº 5, de 1942, que determinaba bombardeos «dirigidos principalmente contra la moral de la población civil enemiga». Esta directiva, bien conocida por el jefe del Comando de Bombarderos, Arthur Harris, fue redactada sobre las consideraciones del físico y principal asesor científico del gobierno británico, Frederick Lindemann, que en una versión escrita fechada el 30 de marzo de 1942 informaba que «las investigaciones sugieren que la destrucción del propio hogar es lo más perjudicial para la moral. Esto parece desmoralizar a la gente más que cuando matan a amigos o incluso a familiares».

Residentes y personal de emergencia alinean los cuerpos para quemarlos en el Mercado Viejo de la ciudad de Dresde

Cuerpos derretidos

Estos bombardeos no fueron considerados entonces crímenes de guerra, a pesar de que el artículo 25 de la Convención de La Haya sobre Guerra Terrestre de 1899 y 1907 establecía: «Queda prohibido atacar o bombardear ciudades, pueblos, viviendas o edificios indefensos por cualquier medio». En julio de 1944, había en Dresde hasta doce baterías antiaéreas con 88 cañones operativos de calibre 8,8 centímetros y 45 cañones antiaéreos ligeros. Pero habían sido retirados a principios de 1945. La ciudad ya no contaba con ninguna defensa aérea significativa y el Mando de Bombardeo lo sabía.
A las 21:51 horas del 13 de febrero sonaron las alarmas antiaéreas y los habitantes de Dresde se dirigieron a los sótanos y búnkeres. En tan sólo ocho minutos, las bombas ‘blockbuster’ destruyeron todos los tejados, puertas y ventanas, creando una corriente de aire que alimentó el fuego propagado por las bombas incendiarias. El calor era tan intenso que fue necesario abandonar los sótanos. Los cuerpos de quienes intentaron resistir en las fuentes fueron recuperados hervidos, después de que la tercera oleada de aviones, la Plate Rack, 254 bombarderos Lancaster cargados con 500 toneladas de explosivos, terminasen con los pocos edificios en pie. En la Estación Central Haupt-bahnhof, dos trenes acababan de llegar de Königsbruck con cientos de niños evacuados, para salvarlos del ejército ruso y que fueron quemados vivos. Testigos supervivientes como Margaret Freyer o Kurt Vonnegut relataron después que la intensidad del calor era tal que derretía los cuerpos sobre el pavimento. En palabras del periodista Phillip Knightley, «las llamas devoraron toda la materia orgánica a su paso: todo lo que era combustible ardió. La gente murió derretida, incinerada o por asfixia».

Entre lo poco que se mantuvo en pie, la escultura llamada ‘Bondad’

ABC

La herida de destrucción no llegó a cicatrizar y a partir de los años 90, cuando los primeros historiadores alemanes comenzaron a ocuparse del tema, grupos neonazis se apropiaron del bombardeo de Dresde como justificación de sus posturas nacionalistas. En la segunda mitad de la pasada década, fue el movimiento Pegida el que protagonizó las conmemoraciones, aferrado a críticas como las del historiador Dietmar Süß, que lamentaba que «quienes ordenaron y llevaron a cabo aquellos bombardeos no tuvieron en cuenta ninguna consideración ética ni moral, sin que la historia les haya pasado nunca factura».
«Los extremistas aprovechan los hechos para sí mismos. Repiten mitos y términos creados por los nazis y los reutilizan para su propia propaganda», denuncia la historiadora Caroline Förster. La extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) ha tomado el relevo en la rentabilización del dolor y el agravio que causadon los bombardeos. El actual presidente de AfD, Tino Chrupalla, ha hecho declaraciones en las que cuadriplica el número de muertos hasta «unos 100.000». Jörg Urban, jefe del grupo parlamentario de AfD en Sajonia, explica que «la experiencia de la guerra nos ha enseñado a los alemanes a defender la paz y las negociaciones» y justifica así que, «incluso en los conflictos actuales, vemos la obligación de dejar que la diplomacia hable por sí misma en lugar de las armas», en relación a la guerra en Ucrania.
Así es como los crueles bombardeos de Dresde sirven, un tanto retorcidos, para relativizar la responsabilidad alemana en la II Guerra Mundial y para alimentar la propaganda rusa, según la cual el ejército rojo, liberador, fue el bueno y las tropas americanas y británicas las malas. Wolfgang Schivelbusch, en su libro ‘La noche de los bombardeos’, ha explorado el impacto cultural y psicológico sobre la sociedad alemana y defiende que no solo causaron destrucción física, sino también un profundo cambio en la percepción y la memoria colectiva de los alemanes, como parte de la identidad nacionalista hasta el día de hoy.

Los supervivientes comienzan a apilar cuerpos en una plaza

AFP

El pasado mes de mayo, la investigación del ataque a las campañas electorales regionales de Los Verdes y el Partido Socialdemócrata condujo hasta varios menores violentos del «Grupo Elblandrevolte» y el entorno de los «Jóvenes Nacionalistas» (JN), organización juvenil relacionada con el «Heimat», antes NPD, que se consideran «supervivientes» y se preparan con actividades de senderismo y prácticas marciales para «defender la región» y conmemoran como propio el 13 de febrero, en actos en los que muestran también su simpatía por Putin y piden «paz para Ucrania».
«La memoria es otra cosa», responde a sus 94 años Hans-Joachim Dietze, que sobrevivió con 15 a la tormenta de fuego. Huyó con su familia de la vivienda en Wienerplatz 2 al sótano del Hotel Hörig, que guardaba en salas ignífugas los archivos de la Gestapo. «Frente a nosotros, una madre con un niño pequeño en sus brazos ardía sobre el asfalto, la atrapaba la tormenta de fuego que se arremolinaba en el aire. Desapareció entre las llamas. Más tarde lo expresé así: he visto un ángel ardiente que se alejaba flotando», recuerda todavía la salida de vuelta a la calle. Desde los años 80 ha dirigido visitas guiadas en las que muestra las fotografías que tomó entonces en las calles de la ciudad reconstruida y el 27 de marzo de 1983, al final del recorrido, uno de los visitantes a la Frauenkirche se acercó a él y lo abrazó. Era uno de los bombarderos de la Real Fuerza Aérea británica que había lanzado las bombas sobre Dresde. «Para mí, fue un momento de perdón y reconciliación», dice.
Este 13 de febrero, Hans-Joachim Dietze recordará a las víctimas de los bombardeos desde su casa, en Dresde, porque en todos estos años, «no he ido a una manifestación».

VIDA GERENTE

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