«Los jóvenes ya … contribuyen a la sociedad trabajando, pagando impuestos y sirviendo en el ejército. Es justo que puedan opinar sobre las cuestiones que les afectan», declaró la viceprimera ministra Angela Rayner en la red social X, añadiendo que el Gobierno está cumpliendo la promesa de «dar a los jóvenes de 16 y 17 años el derecho al voto», informa Afp. Si las próximas elecciones se celebran en 2029, todos los jóvenes que hayan cumplido 12 años en 2025 podrán votar, marcando un hito para la participación juvenil en el Reino Unido.
Con esta medida, el Reino Unido se va a sumar a la lista de países que permiten votar desde los 16 años. Entre ellos destacan Argentina, Brasil, Ecuador y Grecia. Otros, como Alemania, Estonia, Escocia y Gales, autorizan el voto juvenil en elecciones locales o estatales. En Bélgica y Austria, los jóvenes de 16 años pueden votar en las elecciones europeas.
El cambio ha provocado reacciones mixtas entre la ciudadanía y los líderes políticos. Para la Unión Nacional de Estudiantes (NUS), se trata de un «momento histórico para la democracia». Su vicepresidente de Educación Superior, Qasim Hussain, celebró la noticia y señaló que es resultado de «la incansable campaña de generaciones de jóvenes de 16 y 17 años que perdieron la oportunidad de opinar en importantes momentos democráticos del Reino Unido». A su juicio, muchos jóvenes «pagan impuestos si trabajan y se ven significativamente afectados por decisiones políticas», por lo que ahora podrán influir directamente en ellas, recoge la BBC.
Por su parte, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, también mostró su respaldo: «Es algo que se debía haber hecho hace tiempo. Los jóvenes merecen tener más voz y voto en su futuro», publicó en redes sociales.
Sin embargo, no todos comparten el entusiasmo. Chloe Brown, estudiante de Ciencias Políticas de 17 años, expresó su rechazo: «Está claro que los partidos políticos recurrirán aún más al populismo para atraer a audiencias más jóvenes». Para Julia White, de 64 años y residente en Cumbria, los jóvenes no tienen la suficiente madurez para poder votar: «Todavía están en educación, no pagan impuestos, no han tenido una vida».
Alemania
En los comicios europeos y regionales
En Alemania, sería necesaria una reforma constitucional para que los menores de edad pudiesen votar en las elecciones federales, a cuyas urnas se llega sólo cumplidos los 18 años. Pero desde 2022 pueden votar en las europeas a partir de los 16 años y desde 2011 participan también en algunas votaciones regionales y municipales.
El estado federado pionero fue Bremen, que lo permitió en 2011, y se han sumado otros cinco de los 16 Bundesländer. En los comicios a las que acceden, los mayores de 16 años pueden ser llamados también para atender mesas electorales y esta función ha sido causa de bochornosos incidentes. En septiembre de 2021, en la celebración de elecciones generales, regionales y varias consultas populares, se registraron fallos graves por los que el Tribunal Constitucional ordenó la repetición de las elecciones en 455 distritos de la capital alemana.
El Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido liberal (FDP) han promovido el voto de los menores y juntos aprobaron en 2022 la reducción de la edad mínima para participar en las europeas de los menores de 16 años, que empezaron en los comicios de 2024. La medida, sin embargo, ha beneficiado a partidos más conservadores. En 2024, los votantes de 16 a 18 años votaron a la Unión Cristianodemócrata (CDU) en un 17%, al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en un 16%, a Los Verdes en un 11%, a los socialdemócratas (SPD) en un 9% y a los liberales (FDP) en un 7%.
Por Rosalía Sánchez, corresponsal en Berlín.
Francia
Sin debate actual, beneficiaría a Le Pen
En Francia, se tiene derecho a voto a partir de los 18 años. Ningún partido ha planteado recientemente la cuestión de la edad de los votantes. El incremento de la violencia suburbana, entre jóvenes y muy jóvenes franceses de distinto origen, tampoco invita a debatir esa cuestión. Desde hace cinco años largos, los jóvenes franceses votan muy mayoritariamente a los partidos de Jean-Marie y Marine Le Pen. En 1995, el Frente Nacional (FN, extrema derecha) se convirtió en el partido más votado por los obreros franceses. Tendencia confirmada y acentuada durante los últimos treinta años.
A finales de 2020 y primeros de 2021, los jóvenes franceses comenzaron a votar mayoritariamente al partido de Le Pen padre, para decantarse con más fuerza, desde 2021, por Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido refundado por Marine Le Pen. La personalidad de Jordan Bardella (29 años), número dos del partido de Marine, ha acentuado esa tendencia. Alto, guapo, siempre vestido de traje y corbata, novio de una nieta del patriarca Le Pen, Bardella ‘barre’ entre las abuelas, las madres y las francesas más jóvenes, de quince a treinta años.
Bardella es la personalidad política más popular de Francia, con cierta ventaja. De veinte a treinta años más joven que las grandes personalidades políticas, el triunfo de Bardella entre los jóvenes contribuye a confirmar la implantación de la extrema derecha en la juventud francesa, que tiene orígenes muy diversos: tradicionalismo convencional entre los jóvenes más acomodados; voluntad de «ruptura» y «contestación» entre el electorado más modesto, obrero o de provincias, cansado de los vejestorios de la política tradicional.
Por Juan Pedro Quiñonero, corresponsal en París.
Italia
Los jóvenes se decantan por ambos extremos
En Italia, la edad mínima para votar es a los 18 años. Pero desde hace un par de décadas se debate sobre bajarla a los 16. La propuesta ha sido impulsada históricamente por el Partido Democrático (PD), de izquierda. El último en reactivarla fue su exsecretario general y exprimer ministro, Enrico Letta.
Los favorables a la medida afirman que sería positivo para frenar la creciente abstención de las urnas, interesando a los jóvenes en la política, que en Italia se considera «cosa de mayores». Por otro lado, los detractores, como la psicóloga Anna Oliverio Ferraris, argumentan que a los 16 años los jóvenes carecen de la madurez y conciencia política necesarias, siendo más susceptibles a la impulsividad y la manipulación.
En cuanto a quién beneficiaría bajar la edad para votar, los datos revelan una polarización generacional y de género. Según una encuesta de la Universidad Bocconi (marzo de 2025), los jóvenes italianos se dividen entre los principales partidos de derecha e izquierda: los hombres apoyan más a la derecha (Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, alcanza el 15% en jóvenes varones, frente al 4,2% en mujeres), mientras las mujeres se inclinan a la izquierda (el PD tiene un 11% entre jóvenes mujeres, y un 8,4% de varones).
Este patrón añade un matiz ideológico al debate: La izquierda ve una oportunidad para rejuvenecer la democracia y frenar la abstención; la derecha, un riesgo por falta de madurez. En cualquier caso, de extenderse el voto, el impacto numérico sería limitado: los 1,15 millones de jóvenes de 16-17 años representan solo el 2% del electorado.
Por Ángel Gómez Fuentes, corresponsal en Italia.
Países nórdicos
Experimentos fallidos por falta de madurez
En los países nórdicos (Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia), los menores de 18 años no pueden votar. En Noruega se realizaron algunos experimentos piloto en 20 municipios entre 2011 y 2015, permitiendo votar a jóvenes de 16 años en elecciones locales. Las conclusiones no fueron favorables. Estos ensayos fueron parte de un estudio nacional sobre la viabilidad de reducir la edad de voto, con el objetivo de evaluar la participación, madurez política y efectos educativos. Lo cierto es que los adolescentes de 16 y 17 años votaron más que los de 18 a 21 años, con una participación del 58% frente al 46% de la siguiente franja de edad. Mostraron además interés y responsabilidad, pero se detectaron «dudas sobre la madurez política».
El estudio mostró que «el contexto escolar y familiar influye en el voto» a esa edad mucho más que en el caso de los adultos. En Suecia y Dinamarca, existe el debate en círculos académicos y juveniles, pero no ha llegado al Parlamento con fuerza suficiente. Finlandia, por su parte, ha mantenido una postura conservadora, sin propuestas legislativas para reducir la edad de voto.
Por Rosalía Sánchez, corresponsal en Berlín.