En la recta final de la campaña electoral, está llamando poderosamente la sección regional el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) de Hamburgo, con una propuesta para confinar a los solicitantes de asilo en una isla del mar del Norte. Según un … manifiesto electoral, los solicitantes de asilo deben ser alojados colectivamente en la isla Neuwerk, frente a Cuxhaven y a unos 7 kilómetros de distancia en línea recta de la costa. A Neuwerk, en medio del Parque Nacional del mar de Frisia, solo se puede llegar en barco o, con la marea baja, en carreta de marismas, por lo que ha ubicación garantiza el aislamiento.
Con un modesto tamaño de 3 kilómetros cuadrados y alrededor de 40 habitantes, Neuwerk es actualmente un destino de vacaciones «para aquellos que buscan paz y tranquilidad y aquellos interesados en la naturaleza», según publicita la ciudad de Hamburgo en su página web. Pero AfD imagina que podría servir como establecimiento temporal para los refugiados, mientras se estudia si su caso es merecedor del estatus de asilo. De ser denegado, el confinamiento haría más fácil el proceso de deportación, concibe el partido, y evitaría las fugas e imposibilidad de localizar a las personas destinadas a la deportación, una dificultad con la que han de lidiar a diario las autoridades alemanas. La propuesta deja traslucir, además, que el confinamiento en una isla protegería a Alemania de los frecuentes ataques por parte de refugiados que deberían haber sido deportados pero cuya presencia en el país sigue siendo «tolerada».
AfD justifica su propuesta citando el ejemplo de Dinamarca, donde el alojamiento central de refugiados en una isla es «extremadamente positivo». «Nuestro vecino del norte, Dinamarca, ha tenido experiencias extremadamente positivas con el alojamiento centralizado de los solicitantes de asilo», según el programa electoral del partido. «El gobierno socialdemócrata de Dinamarca aloja principalmente a inmigrantes ilegales en la isla de Lindholm, en el mar Báltico.
Tal estrategia no solo sirve para proteger a los refugiados y a sus propios ciudadanos, sino que también proporciona más incentivos para la salida voluntaria», continúa. El problema es que ese ejemplo de Dinamarca no existe en absoluto. Si bien es cierto que hubo un plan del gobierno danés, su ejecución fue detenida por el nuevo gobierno socialdemócrata después de las elecciones de 2019 y la idea de trasladar a los solicitantes de asilo a Lindholm nunca se llevó a cabo. La isla se había utilizado hasta entonces para investigar enfermedades animales y quemar animales afectados, lo que aumentó la polémica y ayudó a desterrar el proyecto.
La propuesta de AfD, por otra parte, ha aterrorizado a los habitantes de Neuwerk, cuya economía está centrada en el turismo. Alrededor de 100.000 visitantes llegan a la isla en el estuario del Elba, que se considera un distrito de Hamburgo por razones históricas, pero geográficamente más cerca de Cuxhaven. La administración local está concentrada en reformas que sirvan para hacer aumentar esa cifra. Planea, por ejemplo, la renovación del faro local de 700 años de antigüedad y la construcción de nuevas viviendas. Dos casas de huéspedes y restaurantes existentes están buscando sucesores y el jefe de la oficina del distrito de Hamburgo-Mitte, Ralf Neubauer, se ocupa de un plan de inversiones que la convierta en sede de segunda residencia para muchos habitantes de Hambrugo. «La isla necesita ser besada para despertarla de nuevo», dice, con unos planes para Neuwerk completamente diferentes a los de AfD.
La radicalidad y torpeza de la propuesta no borra, sin embargo, el problema de base al que intentan encontrar solución todos los partidos políticos que concurren a las elecciones del domingo. Alrededor del 81 por ciento de las personas «obligadas a abandonar el país» y con orden de deportación vigente obtienen una suspensión temporal de la deportación y su presencia en el país para a ser «tolerada».
Se trata de personas cuyos países de origen no las aceptan, en la mayría de los casos, y son en total unas 178.500 actualmente. Esto significa que se les ha pedido que abandonen el país, pero no pueden ser deportados «por razones de hecho o de derecho». La propuesta de agilizar las deportaciones aparece en todos los programas electorales, pero la forma concreta de llevar a la práctica esa promesa, permanece sin respuesta.