Es curioso lo ocurrido con la moneda de Estados Unidos: el billete de 100 dólares superó recientemente al omnipresente billete de 1 dólar en volumen de circulación, por primera vez en la historia. Es decir: el billete de mayor valor de Estados Unidos fue el de mayor circulación. (El tercer lugar lo ocupa el billete de 20 dólares).
Según la Reserva Federal, nunca antes ha sido tan grande la circulación de billetes de 100 dólares, y su volumen se ha casi duplicado desde la crisis financiera mundial (véase el gráfico).
Pero, ¿cómo se explica el auge de los “benjamines”, nombre con el que se conoce a estos billetes, en especial ante el aumento constante de las opciones sin efectivo ? En la era de todo lo digital, ¿sienten de repente los estadounidenses cada vez más nostalgia por los billetes de alta denominación?
No exactamente. Si bien la demanda general de moneda estadounidense va en aumento, la mayoría de los billetes de 100 dólares están en el extranjero. Según el Banco de la Reserva Federal de Chicago , casi el 80% de los billetes de 100 dólares —y más del 60% del total de billetes estadounidenses— se encuentran fuera del país, porcentaje que en 1980 rondaba 30%.
Ruth Judson, economista de la Reserva Federal, afirma que la inestabilidad geopolítica podría ser una de las razones del auge de los billetes de 100 dólares. «Es probable que la demanda extranjera de dólares estadounidenses venga impulsada por su condición de activo seguro», señaló Judson a la revista Econ Focus de la Reserva Federal de Richmond en 2018.
Según un artículo de Judson de 2017, la demanda internacional de dólares estadounidenses se incrementó durante la década de 1990 y principios de la de 2000, para estabilizarse o disminuir tras el inicio de la circulación del euro en efectivo en 2002. Esta disminución de la demanda se mantuvo hasta finales de 2008, cuando la crisis financiera mundial provocó un nuevo aumento de la demanda de billetes de Estados Unidos.
Es imposible saber a ciencia cierta dónde están ahora los billetes de 100 dólares. En vista de los conflictos y las crisis de refugiados en Oriente Medio y las tensiones en Venezuela, es fácil imaginar la importancia que tiene el efectivo en regiones inestables, en particular tratándose de una moneda de gran valor y uso global. La desconfianza en la moneda local es otro factor determinante.
Kenneth Rogoff, de la Universidad de Harvard, afirma que existe una estrecha relación entre los billetes de alta denominación y las actividades ilícitas. «A escala internacional, los billetes de alta denominación suelen utilizarse para eludir impuestos o normas, y en actividades ilegales», asegura. «Cada día, apartamentos y casas en las principales ciudades del mundo se pagan con maletines de efectivo, y no porque los compradores tengan miedo de que el banco quiebre».
Rogoff señala otro posible factor. «En parte, la demanda clandestina de papel moneda seguramente también se ha incrementado debido al nivel excepcionalmente bajo de las tasas de interés y la inflación».
Pero, ¿por qué el dólar? Su papel como principal moneda de reserva internacional podría ser la clave, según Rogoff.
Y aunque algunos destacados economistas, como Rogoff y Lawrence Summers, antiguo Secretario del Tesoro de Estados Unidos, han abogado por abandonar gradualmente el papel moneda de alta denominación, para desalentar la evasión fiscal y otras formas de corrupción, no parece que los benjamines vayan a desaparecer. Entre las razones para mantener el billete de 100 están el gasto que supondría sustituirlo por un volumen mayor de billetes de 50 dólares, las posibles repercusiones económicas de tal medida y la inevitable reducción del señoreaje, es decir, las ganancias que obtiene un gobierno por emitir moneda. (La fabricación de un billete de 100 dólares estadounidenses tiene un costo de 14 centavos para el gobierno, lo cual representa una ganancia muy considerable).
Tomado del Blog del FMI Diálogo a Fondo.