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Personas en condición de discapacidad y víctimas las más afectadas por el desempleo

Varias organizaciones identificaron las poblaciones más vulnerables en el territorio nacional en cuanto al tema de la desocupación con el fin de desarrollar estrategias que les ayuden a enfrentar las barreras que les impiden acceder a un trabajo.

Foto ilustrativa: ONU

Publicado: febrero 5, 2020, 3:53 pm

Fundación Corona, la Fundación ANDI y el programa de Alianzas para la Reconciliación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y Acdi / Voca elaboraron el primero Informe Nacional de Empleo Inclusivo en Colombia.

La idea es hacer un mapeo de las poblaciones que tienen más problemas para alcanzar y permanecer en un empleo para promover la vinculación laboral, capacitación o impulso a unidades productivas estas comunidades.

Al analizar las tasas de desempleo, se encuentra que, si bien para Colombia para 2018 fue del 9,7, para los jóvenes fue del 16,0, para las mujeres del 12,7 y en el caso de migrantes provenientes de Venezuela se ubicó en 14,4. Asimismo, se encontró que para la población víctima la tasa de desempleo fue 63,0 y para la población desplazada esta cifra representó 35,5. Para la población afrodescendiente la tasa de desempleo fue 10,3, para las personas en proceso de reintegración se reportó una tasa de 18,2 y para el caso de la población con discapacidad se reportó que tan solo el 26,7% trabajó por lo menos una hora en una actividad que le generó algún ingreso.

Al analizar las cifras de desempleo, según el DANE, se encuentra que si bien para Colombia en 2018 la tasa de desempleo se ubicó en 9,4%, para los jóvenes ascendió al 16,0%, para mujeres al 12,7% y para las personas migrantes provenientes de Venezuela al 14,4. Mientras tanto, la tasa de desempleo de afrodescendientes para 2016 fue de 10,3%. Para personas en proceso de reintegración se ubicó en 18.2 para 2017, de acuerdo a datos de la Agencia de Reintegración Nacional.

Para población víctimas se halló en una encuesta realizada por la Defensoría del Pueblo y Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que el 63% de las personas víctimas que fueron encuestadas estaban desempleadas, en tanto que según el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018 del DANE se encontró que el 26,7% de la población con discapacidad trabajó por lo menos una hora en una actividad que le generó algún ingreso.

En términos de acceso al mercado de trabajo, se ha señalado que las personas LGBTIQ+ enfrenta barreras organizacionales asociadas a los prejuicios por parte del empleador, que pueden resultar en procesos de selección menos objetivos. De acuerdo a Colombia Diversa, las barreras de acceso y permanencia en el sistema educativo impiden que esta población y en especial las personas trans, alcancen niveles educativos altos y tengan más oportunidades laborales. Debido a estas dinámicas de exclusión, un segmento de esta población LGBTIQ+ se ubica en la economía informal.

La agenda de empleo inclusivo tiene como objetivo mitigar las barreras que impiden el tránsito de la población vulnerable hacia el empleo formal, especialmente a través de la educación. En términos generales, las cifras revelan que quienes tenían educación superior tuvieron un salario 3.5 veces superior a quienes solo alcanzaron la primaria y se encontró que, a pesar del panorama laboral, solo 1.105.312 personas se encuentran inscritas en el Sistema de Información del Servicio Público de Empleo (SISE), de las cuales cerca del 52 % corresponden a mujeres y cerca del 51% fueron personas menores de 28 años.

Colombia tiene grandes desafíos en cuanto a acceso y permanencia en el sistema educativo, y pone la lupa sobre la necesidad de trabajar en la calidad de la educación, pues la proporción de estudiantes con puntajes en niveles bajo y medio-bajo en lectura crítica fue de 37,2 %, así como en matemáticas de 45,1 %, en los resultados de las Pruebas Saber 11 del 2018, que contrasta con el 5,7% y 13,9% respectivamente, de los estudiantes que alcanzan niveles de desempeño alto.

El informe también ahonda en la deserción dependiendo del tipo de formación posmedia: de acuerdo con la información reportada por el Ministerio de Educación Nacional, en 2016 la tasa de deserción por cohorte para el nivel universitario fue del 45,1, mientras que para el nivel de formación técnica profesional fue del 52,3, es decir, 7,2 puntos porcentuales más alta. Por su parte la formación tecnológica tuvo una deserción del 53,3.

 

 

 

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