A corte de junio de 2019, Migración Colombia registró un total de 1.408.000 migrantes venezolanos viviendo en el pa ís, casi el triple de los habitantes que tiene una ciudad intermedia como Ibagué o Neiva.
Y el fenómeno sigue creciendo ya que diariamente están llegando un poco más de 80.000, de los cuales el 20% se están quedando a vivir permanentemente, esto quiere decir que, en Colombia, se establecen 16.000 venezolanos diariamente. Esto preocupa a las autoridades colombianas, pues los hospitales ya no dan abasto para atenderlos y los cupos en los colegios públicos son ocupados por los menores del país vecino.
En una conferencia de prensa, el canciller de España Josep Borrell aseguró que el número de refugiados venezolanos en Colombia es infinitamente mayor que el de los sirios y africanos que llegan a Europa y que el país no podrá seguir soportando la migración. Y aunque el Gobierno ha podido mitigar el impacto del fenómeno migratorio con la expedición de permisos de empleo permanente y la atención a la primera infancia, así como el registro de menores de padres venezolanos con nacionalidad colombiana, hay preocupación por lo que puede desembocar la creciente ola de migrantes.
Por ejemplo, las cifras de desempleo parecen haber recibido un impacto directo de la migración. De acuerdo con el DANE, actualmente en Colombia hay 1,6 millones de venezolanos; desde junio de 2018 a julio de 2019 se ha registrado la llegada de 773.000 migrantes, lo que representa el 1,2% de la población total colombiana.
De este porcentaje, según datos del DANE, el 19,2% está desempleado y el restante está ocupado pero de forma informal: “cerca de un 1,1 millones de venezolanos trabaja en ventas informales”, asegura Juan Daniel Oviedo, director del DANE. Sin embargo, los empresarios colombianos que tienen vacantes las están ocupando con migrantes venezolanos. Según Acrip, el 44% de las empresas en Colombia ha contratado venezolanos en los últimos seis meses, 52% de ellos a través de un contrato fijo con todas las prestaciones de ley y con un promedio salarial equiparable con el de los colombianos.
Una de las compañías que ha demostrado mayor interés en la contratación de empleados venezolanos es Rappi. De acuerdo con un estudio de la Universidad del Rosario, los rappitenderos son en su mayoría hombres entre los 18 y los 35 años y un 57% de ellos son de nacionalidad venezolana.
Sin embargo, tanto los venezolanos como los colombianos que trabajan para la empresa no cotizan pensiones ni están afiliados al sistema de salud. “Resulta preocupante que el 93,4% afirmó no estar afiliado al Sistema de Pensiones, al tiempo que el 91,2% sostiene no estar afiliado al Sistema General de Riesgos Laborales, en contraste con el reconocimiento del 63,2% de haber sufrido accidentes de trabajo y el 66,7% de haber contraído enfermedades laborales en los últimos 2 años”, asegura el estudio. Al problema de desempleo se suma la inseguridad ya que muchos de los hurtos son protagonizados por venezolanos lo que activa la xenofobia.