Al nivelar los impuestos de acuerdo con la riqueza de cada persona y empresa, no solo se garantizarían los recursos necesarios para financiar el posconflicto, sino que además se velaría por derechos a la igualdad y el bienestar social.
En ese sentido, el profesor Ricardo Bonilla, experto en Economía de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), advirtió que la última reforma tributaria no garantiza la solución de los principales problemas estructurales de la economía colombiana, por lo cual, en un plazo de dos o tres años, se tendrá que plantear una nueva.
“El tema de la inequidad aún no se ha resuelto desde el sistema tributario y estamos lejos de conseguirlo. En Colombia, el balance de ingresos antes y después de percibir los impuestos solo se potencia en 1 punto para la economía colombiana, cuando en los países desarrollados fluctúa entre 10 y 15”, señaló el docente.
Por su parte, el profesor Orlando Villabona, de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.N., advierte que el recaudo de impuestos es insuficiente. En su opinión, este es uno de los principales problemas del país, “pues los ricos no pagan impuestos”.
El académico considera injusto que un trabajador independiente que gana tres o cuatro millones de pesos tenga que pagar seguridad social y retención en la fuente, mientras que los dueños de los bancos no están obligados a pagar impuestos sobre los dividendos. De esta manera, una cantidad importante de recursos está dejando de ir a las arcas del Estado.
Por eso agrega que “el principal reto es que los impuestos en Colombia sean progresivos, es decir que las personas que ganen más paguen más. Por tal motivo se tiene que implementar nuevamente el impuesto a la riqueza de las personas naturales y el impuesto a las herencias debe aumentar en proporción a la grandeza de estas. Todo lo anterior se hace en países como Dinamarca, Japón y Estados Unidos, y no han desaparecido. Entonces, ¿por qué no se puede hacer en Colombia?”.