Las mujeres siempre se han caracterizado por tener un papel importante en la sociedad desde sus diferentes tareas: como madres, cabeza de hogar, empresarias y parejas.
Es por esto que el emprendimiento no es una historia nueva. De hecho, de acuerdo con la Cámara de Comercio de Bogotá, En lo que va corrido de 2020, se han matriculado 17.809 empresarios, de las cuales el 68% son personas naturales (12.132) y el 32% personas jurídicas (5.677). De las 12.132 personas naturales matriculadas, 6.095 son mujeres lo que corresponde a un 50% de participación femenina como nuevas empresarias.
En Bogotá, los principales sectores de emprendimiento femenino corresponden a Servicios (13,1%), Moda (10,5%), Turismo (8,13%) y Construcción y energía (8,07%). En los Servicios empresariales, Moda y Turismo, la participación es mayor que la de los hombres según información del Registro de la CCB.
Entre estos miles de casos vale la pena resaltar tres historias de mujeres que con sus emprendimientos apoyan al crecimiento de la economía: historias de mujeres que aportan al impulso de la economía.
De desecho a insumo
Laura Cuervo tiene 26 años, es ingeniera química, tiene una maestría en Alta Gerencia y está adelantado un doctorado en Ingeniería de Materiales. A su corta edad y con todos sus títulos es la líder de New BioPolymers, un emprendimiento que busca producir, a gran escala, ácido poliláctico, un biopolímero elaborado a base del suero de queso, un desecho altamente contaminante pero que, una vez transformado, puede convertirse en diversos productos biodegradables.
La idea comenzó hace cuatro años, cuando Laura realizaba la investigación de su tesis de pregrado. Entonces encontró que la industria láctea produce diariamente más de 15 mil litros de este suero, un residuo que, actualmente, no se reutiliza y que genera serios problemas para su disposición.
Sus investigaciones le permitieron encontrar un nuevo uso para este desecho al convertirlo en un insumo para la industria del plástico y que sirve para la elaboración de bolsas, pitillos, empaques y botellas, entre otros productos, con un valor agregado, es un material que logra biodegradarse en menos de un año.
Su idea de negocio que se encuentra en etapa de investigación y escalonamiento a nivel industrial se convertirá en la primera empresa colombiana en producir este insumo que, actualmente, es importado y que podrá reemplazar a otros biopolímeros como los que se extraen a partir del almidón de maíz que requiere de grandes hectáreas para su cultivo.
Adicionalmente, Laura continúa evaluando las propiedades mecánicas del material para encontrar nuevos usos y así ampliar las líneas de producción en las que se podría utilizar, una de ellas en el segmento de la impresión 3D para la fabricación de prótesis.
Con la medida exacta
Servimeters lleva 17 años trabajando en la protección del consumidor. Con sus procesos de innovación busca que con las medidas exactas se paguen precios justos. Por ejemplo, en una factura de luz, en la compra de un galón de gasolina o certificando el cumplimiento de reglamentos en instalaciones eléctricas como ascensores o escaleras, cuidando la vida y la seguridad de las personas.
Su gerente es Luisa Fernanda Toro, una ingeniera industrial apasionada por la metrología que le ganó terreno a las multinacionales en el mercado local y ha trabajado con disciplina para diversificar los servicios de la compañía.
“Iniciamos como laboratorio de calibración y hoy somos organismo evaluador de la conformidad, de inspección, de certificación y contamos con laboratorios de ensayo, lo que ahora nos permite ser una parte fundamental del Subsistema Nacional de la Calidad, fortaleciendo los sistemas de libre comercio del país”, explica.
Los proyectos de innovación de esta compañía han sido acompañados por la Cámara de Comercio de Bogotá, entidad que le ha ayudado a crecer y ampliar su portafolio de servicios también en el exterior. Por su desempeño y compromiso en el Programa de Gestión de Innovación, en 2018 la empresa fue reconocida y premiada para recibir entrenamiento y conocer el ecosistema de innovación en Boston. En ese mismo año, obtuvo el Sello de Buenas Prácticas de Innovación.
“Ese acompañamiento nos convirtió en pioneros en los servicios que prestamos y vincularnos con otros programas del Gobierno como el de Fábricas de Productividad con Colombia Productiva y con Colciencias, en donde presentamos un proyecto que implementa tecnología de punta para mejorar los tiempos de respuesta y satisfacción del cliente, beneficiando a constructoras, operadores de red y contratistas eléctricos”, agregó.
Señala que con su liderazgo le ha imprimido a su compañía una cultura basada en la organización y en valores como la persistencia y la disciplina, en donde sus colaboradores asumen siempre nuevos retos de innovación.
Adelante con la moda sostenible
La industria textil se está reinventando con iniciativas que encaminadas a abandonar su posición como la segunda más contaminante del planeta. Este es el ejemplo de Claudia Martínez, una publicista de 32 años que tiró del hilo del emprendimiento en el sector de la moda y bajo la marca Les Common People quiere educar al consumidor para que sea parte del cambio, hacia el uso de prendas con diseño hechas con base en residuo textil nuevo, un insumo que en el proceso productivo termina en la basura pero que ahora es aprovechado de forma sostenible.
“Durante el corte, una empresa de confección desperdicia hasta el 15% de su tela, un hecho que se convirtió en una oportunidad de negocio para crear, como si fuera un rompecabezas, con base en esos pequeños trozos irregulares y de diferentes tamaños, un producto nuevo. Hoy ya tenemos 500 kilos de tela listos para ser usados en prendas de calidad que, aunque tengan un precio más elevado, garantizan además durabilidad en el tiempo”,
Claudia, así como 1.594 mujeres, ha sido asesorada por la Cámara de Comercio de Bogotá a través del Modelo de Servicios Empresariales, MISE, en donde la moda con el 10.5% de participación, es el segundo sector del emprendimiento femenino, después de los servicios empresariales (13.1%). En su caso desde el 2018 se fijó la ruta para desarrollar el potencial de la idea de negocio y fortalecer asuntos como el costeo y la comunicación de la marca, las finanzas e impulsar la comercialización.
Su primera colección se lanzó en octubre de 2019 en el marco de la Feria de Jóvenes Empresarios, en donde tuvo las primeras ventas. Ahora está concentrada en aumentar la producción para hacer crecer el negocio y en continuar participando de ferias especializadas como Buró, en donde se luce el diseño colombiano. Además, en el mediano plazo espera de la mano de la Cámara, iniciar el sueño exportador.