Hace algunos meses, Medellín lanzó una alerta naranja en la mayoría de la ciudad debido a los altos niveles de contaminación del aire. Inmediatamente, se tomaron medidas como el cierre preventivo de algunas fábricas, así como estrategias que mitigaran el impacto ambiental.
Como este episodio, el pasado jueves la Secretaría de Ambiente de Bogotá lanzó la misma alerta de emergencia, incluso, en tres localidades de la ciudad la alerta es naranja, debido a los altos niveles de contaminación que hay en el aire y la urgencia de reducir los gases contaminantes del ambiente.
Dentro de las medidas que se pusieron en marcha están, por ejemplo, aplicar el Pico y Placa para autos particulares todo el día y los fines de semana, así como cuidados en colegios y restricción de actividades del espacio público.
Sin embargo, esta no es una problemática reciente. Desde hace varios años, se ha venido estudiando la necesidad de reducir los impactos de la contaminación del aire dentro de la ciudad. De acuerdo con un análisis de la Universidad Nacional, Bogotá es una de las ciudades con mayor contaminación del aire en Suramérica, siendo el material particulado la causa de más preocupación (Cárdenas-Franco, 2012; OMS, 2014). Mientras que el problema ha mejorado en los últimos años (PM10promedio anual se redujo de 74 ug/m3 a 48 ug/m3entre 2005 y 2013), aún ocurren concentraciones por encima de los estándares considerados seguros.
La mayor parte de la problemática la protagonizan los vehículos. De acuerdo con el Conpes de 2018, La contaminación del aire en el país es generada en 78% por las emisiones de camiones, buses y motos; y el resto proviene de la industria.
En esto coincide el análisis de la Universidad Nacional, que muestra que las fuentes vehiculares en Bogotá emitieron aproximadamente: 7’000.000 a 10’500.000 toneladas CO2; 700.000 a 870.000 toneladas CO; 48.000 a 67.000 toneladas de NOx; 74.000 a 92.000 toneladas VOC, 1.100 a 1.300 ton de PM y 12.000 a 14.000 ton SO2.
Por esta razón, es necesario poner en marchas alternativas urgentes que mitiguen el impacto de la contaminación, más aún si se tiene en cuenta que para 2050 la población de Colombia habrá alcanzado lass 52 millones de personas. De acuerdo con el Conpres, se estiman inversiones de $16.637 millones entre 2019 y 2028 para la implementación de una política que disminuya la contaminación.
Soluciones
La política de eliminación de contaminación del aire plantea, dentro de las soluciones:
– Modernizar el parque automotor mediante la incorporación de tecnologías limpias y la desintegración de vehículos contaminantes.
– Continuar mejorando la calidad de la gasolina y el diésel.
– Implementar herramientas para mejorar la movilidad en las ciudades mediante el uso de etiquetas en los vehículos de acuerdo con su tecnología.
– Reducir la evasión de las revisiones técnico-mecánicas.
– Fomentar la reconversión tecnológica y la innovación en la industria.
– Mejorar el procedimiento de acceso a incentivos tributarios para la adquisición de tecnologías menos contaminantes y sistemas de control de emisiones, así como otros mecanismos de financiación.
– Aumentar la implementación de planes de prevención, reducción y control de la contaminación del aire, así como fortalecer la generación de información de emisiones y calidad del aire.
En cuanto a la reducción de la contaminación de los vehículos, en 10 años se espera que se cumplan las siguientes metas: