Publicado: septiembre 3, 2020, 1:31 pm
Ya se ha visto un incremento en el número de infectados en España tras la reapertura de la economía, tal como se había previsto.
Los bares que habían abierto, volvieron a cerrar sus puertas en agosto y esta semana vuelven a abrir pero con nuevas restricciones de horarios y servicios como la eliminación de barras donde los comensales van por un trago, que son remplazadas por servicio a la mesa para evitar aglomeraciones en el momento de pedir las bebidas.
Madrid es el punto de conexión de trenes y buses con el resto del país, no solo por ser la capital sino por su ubicación geográfica justo en el medio del mapa. Lo mismo ocurre con Bogotá.
Madrid concentra la tercera parte de los nuevos casos de España, que corresponden a 50.000. Hoy Bogotá reporta 211.000 casos que equivalen a 34% del total nacional.
Expertos en España aseguran que solo deberían darse el lujo de regresar a clases, las ciudades con menos de 50 contagiados por cada 100.000 habitantes, una cifra que pocas zonas cumplen. En Madrid la tasa es de 479 y en País Vasco de 354.
El aumento de casos de personas contagiadas en Madrid, se atribuye justo al regreso al trabajo y a las escuelas ya que esto incrementa el uso del transporte público y en general de la movilidad.
Analistas dicen que si al menos 30% de los oficinistas hacen teletrabajo, el aporte sería enorme para bajar las tasas de contagio pues se estaría reduciendo la movilidad diaria de personas.
En Bogotá desde el fin de semana hay denuncias de aglomeraciones por la reapertura de ciclovías donde no todos mantuvieron el distanciamiento social ni el uso de tapabocas.
Desde el martes se han visto buses llenos de nuevo, desde que se autorizó aumentar de 35% a 50% la capacidad en el transporte público.
Informalidad es clave
Según una investigación del diario El País de España, la gran diferencia entre Europa y Latinoamérica es la alta tasa de informalidad, que lleva a los latinos a rebuscarse el diario trabajando en las calles o como independientes.
Este rebusque por supuesto aumenta la movilidad de personas de un punto a otro, y de paso el virus se transporta también y se multiplica por toda la ciudad.
En Europa en cambio, la cantidad de trabajadores formales es mayor, lo que facilita que las cuarentenas hayan sido más efectivas pues los ciudadanos tenían resueltas sus necesidades básicas en casa.
Por eso, las cuarentenas en países como Colombia y Argentina han sido más extensas pero menos efectivas.
En España e Italia se llegó a un pico en cantidad de muertes que se mantuvo alto y estable entre abril y mayo y luego empezó a bajar.
En Colombia empezó la cuarentena hacia el 25 de marzo mientras los hospitales de España e Italia colapsaban. La tasa de contagios bajó. De dos personas que podían contagiarse por cada persona infectada, la tasa bajó a 1.1.
El 25 de abril con la reapertura de algunos sectores la curva de contagios empezó a acelerarse.
Reapertura repentina
En España se atribuye el rebrote de casos, además de la excesiva movilidad de personas, a que la reapertura de la economía se dio de repente, sin planificación, sin un plan de contingencia para aumentar las pruebas o para hacer seguimiento de los contagiados.
En Colombia ha ocurrido algo similar. El anuncio de la reapertura se dio de repente justo unos días después de que Bogotá estaba experimentando de nuevo encierros por localidades. Los ciudadanos no se lo esperaban y ya se habla de noviembre como un mes de rebrote y pico de casos de infectados y muertes.
Pero en España hubo un factor adicional. La repaertura se dio justo en pleno verano que es cuando los ciudadanos más salen a la calle y más contacto tienen con otras personas.
Se vieron casos de DJ que escupían a los asistentes en discotecas, personas tomadas en la madrugada en las salidas de los bares, sin tapabocas y en grupos de hasta 20 personas.
Si en algo se parece Colombia a España, es en la cultura de la cercanía, de abrazare, besarse y estar cerca de los familiares, algo que no ocurre en otros países de Europa.
Y justo en ambos países se culpa a los ciudadanos de esparcir el virus entre las familias por el afán de visitarse, de abrazarse y besarse. La reapertura deja en el ambiente la idea de que el virus ya no está. Las visitas han aumentado y los casos de personas contagiadas en la misma familia también.
Si en un año corriente, el verano es visto como la posibilidad de salir libremente después de meses de encierro por el invierno, este año con mayor razón fue así.
Así que parece prudente que en Colombia no se haya autorizado todavía la reapertura de bares y discotecas, siguiendo de cerca lo que ocurre en España.
Una enorme diferencia es que en marzo no había suficientes test para hacer pruebas del Covid. En España la letalidad ha bajado de 12% de los casos en marzo, a 0,8%.
El promedio de edad de infectados era de 65 años en marzo y hoy es de 37 años. Hoy el temor es menor pues ya hay experiencia y la mortalidad ha disminuido.
¿Qué hacer con los niños?
En septiembre, se acaba el verano, llega el otoño y el inicio de clases en España, que hace que los ciudadanos de nuevo sean un poco más prudentes y guardados en casa, pero ahora llega la incertidumbre de lo que pueda ocurrir en ese regreso a clases.
En Colombia no tenemos ese fenómeno de estaciones que nos haga salir más o menos según la época del año, pero si estamos en la incertidumbre del regreso a clases.
Aunque desde este mes se pueden hacer pilotos de reapertura de colegios, parece que los padres temen y más de 85% de asociaciones de padres de familia, prefieren terminar el año con clases virtuales.
Incluso la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que se ha mostrado reacia a la apertura, pidió hoy a los padres que permitan a los niños, el regreso paulatino a clases, pues lo necesitan para su desarrollo. Eso sí, guardando las medidas necesarias.
El nuevo conflicto al que se enfrentan varios padres de familia hoy, es qué hacer con los niños ahora que tienen que quedarse en clases virtuales en casa, mientras ellos deben regresar al trabajo.
