La necesidad sobre diversificar la oferta de energía en Colombia ha sido latente en los últimos años, más de cara a los cambios climáticos constantes y a la tendencia de energías alternativas que pueden ahorrar costos a largo plazo y aportan a reducir los efectos negativos al medio ambiente.
Aunque, según estudios, a corto plazo Colombia cuenta con los recursos suficientes para atender la demanda energética, a largo plazo el panorama puede ser diferente. En los análisis de largo plazo, al considerar 100 posibles escenarios hidrológicos y sin considerar la entrada de nuevos proyectos de generación, se observa que a partir del 2023 podrían presentarse momentos en los cuales no es posible la atención total de la demanda de energía eléctrica en el SIN.
Por esto, cada vez es más reiterada la necesidad de recurrir a nuevas alternativas de generación de energía en Colombia, que según expertos, es un país que tiene una ubicación privilegiada para inclinarse por alternativas no convencionales como la energía eólica y solar.
Y en este línea, en el Plan Nacional de Desarrollo, que está siendo evaluado por el Congreso, se han fijado las bases para avanzar en este objetivo, bajo la premisa “Conservar Produciendo y Producir Conservando”. El objetivo es explorar alternativas para lograr el equilibrio entre la protección ambiental y el aumento en la capacidad instalada de las energías renovables no convencionales para el 2022, a partir de principios como: seguridad energética, capacidad de recuperación de las fuentes de generación de energía eléctrica ante eventos de variabilidad y cambio climático, diversificación del riesgo, mitigación de los efectos de la variabilidad y cambio climático, complementariedad de los recursos energéticos renovables disponibles.
Avances
Como muestra de los pasos que se darán en esta materia, para el 26 de febrero se llevará a cabo la primera subasta, convocada por el Ministerio de Minas y Energía, con el fin de aumentar la capacidad instalada en energías no convencionales, al pasar de 50 megas, que es lo que hoy necesita una ciudad como Ibagué, a por lo menos 1.500 megas, equivalentes a lo que requieren Cali y Medellín juntas. “El Gobierno Nacional está impulsando la competitividad de la matriz energética del país, promoviendo una mayor generación eléctrica a partir de fuentes de energía renovables no convencionales”, manifestó el viceministro de Energía, Diego Mesa.
Esta subasta adjudicará 1.183.000 megavatios-hora año, a través de contratos de energía media anual a largo plazo con una vigencia de doce años, en donde la fecha de inicio de las obligaciones de los proyectos de generación que sean asignados será el 1 de diciembre de 2021. Además, la subasta solo tendrá en cuenta proyectos de generación de energía cuya fecha inicial de operación sea posterior al 31 de diciembre de 2017, los cuales serán evaluados con base en cuatro criterios: resiliencia, complementariedad de los recursos, seguridad energética regional y reducción de emisiones de CO2.
El ministerio indicó que la minuta del contrato fue publicada, mientras que la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), entidad responsable de la administración del mecanismo, revelará los pliegos de bases y condiciones específicas para la subasta en la misma fecha.