La actividad económica en América Latina y el Caribe se estancó en 2019, siguiendo con el lento ritmo de crecimiento de los últimos cinco años, explicó el Fondo Monetario Internacional, FMI, al revelar su informe “Perspectivas para América Latina y el Caribe: Nuevos retos al crecimiento”.
En una coyuntura retadora para la región, la economía colombiana se destaca como la que más crecerá este año y 2021 entre las de su tamaño e incluso que Brasil y México.
En efecto, pese a reducir en una décima la proyección para 2020, el FMI prevé un crecimiento de 3,5% y 3,8% para Colombia, en 2020 y 2021.
«En Colombia, la fuerte demanda interna en 2019 llevó a un repunte del crecimiento a 3,3% y un aumento del déficit en cuenta corriente a 4,5% del PIB. Para el 2020, se proyecta que el crecimiento se acelere a alrededor de 3,3% gracias al continuo apoyo monetario, la migración proveniente de Venezuela, las remesas, las obras civiles y el aumento de la inversión a raíz de modificaciones recientes de la política tributaria».
Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, explicó que la situación plantea nuevos retos y urgencia a la reactivación para América Latina.
“De hecho, el PIB real per cápita de la región ha disminuido 0,6% por año en promedio durante el período 2014–2019, en marcado contraste con el aumento medio anual de 2 por ciento durante el período de auge de las materias primas de 2000–2013”.
Según la actualización de Perspectivas de la economía mundial, se proyecta que el crecimiento de la región repunte a 1,6% en 2020 y a 2,3% en 2021, gracias a una reactivación gradual del crecimiento mundial y de los precios de las materias primas, un continuo apoyo de la política monetaria, una menor incertidumbre en torno a las políticas económicas, y una recuperación paulatina de las economías estresadas.
Sin embargo, también hay importantes riesgos a la baja. “Mientras los riesgos externos previos se han moderado gracias a una relajación sincronizada de la política monetaria a escala mundial y a la firma de la primera fase del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, algunos riesgos nuevos han aparecido, incluyendo la potencial propagación global del coronavirus, lo cual podría afectar significativamente la actividad económica mundial, el comercio, y el transporte”.
El informe agrega que los riesgos nacionales y regionales también se han intensificado. “Las tensiones sociales podrían extenderse a otros países en la región, mientras que la incertidumbre acerca de las políticas económicas podría aumentar aún más debido al aumento de las tensiones sociales y las desviaciones de las políticas económicas”.
Por ello, advierte que las políticas económicas tendrán que encontrar un punto de equilibrio entre recomponer el margen de maniobra y mantener la estabilidad económica, por un lado, y, por otro, apoyar el crecimiento y reforzar la red de protección social.