Publicado: julio 8, 2019, 8:05 pm
Según el Dane, en junio la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) fue 0,27%, la variación año corrido 2,71% y la anual 3,43%.
El 0,27% estuvo por encima del consenso del mercado que esperaba un 0,21% y dicho comportamiento se explicó principalmente por la variación mensual de alimentos (0,85%).
En efecto, durante junio los mayores incrementos de precio se registraron en: tomate de árbol (10,20%), zanahoria (8,28%) y tomate (7,84%). Las mayores disminuciones de precio se registraron en: concentrados para preparar refrescos (-2,84%), moras (-2,18%), y quesos y productos afines (-1,82%).
Después de alimentos, la división recreación y cultura registró una variación mensual de 0,53%, la segunda mayor, explicada por mayores incrementos de precio en: paquetes turísticos completos (3,23%), cines y teatros (1,28%) y plantas naturales (0,76%).
Las mayores disminuciones se registraron en: equipo para la recepción, grabación y reproducción de sonido únicamente (-0,65%), servicios prestados por escenarios deportivos (-0,55%) y aparatos de procesamiento de información y hardware (-0,50%).
Implicaciones para la economía
Y aunque los alimentos suelen tener un comportamiento muy estacional, es decir, que sus precios fluctúan en función de las cosechas y, por lo tanto, estas alzas pueden ser transitorias, sí tienen un peso importante en la canasta familiar y el bolsillo de los colombianos.
Por ejemplo, para el año corrido, alimentos y bebidas no alcohólicas registró una variación de (5,25%), la mayor variación año corrido en junio de 2019. Los mayores incrementos de precio se registraron en: tomate (52,39%), papas (27,52%) y plátanos (25,23%), aunque la otra cara de la moneda, es decir, las mayores disminuciones de precio se registraron en: avena y sus derivados (-3,82%), legumbres secas (-3,72%) y panela cruda para consumo en el hogar (-2,24%).
En un momento en el que la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, viene pidiendo una reducción en la tasa de intervención del Banco de la República (actualmente en 4,2%%) para estimular el consumo y la demanda y, por esa vía, acelerar el crecimiento de la economía, el comportamiento de la inflación es clave para las decisiones de política económica.
En su última reunión, donde mantuvo inalterada la tasa de intervención, la Junta Directiva del Banco de la República explicó que la inflación anual ha sido impulsada, principalmente, por el ajuste anual en los precios de los alimentos, por fenómenos climáticos y choques de oferta transitorios, y, en menor medida, por el impacto de la devaluación reciente del peso frente al dólar y por el efecto transitorio de los impuestos a las bebidas alcohólicas.
Y aunque las expectativas de los analistas se encuentran entre 3,3% y 3,4% en horizontes no mayores a 24 meses, el Banco subrayó que la inflación básica se ha mantenido en niveles estables muy cercanos al 3%, es decir, la meta de ese organismo independiente.
En un contexto de debilidad en el crecimiento, la Junta se mostró optimista y previó una aceleración de la economía en lo que resta del año. “Las acciones de política monetaria realizadas hasta el momento deberían consolidar la convergencia de la inflación a la meta y mantener una senda favorable de expansión del PIB”, concluyó.
