Dormir normalmente debería ser un placer, pero en una era como la de hoy, donde el trabajo, el estudio y los diversos compromisos toman relevancia de manera intensiva, robarle horas al sueño se ha convertido en algo normal. Hoy en día, el 44% de los adultos del mundo admite que su sueño ha empeorado en los últimos cinco años y diferentes factores explican estas cifras reveladas recientemente por Royal Philips en su informe: “The Global Pursuit of Better Sleep Health” (La búsqueda mundial de una mejor salud del sueño).
A pesar de que el 77% de los adultos encuestados reconoce que el sueño tiene un efecto sobre la salud, el 62% admitió que duerme solo algo bien y el 44% afirmó que su sueño ha empeorado. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, alrededor de 70 millones de estadounidenses sufren de problemas crónicos de sueño y de una mala salud del sueño, que se traduce en la privación del sueño, la cual tiene una gran relación con la depresión, la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades neurocognitivas e incluso, el cáncer.
“Estos datos sugieren que mientras la gente se está despertando a la realidad de que el sueño es fundamentalmente importante, para la mayoría de la gente lograr un sueño de calidad sigue estando fuera de su alcance”, dijo Mark Aloia, PhD, Líder mundial en cambio del comportamiento y cuidados respiratorios y del sueño en Philips.
La encuesta también descubrió que el 76% de los adultos del mundo experimenta al menos una afección de la lista que afecta su sueño, donde el insomnio (37 %) y los ronquidos (29 %) son los más comunes, un aumento con respecto a la encuesta de 2018, que mostró que el 26% informaba insomnio y el 21% ronquidos, respectivamente.
Otros descubrimientos
Aportando a estos datos, la Universidad de Harvard también ha realizado sus estudios para analizar los efectos del mal sueño en el cuerpo humano. «Hay estudios que sugieren que el sueño puede ser un conductor tan potente de la enfermedad como factores de riesgo más tradicionales, como fumar o niveles altos de colesterol», dijo Cameron McAlpine, investigadora en el laboratorio de Filip Swirski, profesor asociado. de radiología en la Escuela de Medicina de Harvard e investigadora en el Centro de Biología de Sistemas del Hospital General de Massachusetts.
Hace cuatro años, esta experta (McAlpine) y sus colegas comenzaron experimentos diseñados para explorar la conexión entre el sueño y los mecanismos inmunitarios e inflamatorios que desempeñan un papel en la aterosclerosis, también conocida como endurecimiento de las arterias, la cual es una característica clave de la enfermedad cardíaca y se ha llegado a entender como una condición inflamatoria.
Esta enfermedad, normalmente avanza con la edad a medida que las placas de grasa se depositan a lo largo de las paredes de los vasos sanguíneos, estrechándolas e interfiriendo con el flujo sanguíneo. Las placas ateroscleróticas están compuestas de grasas como LDL, o «malas», el colesterol y los glóbulos blancos que se inunda en la escena y se enredan en fibras que mantienen unida la placa. Las placas no solo reducen el flujo sanguíneo, sino que también pueden romperse y causar coágulos de sangre que obstruyen las arterias que conducen al cerebro, causando accidentes cerebrovasculares o el corazón, causando ataques cardíacos.
«La investigación que muestra un vínculo entre el sueño y las enfermedades cardiovasculares en los seres humanos es abundante», dijo Swirski. «Queríamos saber el ‘cómo’. En este estudio, descubrimos una pequeña parte de lo que seguramente es un rompecabezas mucho más grande».
¿Qué pasa en Colombia?
En el caso particular de Colombia, de acuerdo con la Asociación Colombiana de Medicina del Sueño, los colombianos duermen un promedio de 6,75 horas, una cifra por debajo de los estándares recomendados para un descanso óptimo. En el país 4 de 10 personas sufren de insomnio, 3 de cada 10 ronca y 2 de cada 10 toman medicamentos para poder conciliar el sueño. Uno de los trastornos del sueño más común es la apnea de sueño y en Colombia han sido diagnosticadas 160.000 personas.
La apnea obstructiva del sueño es una afección que ocurre como resultado de la obstrucción repetida de las vías respiratorias superiores durante el sueño, privando de oxígeno al corazón, al cerebro y a otros órganos. Con el tiempo, esto puede dar lugar a distintas dolencias y graves problemas, como presión arterial alta, ataques cardíacos, arritmia, somnolencia diurna excesiva, errores en el trabajo, accidentes de tráfico e inclusive la muerte. El tratamiento inexistente o insuficiente de la apnea del sueño puede resultar en que los pacientes requieran visitas costosas a la sala de emergencia, hospitalización y citas médicas frecuentes.