Por ILANA GOLDENSTEIN
La incertidumbre en las organizaciones es un constante producto de la convivencia de múltiples escenarios económicos que intervienen en la gestión de una compañía con presencia internacional, los cambios en las corrientes políticas y los diversos momentos coyunturales que puede vivir, simultáneamente, un país u otro. Todos estos factores hacen que la incertidumbre crezca e influya en la operación del negocio. La diferencia entre una influencia positiva o negativa se da en la fijación de una estrategia sólida y a largo plazo.
En Colombia es común que las empresas se encuentren en este tipo de situaciones, las cuales pueden afectar su estabilidad y permanencia en el tiempo, debido a que, en la mayoría de los casos, los altos ejecutivos no están acostumbrados o preparados para afrontar contextos tan cambiantes como los que se viven en la actualidad.
Para Michael Page, firma de reclutamiento, difícilmente los directivos pueden gestionar la incertidumbre de forma adecuada si no son capaces de relacionar los actos empresariales actuales con una visión a futuro.
Según la reclutadora, lo más importante que deben hacer las compañías, es tratar de prever la multiplicidad de escenarios que se puedan presentar ya que la incertidumbre siempre surge y se convierte en algo real y tangible; pero no deben quedarse ahí, puesto que siempre se debe tener un plan a largo plazo que responda a las necesidades particulares del momento.
De acuerdo con Steve Ingham, CEO global de PageGroup “cualquier organización que sea fuerte nunca debería tener una estrategia a corto plazo, idealmente no debería depender solo de contextos políticos como elecciones electorales; por el contrario, las empresas deberían tener un plan a largo plazo que responda a los objetivos que se quieren alcanzar. Lo realmente importante dentro de una organización es tener una estrategia robusta en el tiempo, que permita alcanzar el éxito empresarial. Si esto no es posible debido a la falta de capital para darle soporte al negocio, entonces ni siquiera se debería estar en el mismo”.
Cuando las compañías tienen la posibilidad de aplicar estrategias a largo plazo, la incertidumbre política o económica puede transformarse. Su existencia, incluso podría convertirse en una oportunidad para que gerentes rediseñen sus estrategias, enfoquen sus recursos en los productos que generan rentabilidad y fortalezcan sus operaciones, centrándose en sus clientes.
Beltrán Benjumea, Managing director de PageGroup Colombia afirma que “en nuestra compañía enfocamos la estrategia a largo plazo, sin importar los cambios de gobierno que se han presentado en los últimos años, esto nos ha permitido mantener las operaciones en la región e incluso expandirnos, alcanzando un crecimiento por encima del 30% en el 2018 y aumentando nuestra fuerza de trabajo a cerca de 700 profesionales en América Latina”.
Teniendo en cuenta que la incertidumbre siempre se presenta y que las organizaciones deben tener estrategias a largo plazo que respondan a estos contextos, PageGroup brinda 4 consejos que todo alto ejecutivo debe tener en cuenta al momento de enfrentar este tipo de situaciones.
Tener fortaleza psicológica: resolver una situación de incertidumbre no solo depende de la capacitación o estudios que tengan los directivos sino también de la actitud que se toma para resolver el laberinto de causas y consecuencias. Si bien el tratar de entender lo que pueda suceder es una situación de alto estrés, es fundamental que la motivación siempre se mantenga intacta y enfocada en las nuevas estrategias de cambio que se quieran alcanzar.
Esforzarse en el diagnóstico: es esencial reconocer cuál es el motivo que generó el contexto de incertidumbre y sus posibles consecuencias. Algunas empresas pueden tardar demasiado tiempo en resolver el qué hacer, simplemente por no saber cómo identificar las causas, siendo uno de los peores escenarios en que puede incurrir una gestión.
Encontrar los medios adecuados: en una situación de alta incertidumbre siempre hay una diversidad de opciones para salir ileso, no obstante, es fundamental que se tengan criterios éticos elevados para tomar las decisiones, ya que no se puede sacrificar el núcleo de la organización y su reputación.
Mantenerse firme en la decisión: es importante no perder el enfoque de la acción tomada, salvo que en el camino se encuentre una alternativa considerablemente más adecuada, lo cual es poco probable si se hizo el diagnóstico correcto y se evaluó bien las alternativas para resolver el problema.
Adicionalmente, es fundamental revisar periódicamente los lineamientos de la compañía y analizar las tendencias regulatorias y de los mercados, puesto que estas son los insumos clave para tomar las decisiones correctas a la hora de asegurar la estabilidad y crecimiento de las compañías.