Uno de los impuestos que mayor molestia genera en los colombianos es el llamado 4×1000 o Gravamen a los Movimientos Financieros.
Desde los años noventa, el Congreso aprobó este impuesto para las transacciones bancarias que se hacen con tarjetas débito, un retiro de efectivo en cajero, un retiro de efectivo por ventanilla o con cheque, un pago con el botón PSE, una transferencia entre cuentas o un pago en un comercio con tarjeta débito, entre otras.
Sin embargo, esto ha promovido que los colombianos realicen más transacciones con efectivo, además, de acuerdo con Asobancaria, ha significado un incentivo a actividades ilegales como: i) corrupción, ii) evasión fiscal, iii) lavado de activos y financiación del terrorismo, entre otros.
Por esta razón, Asobancaria ha planteado la posibilidad no de eliminar pero por lo menos reducir el alcance que tiene el impuesto. Para ello, se propone que el impuesto no sea cobrado cuando se trate de un movimiento digital. s decir, si se hace un pago con tarjeta débito, o con el botón PSE o una transferencia entre cuentas; este gravamen ya no se cobraría. Por el contrario, se mantendría en las condiciones actuales el cobro del impuesto en las transacciones de retiro del efectivo.
Estos serían los casos en los que se eliminaría el gravamen:
Finalmente, es importante resaltar que la propuesta incluye que se mantengan los beneficios tributarios y exenciones que actualmente cobijan a las transacciones inferiores a 350 UVT mensuales, así como a los productos de Trámite Simplificado, como Depósitos Electrónicos, Cuentas de Ahorro Electrónicas y Cuentas de Ahorro de Trámite Simplificado. Por lo anterior no se afectarían en ningún caso las compras de bienes de consumo.