La historia de Adrián es apasionante. Hace 12 años empezó la carrera del emprendimiento tras una quiebra y hoy suma 14 empresas. Así piensa y toma decisiones este empresario paisa, quien le apunta a ser eficiente con el tiempo y la planeación.
De los empresarios siempre hay que aprender la manera de hacer las cosas, y si algo tienen en común desde grandes magnates como Elon Musk o Steve Jobs y empresarios locales como Castañeda, de 39 años, es que el éxito viene en parte gracias a su manera única de hacer las cosas. ¿Por qué hay personas que triunfan y otras fracasan en un negocio casi similar? Justamente por la marca personal, por la manera de hacer. Adrián tiene una manera particular de pensar y de actuar a la hora de hacer negocios: “La gente piensa que yo trabajo mucho pero la verdad es que no. Uno puede ser estratégico con el tiempo y buscar el camino más rápido para ejecutar un proceso o para encontrar soluciones”, asegura.
Al principio Adrián trabajaba sin descanso más de 18 horas al día como cualquier emprendedor que tiene en la cabeza hacer que su negocio crezca y sea útil a la sociedad. Hoy en día ya puede liberar tiempo gracias a su equipo de trabajo.
Cuando se buca ser eficiente con el tiempo y hacer un trabajo inteligente, se orientan todas las acciones al resultado, a llegar al punto y no perder tiempo dando vueltas en procesos complejos.
Gracias a este tema, Castañeda tiene hoy inversiones en 14 empresas. Le da pereza complicarse la vida en procesos inútiles, en reuniones inoficiosas y en actividades que no llevan a ningún lado y por eso es práctico a la hora de tomar decisiones. Al fin y al cabo, eso es lo que hace un empresario a diario: tomar decisiones, y un buen empresario, toma decisiones inteligentes, eficientes y eficaces.
Adrián planifica día a día y establece el objetivo que quiere lograr en cada jornada. Con esa idea clara, hay días que en tres horas juiciosa de trabajo logra su objetivo y queda libre para invertir tiempo con su familia e ir a cine.
“La sociedad nos lleva a sentirnos mal si tenemos tiempo libre, por eso la gente en vez de estar realmente ocupada, hace cosas para sentirse ocupada e importante. Insisto, a veces cuatro horas de trabajo al día son suficientes. No hay que impresionar a nadie, se trata de optimizar nuestro tiempo”.
SER ESTRATEGA
Adrián asegura que para ser un empresario exitoso, hay que dejar de jugar a ser emprendedor y mejor ser estratega. Eso significa saber, estar seguro de lo que se está haciendo y porqué se está haciendo.
Así que establece estrategias a corto y a largo plazo y empieza a ejecutarlas de inmediato paso a paso. Si va a crear una nueva empresa hace el plan, lo inicia el mismo día y lo ejecuta según el cronograma.
“El problema que veo en algunos emprendedores, es que no tienen claro qué están haciendo ni para qué. No tienen ni idea de qué quieren lograr hoy o esta semana o este mes. La consigna es: estrategia, teniendo en cuenta que el tiempo no es ilimitado, que es lo único que no se puede multiplicar”.
DE LA QUIEBRA AL ÉXITO
Una de sus empresas insignia es Too Easy English, una escuela online y presencial de inglés que lanzó hace 13 años justo en un momento de su vida en el que las cosas iban mal: estaba quebrado.
Adrián creció en una familia de bajos recursos en Medellín y había logrado establecerse a los 27 años con un negocio de ópticas que al final resultó mal y lo llevó a la quiebra. Tuvo que echar mano de la casa de sus padres para hipotecarla y pensó: debo evaluar qué es lo que me queda y que no, porque usualmente tras una quiebra, la gente se enfoca solo en lo que pierde y no se percata de lo que le queda. Descubrió entonces que lo que le quedaba era el conocimiento, los contactos y la experiencia de haber sido un buen educador en inglés… ¡y una deuda de 30.000 dólares!
Pues se enfocó en lo que tenía, no en lo que le faltaba y se dio cuenta de que su industria, la que le apasionaba era la educación, así que se dedicó a esta.
Diseñó una metodología para enseñar inglés y empezó dando clases en diferentes empresas. Con esos ingresos reunió el dinero para montar su primera escuela de inglés. Luego vino la segunda y las demás empresas de su grupo que hoy genera más de 1.000 empleos a los colombianos.
Fundó también “Baselang”, la segunda escuela online de español más grande del mundo con presencia en 52 países, y es socio de Susaeta Ediciones, donde entró con la idea de hacer crecer “Nacho Lee”, la cartilla con la que aprendimos a leer los latinos, para a partir de allí crear la plataforma digital Nachoaprende.com.
DE CERO A GLOBAL
Adrián decidió también invertir en la industria informativa y hoy es propietario del canal ACTV, el 114 de Claro que llega cada día a tres millones de hogares a nivel nacional con contenido variado, principalmente dirigido a emprendedores. Allí conduce un programa llamado “De Cero a Global” donde entrevista emprendedores con el objetivo de contar historias de éxito de diferentes personajes que sirvan como modelo y como inspiración para otros empresarios. “De Cero a Global” también es la metodología creada por Adrián y el nombre de su libro de Editorial Panamericana, en el que da consejos y recomendaciones para los jóvenes que quieren emprender un negocio.
Precisamente uno de los grandes aprendizajes que le ha dejado su experiencia, es que siempre van a hacer falta recursos y que no se puede esperar a tenerlos de sobra para emprender. Hay que aprender a trabajar con lo que se tiene y por el camino ir consiguiendo lo que falta. Es imposible lanzar una empresa o un producto o servicio tal como lo idealiza el emprendedor. Hay muchos que no empiezan nunca porque se quedan esperando a tener el dinero completo para hacer un lanzamiento millonario y por eso no despegan. Lo importante es empezar y lanzar programas de prueba del producto o servicio e ir mejorando cada día, y de paso, conseguir más recursos por el camino.
FORMAR EQUIPO
Castañeda es la cabeza de todas sus empresas, pero tiene clarísimo que la única manera de hacerlo es contar con un ejército de personas más inteligentes que él, que a la vez tengan la humildad necesaria para seguir instrucciones.
Insiste en la importancia de que un buen líder se rodee de expertos en cada una de las áreas de sus negocios, ya que en su caso, él no es experto en un área específica.
Él se dedica a liderar.
Ese equipo debe ser entonces especializado en cada tema y además no tener un ego elevado porque no puede trabajar con ese tipo de personas. Debe ser gente que sepa tomar decisiones y puedan sustentarlas y sobre todo que no se tome nada personal en una conversación sino que entienda que lo que se busca es el beneficio de la empresa de cara a la satisfacción del cliente.
Deben ser líderes con ideales que quieran hacer grandes proyectos, no aquellos que apenas buscan hacer lo mínimo por cumplir. Eso implica además, que sean profesionales capaces de ver la oportunidad de aprender y crecer en la empresa, no que los mueva únicamente la plata. Es importante hacerlos partícipes de los éxitos de la empresa y hay que evitar la rotación personal, porque el daño que le hacen a la empresa es grandísimo, una vez aprenden a trabajar de acuerdo con la cultura organizacional y de repente se retiran, llevándose todo el conocimiento.
Por eso, como no se puede evitar la rotación, si se puede mitigar el impacto, haciendo que la empresa no dependa de una persona en particular sino que los procesos estén tan bien documentados que hacer un empalme sea rápido y no se resientan los procesos de la compañía.
Eso es lo que tiene en cuenta Adrián a la hora de hacer equipo. Resulta valioso que no hace referencia a un grupo etario o a un género específico, tan de moda hoy en día. Castañeda asegura que se ha encontrado de todo en su carrera de empresario: gente buena joven y mayor, y gente mala joven y mayor, así como hombres o mujeres buenos o malos trabajadores. Normalmente los más jóvenes compensan su falta de experiencia con creatividad, y lograr esa mezcla entre esas dos virtudes, es un plus.
No cree que las mujeres necesiten un tratamiento especial por cuestiones de género pues es evidente que lo importante es la capacidad que se tenga para un rol específico y allí no importa si es un hombre o una mujer. “Yo solo veo personas y talento”, concluye.
SABER ESCUCHAR
Hay que mantener contentos a los clientes, dice Adrián. Un buen empresario detecta las necesidades de los ciudadanos y les crea soluciones eficientes por medio de productos y servicios. Pero no basta con crear la solución si no se escucha al cliente para saber si les gusta y les interesa esa solución. El éxito está en escuchar.
UNA SONRISA
Adrián tiene inversiones principalmente en empresas de educación y medios de comunicación, que al final se complementan pues la televisión es una herramienta para la educación y desde allí puede promocionar sus otros negocios. Pero también tiene inversiones en el sector salud, siendo socio de una clínica dental, a la que llegó por apoyar a una familiar, y se ha dado cuenta de que es un negocio muy rentable.
“Este negocio también me llamó la atención porque me he dado cuenta de que tener una bonita sonrisa me ha abierto puertas y me ha ayudado a ser exitoso en los negocios. Una bonita sonrisa le cambia la vida a cualquiera, y eso es lo que hacemos en Present Dental Studio”, cuenta el empresario.