Darles a los niños una educación “integral” sin incluir el dinero dentro de sus hábitos es como “sembrar una planta y no regarla”. Pues uno de los mayores males que aqueja la sociedad moderna es la falta de preparación y entendimiento cuando de ahorrar, gastar e invertir se trata.
Créditos y prorrogas, llamadas incesantes de prestamistas, insomnio, tasas desfavorables en crediticios, baja productividad laboral y académica, y hasta malas relaciones sociales, se pueden desprender de una vida sin hábitos financieros saludables que comprometen la estabilidad emocional y económica de los adultos, situación que se puede prevenir con una formación temprana en finanzas.
De acuerdo con Irina del Mar Nieto, líder del programa de Finanzas Personales de Financiera Progressa, los niños pueden aprender: ¿cómo se obtiene el dinero?; el valor de ahorrar para cumplir los sueños, cómo tener un consumo consciente, sostenible y con criterio. En consecuencia, la especialista en formación financiera comparte pautas que ayudarán a crear buenos hábitos financieros en los menores:
Consejos para que los niños ahorren
- Los niños aprenden de lo que ven: así que el primer paso para que los niños tengan unas buenas finanzas, está relacionado con el que puedan observar a sus padres hablar de la economía familiar en buenos términos, verlos planear financieramente, ahorrar, construir patrimonio y permitirles participar de esta actividad. De forma inconsciente comprenderán qué es el bienestar financiero, y que el dinero es un aliado importante.
- Hablarles del valor del dinero y su procedencia: muchos niños cuando quieren un juguete le dicen a sus padres, vamos al cajero a “sacar dinero”, desde muy temprana edad se les puede explicar en palabras sencillas y de forma didáctica, con un ejemplo: Tu eres una médica y por ayudar a una persona a saber que enfermedad tiene y como recuperar su salud, recibes dinero a cambio, este es depositado en un banco para que luego podamos ir al cajero a “sacar plata”.
- Los niños aprenden a administrar su dinero: si les das mesada semanal, juega con ellos a quien logró guardar más al final de la semana. La riqueza se percibe cuando al final del día, la semana, el mes tienes dinero que sobra y no cuando gastas de más; el niño que tiene este hábito será el adulto que siempre le sobra dinero al final del mes.
También puedes hacerles preguntas que lo hagan pensar diferente sobre las compras y lo que va a traer más beneficios, ejemplo: si se antoja de un pequeño juguete, le puedes preguntar, ¿Recuerdas que estamos haciendo un ahorro para el viaje en familia, el juguete X, etc?
- Regálale el hábito del ahorro: enséñales que cada vez que reciban dinero de la mesada, lo que sus abuelos les den o de cualquier dinero, lo primero que harán será guardar la décima parte para el ahorro y ayúdale a ponerle un objetivo a ese dinero que está guardando, tal vez comprar a futuro un juguete que con una cuantía pequeña no es posible, pero ahorrando con constancia sí; o si ahorras para su educación hazle saber cómo mes a mes guardas ese dinero.
- Hacer crecer el dinero a través del tiempo: hoy hay ahorros para niños con rentabilidad superior a la de una cuenta de ahorros, explícales que al tener un producto como estos, su dinero irá creciendo en el tiempo, motívalos a interesarse por el valor que se deposita mes a mes, explícale cuanto está creciendo su dinero, el niño estará comprendiendo que adicional a que es importante guardar el dinero, debe estar creciendo, lo estarás empoderando para que sin importar su profesión en el futuro, él esté atento a las mejores formas para administrar y hacer crecer su dinero a través del tiempo.
- Tu hijo está listo para ser un consumidor consciente e inteligente: llévalo a comprar los alimentos del hogar, conversa con él de los productos, sus precios y beneficios, haciendo comparativos en los que él o ella vayan comprendiendo la relación entre su costo y sus beneficios, cultiva en ellos, la capacidad de analizar y el pensamiento crítico.
- Acompaña a tu hijo en la gestión de sus emociones: la economía conductual nos ha enseñado que pocas veces tomamos decisiones racionales, en la mayoría de los casos serán inconscientes y basadas en las emociones y factores del entorno. Habla con tus hijos de los sentimientos, las emociones, enséñales como cambiar un estado de ánimo a través del juego, de practicar algún deporte, arte o la música, pero no a través de la compra de algún juguete o un helado.
Hoy hay miles de estímulos para estar en continua actividad, permítele tener espacios en los que se aburra, esos momentos desarrollarán su creatividad mejorando su autocontrol y en paralelo, irá descubriendo que hay y habrá momentos para reflexionar.