El presidente Iván Duque Márquez afirmó que la comunidad internacional no reconoce los resultados de la burla electoral ocurrida el pasado domingo en Venezuela, y subrayó que no descansará hasta ver la libertad real en la nación vecina.
En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, advirtió que el proceso de deterioro institucional de Venezuela, que sufre “la más brutal de las dictaduras que se hayan visto en la historia reciente de América Latina”, no puede generar más indiferencia.
Al acto de presentación del Plan Nacional de Acción en Empresas y Derechos Humanos, en la Casa de Nariño, asistió Leopoldo López Mendoza, líder opositor venezolano, quien estuvo detenido en una cárcel de Caracas y actualmente está en el exilio.
Duque resaltó “la fuerza de la resistencia democrática” y dijo que “cuando la dictadura se sentía más sólida y fuerte, mostramos que somos más de 54 naciones las que desconocemos ese régimen y las mismas que hoy reconocemos los resultados de esa burla que pretendió hacerse el fin de semana pasado, y que no descansaremos hasta ver libertad real en Venezuela”.
“Venezuela necesita urgentemente que termine la dictadura, que se consolide un espacio de un gobierno de transición con representación amplia, donde esté presente la resistencia democrática, y también los representantes del chavismo y otros sectores, para que se pueda hacer una convocatoria de elecciones libres, y que se ponga en marcha un marco de reconstrucción economía y social”, expresó.
Precisó que esos cuatro elementos son compartidos por el Grupo de Lima, la Unión Europea, los países de Norteamérica y otros sectores.
Elogió a López Mendoza, líder de Voluntad Popular, quien estuvo detenido en la cárcel Ramo Verde, de la capital venezolana,
“Gracias por ser esa voz siempre firme defendiendo la libertad de tu pueblo”, le manifestó el Mandatario al político venezolano y lo definió como “una voz corajuda y gallarda para la defensa de la libertad en su país”.
Duque hizo una serie de reflexiones de “lo que no puede seguir ocurriendo en América Latina”.
Recordó que hace 21 años “se empezó a fraguar en Venezuela un proceso de deterioro institucional, de aniquilamiento de la independencia de poderes, de destrucción de la iniciativa privada, de afectación profunda de la capacidad de expresión libre, de la libertad de prensa, de la libertad de asociación”.
Anotó que ese proceso “empezó con un germen democrático”, pero “la evolución de estos veinte años muestra una transformación o una mutación peligrosa de democracia a dictocracia, y de dictocracia a la más brutal de las dictaduras que se hayan visto en la historia reciente de América Latina”.
Agregó que lo que parecía una expresión libre terminó siendo el camino del absolutismo, del control del Parlamento, del control de las cortes, del control del poder electoral y, a partir de ahí, “una toma violenta de todos los espacios que en una democracia le pertenecen libremente a la ciudadanía”.
Comentó que “en Venezuela se destruyó por completo el tejido empresarial, se destruyó por completo la capacidad de la prensa libre, de ejercer una labor de escrutinio y de denuncia” y “se aniquiló” la posibilidad de ir a las urnas libremente.
Sostuvo que el hecho de “que ese proceso haya ocurrido ante los ojos de todo un continente, no deja de ser preocupante”.
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