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¿Por qué es más agotador trabajar en pantalla que en una oficina?

“Zoom burnout” es la queja más frecuente por exceso en el uso de pantallas. Así lo puede estar afectando.

Foto: Unsplash

Publicado: agosto 15, 2020, 2:25 pm

“Zoom burnout” es la queja más frecuente por exceso en el uso de pantallas. Así lo puede estar afectando.

Es habitual ver esta expresión de queja en redes sociales de personas saturadas por estar más de 8 horas conectadas a una pantalla en reuniones de trabajo. ¿Por qué es más agotador que estar en una oficina?

El problema empieza desde que trabajar en casa se volvió una obligación y no una opción, explican los psicólogos expertos en salud ocupacional como Gianpiero Petriglieri, profesor del Instituto Insead, y Marissa Shuffler, profesora de Clemson University.

Lea también: Despidos masivos por Zoom, ¿Una cruel tendencia?

Las personas que gozaban de teletrabajo, lo tenían como un beneficio para balancear la vida laboral y la personal y era voluntaria. Pero nunca había ocurrido que a nivel global se convirtiera en una obligación.

Eso conlleva a que las personas no estén preparadas en términos de adaptación física ni psicológica para enfrentar la situación.

Física porque se dieron cuenta de que no tenían la infraestructura necesaria en casa para trabajar como un estudio o un espacio aislado del resto de actividades y familiares, un escritorio, una silla cómoda y hasta u n buen plan de internet.

A eso se suma que estar conectados conlleva a tener procesos de atención distintos a los que se tiene en un espacio físico como una oficina.

El esfuerzo cognitivo de estar en una videollamada o una llamada, es mayor al de una conversación cara a cara.

El lenguaje no verbal, el movimiento ocular, las expresiones faciales, la postura corporal, la temperatura del cuerpo, la entonación de las palabras y la intención al expresarse, ayudan a que el cerebro tenga una información clara para entender por completo el mensaje. 

Cuando no hay imagen, el cerebro se desgasta más para procesar la información que cuando está viendo lo que ocurre. Ese desgaste al final se convierte en la fatiga y el cansancio del que tanto se quejan los trabajadores.

Para el cerebro siempre será mejor el ahorro de energía para interpretar lo que dice el otro. El cerebro no interpreta de manera individual la voz y la imagen sino que lo hace de manera simultánea que en la manera más sencilla posible para evitar duplicidad de funciones de trabajo.

En una discusión cara a cara, es más fácil saber qué está ocurriendo, quién va ganando y quién se está alterando porque la persona se pone roja, le cambia la temperatura corporal, la velocidad de hablar, la postura corporal, la mirada, la gesticulación. Todo eso se pierde en una videollamada por más de que exista imagen. Y en una conversación de chat con mayor razón se pierden todas esas herramientas de comunicación.

Sin límite de tiempo

Estar conectados además ha hecho que se pierda el límite entre la jornada laboral y el tiempo de descanso.

Conectarse para estudiar, para trabajar, para reunirse, todo desde casa, hace que los empleados sientan que ya no existan lugares para divertirse, para entretenerse, para estar con amigos, porque toda la vida transcurre desde el mismo espacio físico.

En todo el mundo se reportan quejas de exceso de trabajos, de duplicidad en las horas de trabajo y en más reuniones que de costumbre. Algunos empleadores piensan que como no se está usando tiempo para desplazarse hasta la oficina, ese tiempo se puede utilizar trabajando.

Por generaciones

El impacto entre las generaciones también es diferente porque mientras un centennial ya concibe la idea de vivir digitalmente sin un espacio determinado para su vida personal, laboral y familiar, las generaciones anteriores sí crecieron con la idea de que cada actividad se realiza en un espacio físico diferente: la universidad, los restaurantes, la oficina, la casa, el bar, el hotel, el parque, Un sitio para cada situación y persona.

La generación centennial lleva ya su vida completa digital y lo único que requieren para vivir, además de aire y alimento, es un celular con carga e internet. Desde allí desarrollan su vida social, educativa, amorosa, laboral, comercial y de entretenimiento. No solo no requieren de un espacio físico sino tampoco de un espacio en el tiempo. Ya no tienen límite de horario para ingresar a una clase, para hacer una compra, para hablar con el novio o ver televisión. Cualquier actividad es válida a cualquier hora.

Cómo enfrentar la fatiga

La queja más común a escala global, es el estrés laboral. Son los reportes más altos de los últimos tiempos. El aumento de carga laboral y de reuniones virtuales ha causado enfermedades psicológicas como depresión y ansiedad y enfermedades físicas como hipertensión y obesidad por la falta de ejercicio.

Las soluciones deben venir de ambas partes: por un lado los empleadores deben ser conscientes que por ser el trabajo digital, no significa que los empleados deben estar disponibles 24 horas los siete días de la semana.

Los empleados por su parte deben tener una disciplina de pausas activas y de terminar su jornada laboral desconectándose totalmente tan pronto termine su horario. No revisar más el celular ni los correos y dedicarse a otras actividades que no impliquen el uso del computador o del celular.

 

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