Siguiendo el ejemplo de Medellín, la Alcaldía de Bogotá anunció que implementará un plan, denominado Fiesta No Brava, para desmotivar las corridas de toros. En la capital de Antioquia, el alcalde Daniel Quintero declaró que no habrá temporadas de corridas de toros en el centro de espectáculos La Macarena durante los cuatro años de su mandato; pero en Bogotá, Claudia López no pudo descontinuar este espectáculo aun cuando ha reiterado que su Administración no apoya este tipo de prácticas.
La razón es que debe cumplir con el contrato que su predecesor, el exalcalde Enrique Peñalosa, dejó firmado para que la temporada taurina se lleve a cabo este año en la Plaza Santamaría. Dicho contrato, tiene vigencia desde el 13 de diciembre de 2019 y va hasta el 31 de agosto de 2020.
Mientras encuentra una solución para en el marco legal, la alcaldesa desarrollará, en paralelo a la temporada taurina, una programación cultural gratuita denominada ‘Mi Fiesta No Brava’ que incluye una amplia oferta cultural y artística, en rechazo legítimo y pacífico a las corridas.
La agenda irá durante los 6 domingos siguientes e incluye presentaciones alrededor de la Plaza Cultural La Santamaría de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, conciertos en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán; recorridos, talleres y conversaciones para disfrutar el patrimonio y la exposición permanente del Museo de Bogotá, proyecciones para la familia en la Cinemateca de Bogotá y diferentes actos culturales en todas las bibliotecas públicas de la ciudad.
A esta fiesta se unirán las más de 50 organizaciones animalistas con su programación que incluye obras de teatro, bailes performance y muestras de cine, con el propósito de propender un mensaje a favor de la vida y protección de los animales
Durante las corridas que irán del 2 hasta el primero de marzo, Claudia López afirmó que no existirá ningún dispositivo de seguridad especial para los asistentes a las corridas, ya que esto sería predisponerse a que pueda suceder algo en este caso. Por otra parte, resaltó que estará prohibido el consumo de licor dentro y fuera de la Plaza Cultural la Santamaría, además del ingreso de niños menores de 7 años.