Hace dos años, en cuestión de segundos se desplomó uno de los pilones de la estructura que costó $75.000 millones y que estaba ubicado en el kilómetro 65 de la vía Bogotá – Villavicencio que generó la muerte de nueve trabajadores, el cierre de la carretera y pérdidas económicas.
Después del incidente, el Gobierno sancionó a la empresa encargada de la construcción con una multa por un valor de $16.000 millones, desagregados en el costo del puente, la no entrega de la obra y finalmente por el detrimento causado a la Nación.
Sin embargo, en un nuevo acuerdo se concretó que el concesionario pagaría solamente $8.000 millones, pero además asumiría la tarea de erigir nuevamente el puente.
En declaraciones a distintos medios, vicepresidente ejecutivo de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) explicó que actualmente el proceso está frenado porque la interventoría rechazó los diseños presentados y en ese sentido, el concesionario está realizando nuevos estudios asociados con medidas para estabilizar la ladera que implicarían modificaciones en la cimentación ya existente.
Superado este impase, que se espera no vaya más allá de marzo, la Agencia Nacional de Infraestructura mencionó que la obra estaría lista para el mediados de 2022, pues se estima que la construcción total del puente llevaría alrededor de 22 meses.