La decisión de Keir Starmer de avanzar unos pasos desde la puerta de Downing Street para recibir a Volodímir Zelenski con un cálido abrazo este sábado por la tarde no fue un gesto casual, sino una imagen poderosa del respaldo británico a Ucrania. Zelenski … saludó a las cámaras mientras Starmer levantaba el pulgar en señal de complicidad, un gesto que transmitía cercanía antes incluso de que comenzaran las conversaciones. El primer ministro no esperó a que su homólogo llegara a la puerta; en su lugar, salió a su encuentro para darle la bienvenida. Juntos, sonrientes, recorrieron el breve camino de regreso a la entrada del número 10, intercambiando unas palabras en voz baja, en una escena de confidencia entre aliados.
Ese respaldo visual y simbólico se produce en un contexto de intensa actividad diplomática, con la cumbre de defensa organizada por Starmer este domingo en Londres como el epicentro del apoyo europeo a Ucrania. El encuentro, que reunirá a varios líderes del continente, precede a otra cumbre clave convocada por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, el jueves 6 en Bruselas.
Ambas reuniones giran en torno a la guerra y la defensa europea, pero la convocatoria británica parece tener un doble propósito: alinear al Reino Unido con los esfuerzos europeos sin quedar subordinado a la agenda de la UE, al tiempo que refuerza la imagen de Londres como un actor independiente, y líder, en la seguridad global. En esa línea, esta semana el Gobierno británico anunció un importante aumento en el gasto en defensa, en un claro mensaje de compromiso con la estabilidad de la región.
Antes de mantener conversaciones a puerta cerrada, Starmer reafirmó el respaldo inquebrantable del Reino Unido a Ucrania en un momento en el que el apoyo estadounidense sigue en entredicho. «Tienes el respaldo total de todo el Reino Unido, y mantendremos nuestro apoyo a Ucrania durante el tiempo que sea necesario», le aseguró Starmer a Zelenski. El líder británico destacó que las ovaciones de la multitud congregada frente a la sede del gobierno reflejan la «inquebrantable determinación» del pueblo británico de apoyar a Ucrania y defender su soberanía. Por su parte, Zelenski elogió el papel de Londres en la asistencia a su país desde el inicio del conflicto: «Quiero agradecerles, pueblo del Reino Unido, por el enorme apoyo desde el comienzo de esta guerra», subrayó el mandatario ucraniano, que también dijo sentirse «muy contento de que Su Majestad el Rey haya aceptado reunirse conmigo mañana, y agradezco que hayan organizado una cumbre tan importante para ese día». «En Ucrania estamos muy felices de contar con socios estratégicos como ustedes», aseveró, y habló del acuerdo de asociación de cien años entre el Reino Unido y Ucrania, firmado el pasado 16 de enero, diciendo que este pacto, único en su tipo y que refuerza la cooperación bilateral en defensa, seguridad, tecnología y reconstrucción, simboliza la alianza estratégica entre ambos países.
Cambios en la agenda
El momento en el que se produce esta cumbre no es sencillo para Starmer, aunque tampoco desfavorable. Tras haber sorteado con éxito su encuentro con Donald Trump en la Casa Blanca el jueves, el primer ministro británico se vio rápidamente inmerso en una nueva crisis internacional. Al día siguiente, el mundo fue testigo de una bronca televisada entre Trump y Zelenski en el Despacho Oval, un episodio que dejó al presidente ucraniano visiblemente humillado. Horas después, Zelenski volaba rumbo a Londres, hacia el abrazo, literalmente, de uno de los aliados que más dinero y recursos han invertido en apoyar a Ucrania desde la invasión rusa hace tres años. Poco después de las 11 de la mañana del sábado, aterrizaba en la capital británica y, en sus primeras declaraciones, subrayaba que el respaldo estadounidense sigue siendo crucial para su país.
El impacto de ese enfrentamiento con Trump obligó a modificar la agenda diplomática. Starmer tenía previsto reunirse con Zelenski a primera hora del domingo, antes de la cumbre, pero la cita se adelantó al sábado pasadas las cinco de la tarde. Un portavoz de Downing Street confirmó que, tras el incidente en Washington, el primer ministro británico habló tanto con Trump como con Zelenski en un intento de rebajar la tensión. La disputa generó reacciones en todo el mundo, pero en Europa el sentimiento predominante fue de respaldo al mandatario ucraniano.
El apoyo británico a Zelenski no se limita al ámbito político. Este domingo, el Rey Carlos III recibirá al presidente ucraniano en su residencia de Sandringham, en una audiencia que, según la prensa local, estaba programada con antelación y no responde a la polémica con Trump. No obstante, el gesto del monarca refuerza el mensaje de firmeza del Reino Unido en su respaldo a Ucrania. En varias ocasiones, Carlos III ha calificado la invasión rusa como una «agresión indescriptible» y ha elogiado el «heroísmo» del pueblo ucraniano. La cita se enmarca en un escenario diplomático dinámico, en el que Starmer también entregó a Trump una invitación firmada por el Rey para una segunda Visita de Estado. Un gesto que, lejos de ser una mera formalidad, evidencia el papel clave del Reino Unido en el actual tablero geopolítico.
En paralelo, otras potencias buscan mediar en el conflicto. Este sábado, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan propuso a Turquía como sede de futuras conversaciones de paz entre Zelenski y Putin. Su ministro de Asuntos Exteriores llevará la oferta a la cumbre de este domingo. Turquía, miembro de la OTAN, insiste en que cualquier negociación debe incluir a ambas partes y ya desempeñó un papel crucial en 2022 al facilitar un acuerdo para garantizar el paso seguro de las exportaciones de cereales en el Mar Negro.
La jornada de este domingo comenzará con una reunión bilateral entre Starmer y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Posteriormente, ambos se unirán al resto de los líderes europeos en un encuentro que contará con la presencia de mandatarios de Ucrania, Francia, Alemania, Dinamarca, Países Bajos, Noruega, Polonia, España, Turquía, Canadá, Finlandia, Suecia, Chequia y Rumanía. También asistirán el ministro de Asuntos Exteriores turco, el Secretario General de la OTAN y los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo.
Medidas concretas
El tono de la cumbre será clave, y algunos líderes británicos ya han expresado sus expectativas. La conservadora Kemi Badenoch instó a Starmer a que el encuentro sirva para impulsar medidas concretas en apoyo a Ucrania. Durante una visita a Irlanda del Norte, al ser preguntada sobre el enfrentamiento en Washington, Badenoch subrayó la gravedad de la situación y la necesidad de actuar con determinación. «Es importante recordar la situación en la que se encuentra el presidente Zelenski», afirmó. «En este momento, las sirenas antiaéreas están sonando en Ucrania».
Con un llamado a la acción, Badenoch señaló que la prioridad debe ser la entrega de armamento: «En la cumbre de mañana, lo que espero que haga nuestro primer ministro es hablar con Alemania sobre seguir nuestro ejemplo con los misiles Storm Shadow y considerar hacer lo mismo con los Taurus, por ejemplo». Y remató con un mensaje dirigido a quienes critican a Ucrania: «Hagamos cosas concretas ahora mismo que realmente ayuden a Ucrania, en lugar de criticarles por si dieron las gracias o no».