Nadie parece albergar dudas ya en Europa acerca de la necesidad de un rearme a gran escala, excepto Orbán y Fico, los jefes de gobierno de Hungría y Eslovaquia, que escuchan los susurros de Putin. Y la cumbre europea parece haber encontrado la vía de … financiación del proyecto, de nuevo a base de deuda conjunta y según el modelo seguido durante la pandemia. Una vez establecida la voluntad de comprar armas y con el líquido disponible para comprar las armas, sólo queda por decidir qué armas va a comprar Europa y es en este punto en el que cobra relevancia el informe elaborado por Moritz Schularick, presidente del Instituto de Kiel para la Economía Mundial (IfW) y que cuenta también entre sus firmantes con el ex CEO de Airbus, Tom Enders, el ex CEO de Telekom y actual presidente del Consejo de Supervisión de Airbus, René Obermann, y la experta en inversión de riesgo Jeannette zu Fürstenberg.
El núcleo del documento es una llamada a dirigir la compra europea de armamento específicamente a la creación de una «superioridad asimétrica» en caso de guerra. Los autores advierten que las compras deben dirigirse «al ‘extremo agudo’ de la defensa, es decir, a la superioridad en el campo de batalla moderno, y menos a los aspectos de apoyo o logísticos de la defensa».
La introducción del documento, al que ha tenido acceso Frankfurter Allgemeine, sugiere que Alemania se convierta en el iniciador de un proyecto «SPARTA» (Alianza Tecnológica de Protección Estratégica y Resiliencia Avanzada) para la defensa europea, lo que significa «la puesta en marcha inmediata de grandes programas de armamento centrados en las nuevas tecnologías y en la contratación soberana intraeuropea«.
La guerra en Ucrania ha mostrado que la superioridad en el campo de batalla se logra en el siglo XXI a través de la masa combinada con la excelencia tecnológica, por lo que los autores enumeran como medidas concretas, que deberían poder aplicarse en un plazo de seis meses a un máximo de cinco años. A corto plazo, señalan un «muro de drones de amplio alcance sobre el flanco oriental de la OTAN» con decenas de miles de unidades, y una red de vigilancia submarina en los Estados bálticos »para evitar la guerra híbrida de Rusia en el ámbito de las infraestructuras críticas«.
Contra las compras de aviones de EE.UU.
A medio plazo, una «nube europea de combate multidominio para el uso descentralizado y en red de los datos en el campo de batalla». Aquí entra en juego la disuasión nuclear y el futuro sistema de combate aéreo FCAS o el tanque de batalla conjunto. «Para hacer esto, un país tendría que aceptar que otro también asumiera el papel de liderazgo», advierte Jean-Louis Lozier, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales Ifri.
Más interesante aún que lo que aconseja, es lo que este informe desaconseja. Muy expresamente advierte contra las compras de aviones de combate estadounidenses, sumándose así a las críticas que anteriormente había expresado Emanuel Macron. «Alemania ya ha gastado sumas considerables en aviones de combate F-35», que requieren para su funcionamiento de sucesivas actualizaciones y tareas de mantenimiento regulares de software que están controlados por Estados Unidos, «lo que conduce a una dependencia continua», advierte el texto.
El próximo canciller alemán, Friedrich Merz, había nombrado al F-35 como objeto de posibles acuerdos y, según estos expertos, debe rectificar. Tanto desde la Unión Cristianodemócrata (CDU) como desde el Partido Socialdemócrata (SPD) hay muestras de asentimiento. Andreas Schwarz, portavoz en materia de defensa del SPD, reconoce que «un gran tema es la construcción de un sistema satelital para reconocimiento y comunicación, porque ya no podemos confiar en la ayuda estadounidense». «También necesitamos más drones, lo hemos aprendido en Ucrania. La defensa aérea debe ser mejorada y ampliada. Además, hay inversiones en artillería y más municiones. Y muy importante: la guerra electrónica y la ciberdefensa: todavía estamos en pañales. Después de todo, necesitamos dinero adicional para la construcción de nuevos cuarteles», enumera.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, muchos gobiernos europeos han entablado nuevas relaciones con los fabricantes locales de armamento. Desde que Trump llegó a la Casa Blanca, esas relaciones están cobrando prioridad estratégica. El Estado Libre de Baviera ya se ha propuesto promulgar una Ley para la Promoción de la Bundeswehr en Baviera y la empresa Quantum Systems, con sede en Múnich y fabricante de drones militares, acaba de abrir una oficina en Berlín con vistas a la Cancillería y al Bundestag. Según información de la agencia de promoción de localizaciones Berlin Partner, también los fabricantes de armas estadounidenses están llamando a la puerta para instalarse en Berlín, pero los expertos insisten en la conveniencia de contratar con fabricantes europeos. Jefes de gobierno como el finlandés, Petteri Orpo, aluden directamente a delegar en el sector del armamento el impulso de recuperación de las economías europeas.
El director ejecutivo de la Asociación Federal de las Industrias Alemanas de Seguridad y Defensa, Hans Christoph Atzpodien, también tiene una lista de demandas. Los europeos deben «armonizar sus necesidades de la mejor manera posible», dice, «la industria ahora necesita anuncios claros sobre qué productos se espera que produzcan, cuánto y en qué tiempo». Apunta que surgirían oportunidades para la expansión de la capacidad en el sector automotriz, azotado por la crisis. «¡El lema podría ser ‘De los coches al armamento’!», dice Atzpodien.