Más de un millar de civiles sirios han sido asesinados en los últimos tres días en el oeste de Siria a manos del ejército y de milicias suníes aliadas, en lo que constituyen ya los peores sucesos desde la caída del régimen de Bashar al Assad … el pasado 8 de diciembre. La mayor parte de las víctimas son familias enteras de la minoría religiosa alauí, chiíes musulmanes, a la que pertenecía el clan de los Assad, que gobernó Siria durante décadas con mano dura hacia la mayoría suní.
Los informes de las masacres de civiles -que comenzaron aparentemente tras una emboscada de fuerzas rebeldes chiíes contra soldados de Damasco- han ido creciendo con el paso de las horas. Las más alarmantes proceden de la ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, que informó de matanzas en al menos 30 puntos de las provincias donde se concentra gran parte de la población alauí del país, un 10 por ciento del total. Las peores matanzas de civiles se han registrado en la provincia de Latakia y en Tartús.
Tanto el Departamento de Estado de EE.UU. como las Naciones Unidas confirmaron enseguida la gravedad de los hechos. El jefe del departamento de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, afirmó que las ejecuciones sumarias de familias enteras «por criterios puramente sectarios» fue llevada a cabo por soldados del nuevo ejército sirio y militantes aliados. La ONU exigió una «investigación» y que los responsables de los hechos sean juzgados.
Para el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, las matanzas fueron llevadas a cabo por «terroristas islámicos radicales, que incluyeron yihadistas extranjeros». EE.UU., dijo Rubio, «está del lado de las minorías religiosas y étnicas de Siria, que incluyen a cristianos, drusos, alauíes y kurdos», los cuatro sectores de la población siria que llevan dos meses alertando del presunto plan de represalias y venganzas desde la llegada de un movimiento radical suní al poder.
Investigación del Gobierno
La rápida reacción de la comunidad internacional -en la que sorprendentemente estuvo ayer ausente la Unión Europea y Turquía- hizo trastabillar al nuevo Gobierno establecido en Damasco, que preside Ahmed al Sharaa. El antiguo líder yihadista suní anunció la creación de «una comisión nacional independiente», nombrada por el propio Gobierno, que investigará las masacres «cometidas en la costa oeste de Siria en los combates entre las fuerzas de seguridad y grupos leales al expresidente Bashar al Assad». El presidente añadió que la comisión cuenta con un mes para presentar sus conclusiones y señalar a los posibles responsables de las matanzas de civiles.
Los vídeos e imágenes difundidas por oenegés de derechos humanos muestran cadáveres de civiles en las calles de localidades del oeste de Siria, y algunos casos de ejecuciones sumarias. En su sermón de ayer domingo, el patriarca de ortodoxo de Antioquía, Juan X, pidió al presidente Sharaa que ponga «fin a las masacres». «No todos los asesinados eran hombres leales al régimen de Al Assad; la mayoría eran civiles inocentes y desarmados, entre ellos mujeres y niños», afirmó el patriarca según informa Afp.
La misma fuente recogió unas declaraciones de Al Sharaa el viernes pasado, en las que el nuevo presidente -que se proclama ‘interino’ y promete elecciones democráticas dentro de cuatro años- daba un ultimátum a los grupos armados del sur del país para entregar las armas. «Hacedlo ahora porque luego será tarde», añadió.
Al Sharaa «necesita demostrar al mundo, sobre todo a Europa, que está al mando del país», señalan algunas fuentes, a raíz de sus encuentros con ministros de Exteriores de la UE. Al Sharaa, de 42 años y fundador en Siria de la rama local de Daesh, no cuenta con ninguna credencial política pero aparece en las fotos con chaqueta y corbata y promete un régimen político inclusivo de todas las etnias y religiones del país.
Israel y EE.UU. desconfían de sus intenciones (las primeras referencias biográficas del Al Sharaa son sus años de militancia contra las tropas norteamericanas en Irak), Europa quiere creer en él, y Turquía lo considera un excelente aliado en la campaña contra la levantisca minoría kurda.
El mes pasado, el turco Erdogan y el sirio Al Sharaa suscribieron un pacto de defensa, que deja manos libres a Ankara para neutralizar militarmente a los kurdo-sirios del norte. A cambio del paquete de concesiones militares a Erdogan, Al Sharaa confía en suscribir un amplio programa de inversiones turcas para la reconstrucción de Siria, devastada después de trece años de guerra civil.
Posiblemente Turquía ha sido la primera sorprendida -y contrariada- por la crueldad del método utilizado por su aliado en Damasco para sofocar la rebelión en los territorios de la minoría chií.
Soldados israelíes hacen guardia cerca de una base militar en el Monte Hermón, en los Altos del Golán
EFE
Israel dejará a los trabajadores drusos sirios cruzar a los Altos del Golán
El Ministerio de Defensa de Israel aseguró ayer que permitiría a los trabajadores drusos sirios entrar en los Altos del Golán ocupados por Israel desde territorio sirio, sin decir cuándo empezaría el Gobierno a expedir permisos.
En los Altos del Golán viven 24.000 drusos, una minoría árabe que practica una rama del islam y vive también en Israel, Líbano, Jordania y Siria.
Muchos drusos sirios eran leales al depuesto presidente Bashar al Assad, y un gran número de familias tienen parientes viviendo en los Altos del Golán, informa Reuters.
El Gobierno israelí ha afirmado que los nuevos dirigentes sirios son una amenaza para Israel y se ha comprometido a ayudar a proteger a las minorías en Siria, incluidos los drusos.