Jaime Bejarano, gerente general de Red Hat en Colombia.
La cultura organizacional de las compañías multinacionales tradicionalmente funciona con un modelo de liderazgo jerárquico o piramidal. Se entiende que quien toma las decisiones es el gerente de área o hasta el mismo director general y, por ende, prima el nivel del cargo, más que la experiencia.
Sin embargo, existen compañías donde se impulsa un liderazgo rotativo permitiendo a sus colaboradores dirigir actividades de acuerdo con su experiencia, alto conocimiento e idoneidad para un proyecto o tarea específica.
Jaime Bejarano, gerente general de Red Hat en Colombia, compañía líder a nivel mundial en servicios de software, comparte el modelo de liderazgo de su compañía, basado en un funcionamiento cooperativo, colaborativo y co-creativo.
«Los colaboradores de cargos bajos casi siempre son los que tienen contacto con los clientes, proveedores y todo el ecosistema organizacional, lo cual les permite identificar oportunidades de mejora en los procesos de ejecución de tareas. Esto impacta en la entrega de resultados positivos”.
Bejarano enfatiza en que en este tipo de organizaciones, denominadas relárquicas, no hay una pirámide sino se traza una especie de círculo, lo cual significa que no hay la figura estática de un jefe. «Estamos convencidos de que la estrategia puede venir de cualquier funcionario de la compañía sin importar su rol o grado de responsabilidad».
Otra característica que tiene la relarquía es que, en la medida en que los grupos de trabajo funcionan en un modelo circular, manejan de manera innata el liderazgo rotativo permitiendo así que sus actividades sean autoejecutables. Esto quiere decir que la idea o propuesta que tenga un integrante con miras a mejorar algún proceso, no debe esperar a ser aprobada por el gerente o director de área, ya que la experiencia del colaborador le permite tomar la decisión más adecuada y ejecutarla.
Lo anterior, además demuestra un alto grado de confianza hacia los trabajadores de la organización. «Empresas que no confían en las decisiones de sus colaboradores y prefieren escalonar una propuesta hasta que la última palabra sea del jefe, retrasan todo el funcionamiento de sus procesos y dificultan el éxito del negocio», advierte Bejarano.
El representante de Red Hat dice que uno de los grandes retos que tienen las empresas actualmente, sin importar su tamaño o modelo de liderazgo, es implementar estrategias de trabajo dirigidas a los colaboradores más jóvenes para fidelizar su compromiso con la organización. «Las personas deben trabajar a gusto y tener la capacidad de decidir la mejor ruta para entregar resultados óptimos».
En este aspecto, el experto indica que el hecho de adquirir experiencia y aprender constantemente al interior de la compañía, así como disminuir la rotación de personal por medio de capacitación activa en habilidades de liderazgo, son elementos claves para asegurar el compromiso de los colaboradores, lo cual a su vez, genera lealtad y fortalece el modelo organizacional que tenga cada empresa.
Según Bejarano, naturalmente ningún empleado quiere que su compañía fracase y con esta premisa lo que deben hacer los directivos es generar motivación entre sus colaboradores para sacar lo mejor de ellos.
«Si ustedes están en una compañía jerárquica piensen cómo volverla más flexible de tal manera que promueva el empoderamiento de su gente, que sin duda alguna trabaja con identidad corporativa, buscando el éxito colectivo, que a veces olvidamos como gerentes», concluye.