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¿En qué consiste la ‘fatiga de Zoom’ y cómo lidiar con ella?

Una investigación de la Universidad de Standford confirmó que las videollamadas asociadas al teletrabajo estarían afectando psicológicamente a las personas.

Foto: unsplash

Publicado: marzo 3, 2021, 3:00 pm

Debido a la pandemia del Covid-19 que llevó a los gobiernos del mundo a declarar medidas restrictivas como cuarentenas, las empresas tuvieron que enviar a sus empleados a trabajar desde sus hogares. Sin embargo, esta nuevas condiciones han afectado la salud mental de algunas personas.

Un reciente estudio de la Universidad de Standford, realizada por el profesor Jeremy Bailenson, examinó las consecuencias psicológicas de pasar tanto tiempo en estas plataformas. El experto encontró algunos factores que serían los causantes de la denominada “fatiga de Zoom”.

  1. Excesivo contacto visual

Según el profesor, las videollamadas producen un contacto visual que no es natural, pues deshumaniza la experiencia de los trabajadores en las reuniones.  Durante este tiempo, las personas deben mirar en todo momento la pantalla, generando que los demás se sientan observados e intimidados.

Igualmente, estas sesiones virtuales pueden causar una falsa cercanía. Es decir, una persona puede sentir que está demasiado cerca de la otra, debido al ángulo de la cámara y las pantallas de los ordenadores que pueden ampliar esta perspectiva. Esto puede ser interpretado por el cerebro como una situación intensa que puede generar altos niveles de estrés.

“Lo que está sucediendo, en efecto, cuando estás usando Zoom durante muchas, muchas horas, es que estás en este estado hiperactivo”, dijo Bailenson, en el artículo publicado por Stanford.

Para evitar esto, el experto recomienda evitar la pantalla completa y reducir el tamaño de la venta del Zoom con relación al monitor. Asimismo, es útil usar un teclado externo para tener más espacio entre el computador y el usuario.

  1. Verse constantemente en la pantalla del computador

Durante las videollamadas aparece un recuadro donde la persona puede verse, lo cual, según Bailenson es ‘antinatural’.

“En el mundo real, si alguien te estuviera siguiendo con un espejo constantemente, de modo que mientras hablas con la gente, tomas decisiones, das retroalimentación, recibes retroalimentación, te miras a ti mismo en un espejo, sería una locura. Nadie lo consideraría jamás”, aseguró el experto.

Sin duda, esta situación genera estrés debido a autocritica, en especial si ocurre de forma continua.

Ante esto, recomienda en primer lugar suprimir esta opción. En Zoom puede hacer fácilmente en el botón “ocultar vista propia”, haciendo clic derecho en su propia foto. De igual modo, sugiere a las plataformas cambiar la manera de transmitir el video, pues aseguró que esta opción es innecesaria.

  1. Reducción de la movilidad

Otro de los factores que arrojo la investigación es la falta de movilidad. Según el profesor, las videoconferencias obligan a los trabajadores a estar postrados en frente del ordenador de manera estática.

“No es como una llamada de teléfono que te da libertad de movimiento, o estar en una oficina en la que cambias de sala, puedes estar de pie para presentar, etc.”, detalló.

Esto dificulta la concertación debido a que las personas responden mejor cognitivamente cuando están en movimiento.

Para evitar esto, el investigador recomienda apagar la cámara durante las reuniones para tomar un descanso y utilizar una cámara externa más alejada de la pantalla para tener un espacio similar al de las reuniones físicas.

  1. Mayor atención en las reuniones

Durante las reuniones virtuales la comunicación no verbal es cada vez más compleja a diferencia de la interacción física. Es decir, si una persona quiere comunicar algo a través de un gesto debe hacerlo de una manera exagerada para que se note por medio de la pantalla.

“Tienes que asegurarte de que tu cabeza esté enmarcada dentro del centro del video. Si quieres mostrarle a alguien que estás de acuerdo con él, debes asentir exageradamente o levantar el pulgar. Eso agrega carga cognitiva a medida que usa las calorías mentales para comunicarse “, señala Bailenson.

Como solución, el catedrático recomienda apagar la cámara, tomar descansos y apartar la vista del computador.  De esta manera, la persona puede volver a la reunión con una actitud diferente y con un gesto más natural.

 

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