Con una peso del 68% en el PIB, el consumo es el principal motor de la economía colombiana y de de cualquier economía, en general. Cada vez que usted saca su billetera para comprar todo tipo de bienes (un televisor, una nevera, un carro, alimentos, etc), o cuando decide comprar o cambiar su vivienda, para solo poner algunos ejemplos, está contribuyendo a un mayor crecimiento.
Por ejemplo, según el Dane, desde el punto de vista de la demanda, el crecimiento del 3,05% del primer semestre se explica por la fortaleza del consumo privado (4,6%) y la inversión (4,3%), gracias al resultado de las obras civiles y la adquisición de vehículos por parte del sector público y empresarial, ya que el consumo del gobierno perdió tracción (1,9%) y las exportaciones continúan estancadas aunque aumentaron 3%.
De hecho, al comentar las cifra revelada por el Dane, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, señaló que si no fuera por la volatilidad externa, “estaríamos con ambiciones de más del 4% o 4,5%, pero esta situación reduce las expectativas a un punto menos, que es muchísimo dinero, pero la turbulencia ha sido enfrentada con una política fiscal bastante fuerte, una política monetaria adecuada y el país goza de unos ahorros y reservas que permiten sortear de una manera bastante cómoda cualquier eventualidad”.
Según un análisis de Bancolombia, la expansión del consumo de los hogares se sustentó en una demanda por bienes más homogénea:
Por ejemplo, la compra de bienes durables, no durables y semidurables se aceleró frente al resultado del segundo trimestre del año pasado, al crecer todos por encima del 5% anual. En particular, la expansión de los alimentos, bebidas alcohólicas y prendas de vestir validó el buen momento que está atravesando el comercio minorista.
Entre tanto, los servicios (4,1%) mostraron una aceleración de 60 puntos básicos (pbs) frente al cierre del primer trimestre de 2018.
“En suma, el consumo de los hogares fue el motor que sustentó la recuperación de la economía”, explica la misma fuente al señalar que, para lo que resta del año, es factible esperar una ligera aceleración del consumo.
“El pago en retroactivo de las nóminas impulsará el consumo público en el tercer trimestre, esto acompañado de un crecimiento estable en el consumo de los hogares conducirá a un ligero repunte de cara a la segunda mitad del año”.
En cuanto a la inversión, otro de los componentes importantes de la demanda agregada, el crecimiento del 4,3% se explica por el buen momento del gasto en maquinaría y equipo, en contraste con la caída en la compra de bienes inmuebles.
“La inversión productiva continúa avanzando a un ritmo positivo, lo cual se vio reflejado en la expansión de 12% en el rubro de maquinaria y equipo”, agrega el análisis ya mencionado.
En particular, se destaca la inversión en trasporte, donde jugó un papel clave la renovación de parte de la flota de buses de transporte público en Bogotá.
En contraste, la inversión permanece estancada en la industria, que apenas creció 0,6% en el segundo trimestre, y en el sector agropecuario, que mostró una expansión anual de 1,5%, inferior al promedio registrado en la última década (2,9%).